La consejera de Asuntos Sociales, Rabea Mohamed, aclaró ayer
que tan solo dos personas se verán afectadas por el cambio
de negocio dentro del Hostal Lisboa, tal y como solicitó su
dueño a la consejería el pasado mes de octubre. Según
Mohamed, se notificó a los usuarios del cambio, pero éstos
no han contactado con la consejería.
La consejera de Asuntos Sociales de la Ciudad Autónoma,
Rabea Mohamed, aclaró ayer la situación de las familias que
en el día de ayer debían ser desalojadas del Hostal Lisboa,
tras las palabras del secretario general del PSOE ceutí,
José Antonio Carracao, que aseguró en rueda de prensa que
iban a “buscar soluciones” para ellos ya que “Asuntos
Sociales no les había dado opción alternativa”.
“No entraré en juicios de valor, pero la información de
Carracao no es correcta”, aseguró la consejera del área.
“Carracao no ha hablado con la consejería directamente pero
su asesor llamó la semana pasada y nos ofrecimos a darle la
información que necesitara, si se personaba en nuestras
oficinas”, explicó. La consejera recuerda que Caballas sí
pidió en su día la información sobre este asunto y conoce la
situación.
Mohamed ha aseverado que no son cinco familias las que se
verán afectadas por el cambio de actividad en el Hostal
Lisboa, sino “dos unidades familiares de una persona cada
una”, las que debían desalojar el hostal, tras la petición
del empresario de hacer un cambio de actividad. Esta
petición la envió el empresario el pasado 20 de octubre y
ese mismo día la consejería informó a las dos personas
afectadas del trámite. “Les informábamos de que debían
buscar un alojamiento alternativo o ponerse en contacto con
nosotros para buscar una solución. Sabemos que recibieron la
notificación porque es correo certificado pero ninguno de
ellos ha venido a nuestras dependencias”, explica Mohamed.
Según la consejera, su situación es diferente a la de las
otras cinco familias que habitan en unos apartamentos
también regidos por el dueño del Hostal Lisboa y cuyo cambio
de emplazamiento lleva pidiendo la consejería al menos desde
2010.
“Estas familias viven allí desde 2007 acogidas a un programa
de alojamiento de urgencia. Se les ha insistido en que
busquen una vivienda de alquiler para pasar a alojamiento
alternativo pero no quieren moverse de allí”, explica
Mohamed, alegando que el alojamiento en este tipo de espacio
es mucho más caro que en una vivienda, incluso cuando el
empreseario ha hecho “considerables” reducciones en el
precio a la consejería.”Tengo que agradecer al empresario su
comprensión porque ha estado siempre a nuestra disposición”.
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