Es como se presentó Alfredo Pérez
Rubalcaba, en el debate de la noche del lunes, ante Mariano
Rajoy, y es que la mayor parte de sus intervenciones
estuvieron dedicadas a preguntar lo que va a hacer Rajoy en
el Gobierno, en vez de exponer el propio Rubalcaba, si es
que lo tiene, el programa suyo para el futuro.
Tampoco podía hacer mucho más Pérez Rubalcaba, en unas
circunstancias como estas, al presentarse con un auténtico
activo tóxico que trae del Gobierno, al que ha pertenecido,
durante varios años.
Con esto, no cabe ninguna duda, Alfredo Pérez Rubalcaba fue
contaminando el debate, porque no ha podido soltar lastre de
su activo pasado y ahora no tiene otra salida más que tirar
la toalla y dar como vencedor a Rajoy.
En el debate de la noche del lunes el representante del PSOE
tenía un mal producto que vender y por no dar, ni siquiera
fue capaz de dar algún titular.
Los nervios le afloraban por todas partes, ante un Mariano
Rajoy que fue y se mostró con seguridad, con datos
irrevocables, con solvencia en todos los terrenos y con los
deberes hechos para este debate.
A partir de aquí, Rubalcaba, a duras penas, ha hecho méritos
para ser él, tras las elecciones del 20-N, el secretario
general del PSOE. Con lo que, de ganar algo, que lo dudo, lo
único que habrá conseguido, para el futuro, sería la
Secretaría del PSOE.
Y es que, hay que ir a la realidad de lo que fue el debate,
Rubalcaba se mostró como el periodista que, en primicia y en
exclusiva, estaba entrevistando al nuevo presidente del
Gobierno, algo que, de no haberlo llevado pactado, no tiene
explicación alguna.
En esta ocasión, no me duelen prendas al decirlo, él que
parece ocurrente, que tiene salidas para todo, tenía una
misión imposible, ante su contrincante y ante toda España, y
eso que el debate, en ningún momento, reflejó la gravedad y
la ruina, en la que se encuentra nuestro país, con una
situación insostenible, con un Gobierno que, desde hace
varios años, se ha mostrado incapaz de dar ningún tipo de
solución y con una desconfianza hacia todo lo que ha
propuesto el propio Gobierno, por las constantes
inexactitudes o mentiras que se han originado desde el PSOE.
Algo bueno teníamos que decir, y lo decimos, de la
actuación, en el debate, por parte de Rubalcaba y es que,
cuando han salido los perfiles más siniestros de la crisis,
no se atrevió a negarlos el actual candidato del PSOE, con
lo que, en este terreno, el propio Mariano Rajoy parecía que
se había llevado a su lado al escudero de Rodríguez
Zapatero.
En algún momento, sin conseguirlo, hubiera podido tratar de
exponer unas soluciones para atenuar la situación, pero no
lo hizo, porque de haberlo hecho se habría mostrado o como
un cínico o como un mentiroso, cínico por no haber puesto
antes esos remedios para salir de la situación y mentiroso
por no estar diciendo ahora la verdad.
Ahora ya, y un poco más, el pescado está casi todo vendido,
las encuestas no sé hasta donde llegarán, pero el debate
terminó en una clara victoria de quien está llamado a ser el
próximo presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy. Un
cambio, en el horizonte, que a todos nos va a venir bien.
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