Tendremos que esperar al día
primero de diciembre para disfrutar de las luces de Navidad
en Ceuta y ello no resulta nada excepcional, porque en esa
misma fecha se iluminan la mayor parte de las ciudades en
cuanto a alumbrado público, ya que a nivel comercios son
multitud los que ya lucen la bella parafernalia de estas
fiestas, comenzando por la sección navideña de El Corte
Inglés que esta temporada presenta unas decoraciones
espectaculares que se están vendiendo como rosquillas de
canelita en rama.
En Ceuta, ciudad no siempre adelantada a excepción de en
temas de máxima relevancia, el primer primoroso escaparate
estrenado hace ya una semana en el Revellin ha sido el de
Tous, algún otro por el centro y avalancha en los últimos
días de árboles, bolas, papás noeles y demás en los chinos
que tienen monerías. Aunque, por solidaridad con los
empresarios víctimas de la crisis estamos quienes preferimos
los productos nacionales, aunque sean un poco más caros, es
decir, que en lugar de cuatro bolas colgamos una pero
fabricada en Cuenca. Es cuestión de principios y allá cada
cual con los suyos y con su pan se los merienden. Pero, yo a
lo mío, porque estoy que me seccionan la yugular y no sangro
de puro berrinche ya que los ingleses se nos han adelantado
y mucho en la iluminación de Navidad. Cierto es que para
ellos las fiestas se prolongan varias semanas más por
tradición cristiana y además han estudiado la importancia de
la decoración luminosa a la hora de incentivar el que la
gente salga a las calles a pasear y sobre todo a consumir.
Es decir, que lo que gastan los Ayuntamientos en luces lo
ganan los comercios, cafeterías y restaurantes (adorados
pymes y autónomos del PP) y con ellos sus trabajadores, más
un aumento del empleo por ampliación de los horarios y para
atender a la mayor clientela de estas fechas. Pero en España
no acabamos de enterarnos (por ahora) aunque lo que resulta
discriminatorio para los ceutíes, como europeos que somos es
que en Oxford Street otros europeos como nosotros estén
disfrutando de adornos, guirnaldas, luces y estrellas y
aquí, en Ceuta, si los europeos nos queremos motivar y
sentir el entrañable espíritu de la Navidad o tenemos que
irnos al escaparate de Tous o ponernos en las puertas de un
chino. ¿Eso es o no es discriminación dentro del espacio de
Europa? ¡Avergüéncense!.
Me refiero a que se avergüence el o los responsables del
agravio comparativo. Y más este año. Porque el próximo
domingo, Dios mediante, o el lunes de madrugada es seguro
que acabará el tiempo de las tinieblas (no olviden cuando la
Chacón prohibió expresamente rendir honores al Corpus
Christie para humillar a los cristianos y tantas maldades
más) y tras las tinieblas es normal que llegue la luz,
aunque no estemos en Carnaby Street ni en el Covent Garden,
pero sí en Ceuta donde hay unos lugares que se llaman calles
y avenidas, por las que los ciudadanos adoran pasear bajo
bellos adornos, energizarse con las luces, enternecerse con
el tenue sonido de esos villancicos “Madre en la puerta hay
un Niño, más hermoso que el sol bello...” que son el rumor
arterial de nuestro sistema circulatorio celtíbero desde que
el mundo es mundo.
Lo cierto es que de aquí a una semana se disipará la
oscuridad a nivel político, pero no habrá una repercusión a
nivel material en el sentido de que ningún Gobernante parece
estar dispuesto a unir “el todo” al sentimiento de gozo de
cada uno de nosotros brindándonos el regalo espiritual de
iluminar nuestra ciudad a modo de “propina” a los ceutíes,
una simbólica semanita más de fiesta y no “por la cara” sino
porque de verdad tendremos más motivos que nunca de
celebraciones. Por cierto ¿Sigue adelante el secreto
contubernio de las campanas del 20N? Y no peco de
indiscreción al referirme a lo que nació como una iniciativa
de alto secreto, porque para mí que se ha enterado toda
España, ya saben, lo de “okupar” los campanarios la noche
del 20N y que los cristianos echemos las campanas al vuelo
en el momento justo en el que se confirme la mayoría
absoluta del PP, por el sutil método de irrumpir por las
bravas en las torres de las iglesias y liarnos a repicar
esos bronces que son el puro latido de España y que siempre
han celebrado la victoria en las batallas. Los del
contubernio alegan que quieren que se enteren los ángeles de
Dios y ante tal argumento pocas respuestas caben ¿Qué
comentan? ¿Que algún vecino pejigueras puede quejarse? Pues
que le jodan, eso sí, dicho sea con todo respeto, porque el
derecho de los ángeles de Dios a enterarse de que hemos
ganado es de rango superior al derecho del vecino que,
avisado como está, puede optar por comprarse tres tapones,
dos para las orejas y el otro para donde se puede imaginar.
¡Tanta leche de derechos! ¿O es que no tenemos aquí también
derecho a estar contentos viviendo la iluminación navideña
como los vecinos de Londres? Por lo menos si no hay luces se
presume que habrán campanas tocando a Gloria y las campanas
no son “mejor que nada” sino que son extremadamente
importantes, porque avisarán a personas muy principales y
seguro, seguro, que sus sones llegarán hasta un
“determinado” portal. Apuesten conmigo lo que quieran a que
será así. Como Dios manda.
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