Los ciudadanos somos plenamente
conscientes de la situación real de un país que sufre las
consecuencias directas de la peor crisis socio económica de
nuestra historia democrática; cinco millones y pico de
desempleados, la economía nuevamente en recesión, el consumo
desplomado y las comunidades autónomas incapaces de
garantizar la prestación de servicios esenciales. Una crisis
anunciada por prestigiosos expertos en esta materia que no
recibió la respuesta inmediata desde el Gobierno socialistas
al objeto de minimizar sus graves consecuencias.
Por todo ello, el Partido Popular ofrece a la ciudadanía un
programa electoral consecuente con la situación heredada del
Gobierno anterior, planteamientos que difieren
sustancialmente, como no podría ser de otra manera, con los
de su principal adversario político, responsable de la
situación actual, el Partido Socialista Obrero Español.
Mientras el programa electoral elaborado por el candidato
socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, promete mayores
ingresos con subida generalizada de impuestos al objeto de
garantizar las políticas sociales (“bajar impuestos es de
izquierdas”), el candidato popular, Mariano Rajoy, defiende
una bajada de los mismos con la intención de incentivar el
consumo y con él, alcanzar un incremento en los fondos
necesarios para sufragar estas políticas sociales.
Afirmar que el incremento experimentado en los últimos años
en el número de desempleados es la mayor preocupación de la
sociedad española es una obviedad por ello, el Partido
Popular propone una reforma urgente de la normativa laboral
vigente aprobada por el Gobierno socialista, que abarata el
despido y flexibiliza la negociación colectiva puesto que,
se ha mostrado totalmente ineficaz, los datos así lo
confirman puesto que, la tasa de desempleo ha alcanzado en
el último trimestre el 22,6% según datos facilitados por los
organismos europeos por ello, el programa popular propone
una reforma laboral en profundidad, que incluye entre otras
medidas un importante cambio en la negociación colectiva así
como, una simplificación en la tipología de los contratos
laborales.
Y finalmente, diferencias programáticas en relación a una
problemática que ha sembrado el terror en la sociedad
española durante los últimos 50 años, debilitado gravemente
los cimientos de nuestro sistema democrático, la actividad
terrorista de ETA. Mientras el partido socialista mantiene
la negociación política entre todas las formaciones
políticas, incluyendo entre las mismas a las cercanas
ideológicamente al grupo independentista, como solución
definitiva, el partido popular incluye en su programa
electoral un rotundo “NO” a cualquier negociación con los
terroristas, ni por la presión de la violencia ni por el
anuncio del cese de la actividad terrorista. En definitiva,
diferencias programáticas evidentes que muestran por un
lado, planteamientos continuistas totalmente inapropiadas
planteadas por el candidato socialista a la Presidencia del
Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba y por otro lado,
soluciones realistas a las problemáticas que padece la
sociedad española en su conjunto defendidas por el candidato
popular, Mariano Rajoy. Por tanto, renovación en profundidad
contra continuismo indolente.
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