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OPINIÓN - LUNES, 7 DE NOVIEMBRE DE 2011

 
OPINIÓN / PLUMA DE SECANO

Cae la noche sobre Ceuta

Por Manuel Corral


Suerte esquiva. No hay manera. Que el hombre propone y Dios dispone. Que chunga está la cosa. Tanto que alguno quiso abandonar “Sebta” en vísperas de la fiesta del Sacrificio y nada, que lo han “clavao” hasta después del 20-N como se clava la plomada certera de un cartucho de séptima en la pechuga de una paloma torcaz. Abatiéndola. Adios a la escapada alada. Adios al arrullo peninsular.

Escribo estas líneas un tanto enojado, cabreado, herido porque aun no temiendo que me expulsen de esta tierra -a la que amo como se ama al primer romance de adolescente, que se supone es para siempre; la última vez que lo repito, conste-, ando mosqueado con uno mismo por no haber sabido entresacar el pechamen a los oriundos de aquí, que dicen sin decir, sin argumentos válidos por la causa: “a mí no me afecta en lo que es mi religión, pues yo lo vivo descansando en mi sofá”. Cojonudo. Otros van perorando y yéndose con pasmosa huída por los cerros de Úbeda, con esa habilidad innata en muchos de ellos que de hecho serían los mejores parodiando citas de cuchufleta pero no en menesteres claros de sinónimo de avestruz. Ya saben.

Se relaja la ciudad. Queda por delante toda una semana de reuniones de familiares y alegría por estos fastos musulmanes, en que baja la presión también en las escuelas ahítas de sillas vacías, de chiquillería ruidosa. El comercio se resiente también, las cajeras de los super andan haciendos bolillos mientras el encargado las mira de reojo no por si les cae un cumplido del comprador solitario, ay envidiosillo, sino porque le hierve la pérdida de poder adquisitivo. Dichoso flus. Es lo que manda.

Felicitación pues a la comunidad musulmana de acá por este día. Resignación al resto no predominante, a ese 46,31% me aseguran, que suponen las otras tres culturas. Yo debo ser agnóstico.

Uno ni tiene la audacia ni pretende corregir a nadie, pero perdonénme esta expresión silbada de rabia, de impotencia, de desilusión. Mas no me someto. Por mucho extranjero que sea uno, fuera y dentro de su terruño, caray. Que con ésta son dos ya las veces que nuestros politicuchos (tenemos lo que nos merecemos, país de quijotes. Hazmerreir del planeta.) nos tiran a dar, no acierto a comprender con qué legitima aspiración. ¿O sí? Mis entendederas, de justo raciocinio tal quisiera no más que como la paga de los jerifaltes políticos, quía, no acaba de comprender el destino de esta otra “fiesta” local, de una nueva “borregada”. Que igualmente luego apestan sus cornamentas chumascadas, con ese olor maldito que se te mete por el apéndice nasal y se trabuca en la tráquea, provocando vómitos y perdidas de noción. No vean.

Lecciones da la vida ¿Qué dice la UE de esto? ¿Se la sopla?. Cuatro culturas. Cuatro leches les daba yo a los mandamases de turno. Por necios y traicioneros.

Algo enturbia mi mente. Y quizás este presente. Mucho cambio en poco tiempo. Alguien nos está metiendo las cabras, los borregos quiero decir, en el corral. Alguien nos está metiendo picos de cuscús en vena. Así de groguis quedamos. “Alelaos”. Que esto no es el fin, sino el comienzo. Veremos.

Quien tenga la valentía, la palabra y el don de hacer que me vuelva la sonrisa diáfana de creyente, que salga tras el biombo, que de la cara y entonces sí le alargaré con gusto mi mano franca y fiel. De por vida.

Mira que soy torpe. No consigo desenmascarar lo falso. Que me aseguran que aquí no soplan vientos simulados. Que no hay ejércitos de borregos amamantados con leche de lobeznos, cuna de Rómulo y Remo. Del cristianismo, o sea. Que me aseveran igual no darse calladas marchas del color de la esperanza ¿Recuerdan?, y menos aún ruidosos presentes. Ayer verde, hoy o mañana negro.

Que hoy, como estoy sin luz, mi pluma se niega a escribir. Para que no manche el papel emborronándolo con lágrimas negras. Secas. Porque hay una nube, quizá un eclipse mental, que tapa nuestra vida haciéndonos querer cegatos sin serlo por naturaleza. Ciegos de sentidos, de corazones, de tradiciones, de …mejor me callo. Qué culpa tienen sus benditas madres.

Aguanta pueblo. Que vienen en lontananza presurosas las huestes del Cid Campeador blandiendo al aire la Tizona cortapescuezos. ¡¡Santiago y Cierra España joder!!.

Que uno no sabe a ciencia cierta en cuál de los dos hemisferios nos encontramos ahora. Porque aunque sea de día, cae la noche sobre Ceuta. Perdón por este nuevo borrón. Quise decir que cae la noche sobre “Sebta”.
 

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