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OPINIÓN - DOMINGO, 6 DE NOVIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / SNIPER

Los corderos del común padre Abraham
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Mañana lunes día 7 la “Umma” o comunidad musulmana, sobre 1400 millones de personas repartidas por ámbitos geográficos muy diversos, celebrará la Pascua Grande, el día de Aïd El Kébir o Aïd Al Adha, popularmente llamada Fiesta del Sacrificio, décimo día del mes lunar del Dualhuya, en el que cada cabeza de familia sacrifica religiosamente un animal sano (ovino o caprino) tumbándolo sobre su lado izquierdo y poniendo su cabeza hacia La Meca antes de degollarlo, diciendo entonces el “Bismilla” (Alabado sea Dios). Muchísimos musulmanes ven este acto como una obligación, cuando no es así: el sacrificio del cordero no es ningún deber religioso, no es en absoluto ningún pilar o creencia básica del Islam basándose únicamente en la “Sunna”, la Tradición del Profeta. También un buen número de fieles desconoce con certeza los orígenes históricos y el profundo sentido simbólico del sacrificio, deslizándose cada vez más hacia un frenesí consumista que guarda similitudes con el vivido en las neopaganas Navidades cristianas.

La institución de la Fiesta del Sacrificio, asumida en los tiempos iniciales del Islam como un guiño hacia el Judaísmo y Cristianismo, recuerda en la “Sunna” el degüello de un carnero (cordero de más de un año) en el monte Moria (la futura Jerusalén) por el patriarca Abraham en vez de su propio hijo como sacrificio a Dios, importante y decisivo paso en la fenomenología e historia de las religiones pues significa simbólicamente la sustitución de los sacrificios humanos por el de animales. Abraham, Padre de una multitud de Naciones, Padre de Israel en la Biblia (Isaías, 51,2), “Modelo de Fe” en Pablo (Romanos 4), “Padre de los Creyentes” para el Islam (Sura 3, La Familia de Inran), es una señera figura referencial para el tronco común del Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. Asumiendo la tradición, podemos contextualizar la presunta historia entre los siglos XVIII a XIII antes de la Era Común, remitiéndonos a leyendas compartidas en el ambiente social de tribus de ganado menor, trashumantes en el arco geográfico que iría entre el Creciente Fértil (Mesopotamia) y Egipto. En el relato bíblico de Abraham se funden diferentes tradiciones, que el redactor (yhavista en este caso) combinó hábilmente hasta convertirlo en el héroe epónimo de las famosas 12 Tribus de Israel. Las referencias coránicas de Abrahám se encuentran en varias suras, siempre de la política época medinesa: La familia de Imran, La Vaca y Las Mujeres: “Abraham no fue judío ni cristiano, sino que fue hanif, sometido a Dios, no asociador”. En el Islam pues Abraham es una figura central, constituyendo el paradigma del creyente no como judío ni como cristiano, sino como “hanif” y “sometido a Dios”; Dios lo tuvo por “khalil”, amigo, siendo sus más próximos el Profeta Mahoma y los musulmanes. La historia coránica de Abraham introduce un cambio notable frente al texto bíblico: así, llama a su padre Azar (posible deformación con el nombre de su siervo Eleazar) en lugar de Tarej y sustituye directamente a Isaac por Ismael, instituyendo este último con su padre el culto en La Meca sobre unas míticas ruinas, la Kaaba, santuario atribuido a Adán; por último, el Corán hace a Abraham depositario de unas misteriosas escrituras (Suras mecanas La Estrella y El Altísimo). En síntesis, si el Abraham del Judaísmo y el Cristianismo son al menos el mismo personaje, Abraham adquiere para el Islam una personalidad propia: Isaac, como “Hijo de la Promesa”, es sustituido por Ismael… En cuanto al termino Abraham, sería un nombre personal teofórico de rango semítico bastante común en santuarios, cuyo significado podría ser “el Padre (Dios) es exaltado (o sublime)”.

En cuanto al Aïd El Kébir en Ceuta, siempre Ciudad Querida, me ha vuelto a extrañar que las responsables autoridades hayan impedido un año más, por presunta praxis sanitaria, la importación para éste día de los borregos criados en Marruecos y, sin embargo, no adopten ninguna medida para el tráfico fronterizo de los otros, la espesa y radical secta de los “tablighi”. ¿No les parece…?. Visto.
 

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