“Pa lo que me queda en el convento, me cago dentro”

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

Largo y tendido ha de escribirse sobre la “Cúpula del Ingesa” a quienes los dimes y diretes considera clones de las mañas y maneras de la Junta de Andalucía, algo normal ya que son de la misma cuerda política. Pero hay que tener desfachatez y carecer de la más elemental prudencia para arremeter contra un medio de comunicación por cumplir su obligación que es la de comunicar e informar, con total veracidad y dando testimonio fehaciente de lo presenciado y siendo exponente de las opiniones recabadas de personas totalmente fiables y que presentan una absoluta credibilidad.

Imprudente actitud la de tratar de “joder al mensajero”, disculpen, es “matar al mensajero”, imputándole lanzar informaciones “dañinas”, porque eso da lugar a la pregunta ¿”Dañinas” para quién? ¿Para quienes practican la “dedocracia” disfrazada de “baremocracia”? Lo que podemos afirmar sin dar lugar a dudas es que, cuando todas las centrales sindicales se aúnan en la misma dirección y comparten idéntico criterio no se encuentran exentos de razones, porque los sindicatos suelen hilar muy fino. Y lo evidente es que si se conocía muy de antemano que el bien cualificado personal sanitario del Hospital Militar iba a ser trasladado al Hospital Universitario, con listados de nombres, apellidos y grupos profesionales así como especialidades, en el momento de la llegada los puestos tendrían que haber estado ya asignados de antemano y cada cual entrar directamente a desempeñar sus funciones.

¿Y qué es esa cursilada antológica de haber realizado a los profesionales un “acto de acogida”? ¿Es que tal vez llegaron en pateras? ¿Se puede ser más necios? Sencillamente unos buenos profesionales del Hospital Militar llegaron a sus “supuestos” nuevos puestos dentro del mastodóntico e infrautilizado Hospital Universitario, donde siempre se ha requerido un aumento de plantilla que es absolutamente necesario.

Pero por lo visto ha habido un fallo organizativo a todos los niveles, la mayor parte de los profesionales se encontraron desubicados y la nota de prensa les trata como a pobrecitos inmigrantes cuando alude en tono meloso y conmiserativo a la labor del personal de enfermería “facilitando las tareas de integración al personal recién llegado”. ¡Cuán conmovedor! ¿Les proporcionaran clases de alfabetización en español? ¿Qué coño de tareas de integración para un personal sanitario experto y harto de desempeñar su profesión? ¡Y encima con el “acto de acogida” ¡Y suponemos que de paso les regalaron algún baremo prefabricado de propaganda y les dieron leche y galletas para que se repusieran de la travesía. Pamplinas de pamplineros en plan “Pa lo que me queda en el convento, me cago dentro”. Imprevisión, desorganización, enfrentamiento con “todos” los sindicatos y por si fueran pocos los adversarios de los que ha ido sembrando su camino la Cúpula Dedócrata, ahora difama y ofende a este diario y encima con publicidad ya que es una nota de prensa enviada a todos los medios de comunicación de esta ciudad. ¿Acaso cree la Cúpula de INGESA que el tiempo juega a su favor porque les quedan dos telediarios y en plena campaña no nos vamos a enredar en andurriales encenagados? Errados andan porque siempre vamos a contar lo que presenciemos, aun cuando nuestros reporteros sean expulsados de reuniones silenciadas y de las que se tienen que enterar a trancas y barrancas y porque a la gente le gusta dar mucho a la sinhueso y avisa ¿Es que a esta gente, con tanto oscurantismos y tantos dengues les gusta la clandestinidad? Mala querencia para una empresa pública el tender a ser Juan Palomo en plan “yo me lo guiso yo me lo como” porque acaban siendo pregonados como el famoso Pepe Quiñones “Tú la has liado y tú te la comes”. ¿Y qué se cree la Cúpula del INGESA? ¿Que son una solidaria y caritativa Oenegé para hablar de “integrar al personal acogido”?.

Pero en el fondo y en la forma, baremo va, baremo viene, la tradición de “acogida” y de “colocada” les acompaña de ahí sus maneras onegetistas, pero las buenas formas se evaporan cuando existe el riesgo de que sus tejemanejes aparezcan en negro sobre blanco y letra redondilla, porque la información veraz de los profesionales puede demostrar que la realidad es infinitamente menos idílica que cómo ellos la relatan en sus relamidas notas de prensa. ¿Informaciones falseadas y dañinas? Como diría Confucio “Listillo, la única manera de que no se sepa, es que no lo hagas”. Y si esa aseveración no pertenece al confucianismo debería pertenecer porque es muy talentosa.

Ya se pueden ir agarrando porque vienen curvas.