Ahora sí vamos en serio. Me
refiero al clima otoñal.
Cielos negros, lluvias torrenciales, un poquito de frescor y
las calles llenas de barquitos flotantes (hojas de árboles
caídas).
Panorama político en incandescencia como el casi emergente
volcán de El Hierro.
Nuestro país canta mucho sobre la democracia pero a la hora
de la verdad esta anda escondida desde que los padres de la
patria decidieron llamar ‘transición’ a una entrada
funcional del Estado.
Estado llamado de Derecho pero que pocos derechos concede.
Empresas que regresan de su periplo asiático trayendo… ¡30
puestos de trabajo!
Absoluta desconfianza planea sobre los electores que se
vuelven cada vez más indecisos y siguen sin saber a quién
votar.
Libertad de expresión que a veces cabrea a algunos a pesar
de ser un derecho fundamental.
Otra cosa es que se pretenda usar el derecho de la libertad
de expresión para meter cuñas morbosas en la información. Me
refiero al programa ‘La Noria’ y la entrevista a la madre de
uno de los implicados en el caso de Marta del Castillo.
La morbosidad llega a cotas inimaginables. Sobre todo cuando
viene una tal Romina para hablar de sus pullas con otra
señora y de su hija desaparecida.
La demagogia y el populismo se han asentado en nuestros
lares.
Si el país que dice ser el más democrático del mundo, EE.UU.,
tolera que un juez de una humillante paliza a su hija por
bajar música… hace que la cultura sea una cosa ilegal además
de quitarle esa democracia para siempre.
Tal vez sea algo en el aire estadounidense que los vuelven
tan agresivos y belicistas. Obsesionados con las armas, las
agresiones, las guerras…
Bueno, dejémonos de elucubrar con temas molestos y morbosos.
La insistencia de sectores conservadores en privatizar
servicios esenciales (escuelas, hospitales, pensiones, etc.)
sólo puede conducir a otra crisis, aún más grave, tanto en
economía como en salud.
Solo conducirá, esas conductas, a unos gastos financieros
feroces que repercutirán fundamentalmente en los
contribuyentes.
Esa manía que tienen los políticos conservadores, más los
liberales, de que entes privados construyan los centros
necesarios para el cumplimiento social, mientras gestionan
los servicios la entidad autonómica, disparan los gastos en
una cantidad inasumible por la cosa pública.
Lo malo es que cuando las entidades gubernamentales reciban
un hospital al finalizar la concesión, por ejemplo, han
pasado más de treinta años y por ende ese hospital estará
obsoleto. El coste de su puesta a punto ni me lo imagino.
Todo sea por la iniciativa privada y al pueblo que le den
morcilla.
Todo se convertirá en una tremenda hipoteca para los
ciudadanos del futuro, pero una especie de “Gürtel” para los
políticos y promotores liberales.
Eso no les importa a los políticos aferrados al capital. Han
hecho del politiqueo un buen negocio. Aún sabiéndose que es
un grave endeudamiento a largo plazo… ¡como no lo pagan
ellos!
El desempleo es un drama que ha tocado fondo y está dañando
en demasía al conjunto de la sociedad. Ya se dan demasiados
casos de gente sin casa, sin familia, sin nada y todo por
estar sin trabajo. Superar la tensión que esto supone es
difícil y encima tenemos a políticos y políticas, que ganan
más de trescientos mil euros anuales, pedir que hagan
esfuerzos a los que ni gana 800 euros mensuales. ¡menuda
jeta!.
El grito de un joven en paro, que quiere trabajar de veras y
no encuentra trabajo, es más bien una pregunta de si
quemarse a lo bonzo o largarse al extranjero o inscribirse
en la zona ‘nini’. Se pasa hambre, cosa que los políticos no
saben.
Los políticos se pasan el tiempo hablando de ETA. Esta no
nos deja con hambre, el paro sí.
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