Y es que, además del PSOE hacia
García Aldave y del PP a San Amaro, casi diez mil ceutíes
pasaron el día de Todos los Santos en el campo, en el monte
o en la playa, que para todos hubo su lugar apropiado.
El Día de la Mochila fue el más apropiado para salir de casa
y pasarlo bien fuera, por el buen tiempo, en primer lugar y
por la falta de incidentes de consideración, después.
Se sabe vivir fuera de casa, eso es lo que demostraron
tantos cientos de ceutíes que, atraídos por la tradición y
empujados por las buenas condiciones climatológicas, desde
las primeras horas de la mañana comenzaron a disfrutar de un
día especial.
Docenas y docenas de tiendas, en lugares apropiados para su
instalación, generadores eléctricos, en cantidad y muchos
vehículos, fueron los componentes más visibles que había en
el Monte Hacho o en García Aldave.
Las cifras absolutas, que pueden ser más que discutibles,
nos hablan de que el pasado año subieron a los montes de
Ceuta, en torno a 3600 excursionistas, una cifra muy
elevada, pero que queda muy por debajo de lo que se calcula
que hubo este año, pues las cifras que se han dado rondan
los 5500 adultos y más de 2500 niños.
Cifras estas difíciles de cuadrar, pero que no serán muy
distantes de las que realmente existieron.
Y para que las cosas salieran como tenían que salir, y para
evitar los desatinos que ha habido algunos años, no
demasiado lejanos, los controles, rigurosos y efectivos, en
esta ocasión, han impedido problemas de alcance.
La Guardia Civil, concretamente dos motoristas, recorrieron,
durante todo el día, los montes, con lo que se estaba
evitando cualquier tipo de incidencia desagradable.
El Cuerpo Nacional de Policía y la Unidad de Intervención
Rápida colocaron una serie de controles en las subidas a los
montes, de forma que se evitaran los colapsos de tráfico.
Todo estaba programado, milimétricamente, y así se evitaron
esos problemas que, en otras ocasiones, han generado algunos
patosos que ni iban a divertirse ellos, ni dejaban que lo
pasaran bien todos los demás.
La carne, la tortilla, los frutos secos y todo lo típico de
esta fecha, abundaba en cualquier zona del monte, más
familiar en el Monte Hacho que en García Aldave.
Era una jornada de tranquilidad, de encuentro, de paseos por
el campo, de partidas de todo tipo y ..., no podía ser de
otra manera, este era el punto negro, de basura, más de la
debida, en algunas zonas.
Fueron los aspectos más destacables de una de esas jornadas
que en Ceuta, más que en ningún otro sitio, se dedica a
salir al monte, lo mismo por parte de los jóvenes, que de
los niños o de las personas de más edad.
Es una tradición que se viene trasmitiendo de abuelos a
padres, de estos a hijos, a nietos y a todas las
generaciones posteriores, con el mismo sentido, con los
mismos o similares productos y con las mismas ganas de
pasarlo bien toda la familia.
Podemos decir que esta jornada de relax es un poco el
anticipo de lo que, a partir de ahora, pero en sentido
contrario, nos va a caer encima, con la campaña electoral
que ha comenzado.
Y aquí, al revés que en otros casos, primero hubo el
descanso y la tranquilidad, para más tarde vivir el desatino
de lo que se nos viene encima, durante muchos días.
|