A partir de hoy restan 15 días
para que sea oficial, y no una previsión, la ‘cuenta atrás’
de la cúpula del Ingesa en Ceuta. Una situación que debe
producir un estado de nerviosismo tal como para que toda una
Dirección Provincial sea capaz de miccionar fuera del
tiesto. Tal y como ha actuado la cúpula directiva a lo largo
de estos años, convirtiendo el nuevo hospital en un cortijo,
según han criticado formaciones políticas y sindicatos,
sería bastante más prudente que callaran. Sin embargo, antes
al contrario, guiados por la torpeza en forma de asesoría de
comunicación, han querido dar una de las últimas ‘patadas’,
para el tiempo que les queda, a este medio. Les ha debido
escocer que los sindicatos hicieran públicas, a través de EL
PUEBLO, las denuncias de nepotismo y de caciquismo en estos
últimos años. Sus insultos son para nosotros una medalla a
la libertad. ¡Qué pena que Ceuta deba soportar tan baja
calidad de gestores!. Estos últimos años la labor
desarrollada por el Ingesa ha sido un canto permanente a la
mala gestión. La cúpula dirigente, que se ha ido encargando
de cercenar las cabezas de aquellos que han osado discrepar,
ha venido sumando en su haber notables y constantes
problemas en Atención Primaria; en Atención Especializada;
ha habido numerosas protestas por la organización de los
Servicios de Urgencias; las ambulancias... Médicos
ejerciendo de lo que no estaban formados, falta de
especialistas; unidades incompletas; materiales
hospitalarios desfasados, sobrecoste para realizar pruebas
radiológicas en clínicas privadas por la inoperatividad de
los aparatos del Ingesa; incapacidad de dotar de
racionalidad y personal a los gigantescos y desocupados
espacios del macro hospital llamado Universitario y que no
hace honor a su denominación. Numerosos casos judicializados
por presuntas malas praxis y con varios facultativos
implicados. Los asuntos de este tipo se han multiplicado a
lo largo de los años y los sindicatos no han callado... y
este medio tampoco porque con la salud no se juega.
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