Regeneración

Nuria de Madariaga
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Hasta ayer noche todo ha sido un revisar y calentar motores y ajustar bujías y tornillos para que la maquinaria funcione a todo gas y sin sorpresas hasta el próximo 20 N donde nos veremos las caras en las urnas para decidir si seguimos en plan emeritense u optamos por el plan lacedemonio. Aclaraciones pocas porque todos saben que un emeritense es uno de Mérida ¿Y qué tiene Mérida? Tiene ruinas. Y también saben que, ya en el Derecho Romano, aparece la acepción “moral del lacedemonio, nacido para el combate” porque los lacedomonios le echaban a la existencia muchos arrestos, tipo ciudadanos de Esparta, pero en menos brutos y más talentosos.

Seguir acumulando ruinas es algo que rechazamos todos los españoles porque, a este paso, España no va a ser España sino una especie de parque temático de arqueología y para regenerar la labor ha de ser conjunta y compartida por todos y hace falta una gran moral del esfuerzo en consonancia con la voluntad, ambos valores tradicionales de los ciudadanos que otorgan su confianza al Partido Popular. Porque las diferencias ideológicas son más cuestión de estómago que de intelecto, son un asunto de piel y de posicionarse ante la existencia. Y a estas alturas la mayor parte de los españoles tienen dos cosas muy claras: 1ª.- El sentido de su voto. 2ª.- Que no quieren más ruinas, por más que algunas de ellas sean patrimonio nacional y considerando que existen ruinas que son monumentos voy a cambiar el término por “ruineros” que son los que arruinan sin méritos artísticos.

Pero lo más llamativo de esta cita electoral en lo referente a las campañas de las formaciones políticas es la osadía de los salientes al proponer “soluciones” que nunca han sido capaces de llevar a cabo durante los años de plomo de su Gobierno, época tenebrosa que será recordada como aquella en la que “nunca tan pocos, han hecho daño a tantos”. Porque el daño no ha sido la ruina económica tan sólo, sino que sus metástasis se han ido extendiendo desde el tumor central a todos los órganos, llevando a ellos la podredumbre, el deterioro y el mal absoluto. Metástasis purulenta al destruir el espíritu de concordia y de voluntaria mala memoria colectiva dimanante de la Transición, cuando todos los españoles decidimos que “el pasado, pasado está y pasado queda” y quedamos reconciliados y así seguimos con el reinado de Felipe González que nunca fue dado a pegar patadas en avisperos y continuamos con Aznar ocupados trabajando, produciendo,gastando y ahorrando. Y así seguiríamos a fecha de hoy de no haberse cumplido la profecía del Apocalipsis de San Juan que anunció la llegada del Anticristo sobre la sangre de los inocentes y con él y los suyos las tinieblas, la persecución a los creyentes, el enfrentamiento, la degradación y el caos total. Más de un libro se ha de escribir y otros ruedan por las editoriales sobre las “macrooperaciones policiales y judiciales” de Rubalcaba, de hecho su poder sigue latiendo y ahí tienen al llamado “cerebro” de la Malaya, Juan Antonio Roca un preso de rara dignidad que jamás ha permitido capitalizar ni publicitar que padece una enfermedad crónica y que de una condena de seis años lleva cinco cumplidos a pulso sin ningún beneficio penitenciario de los que legítimamente le corresponden, mientras que en la actualidad por el humanitarismo gubernamental once asesinos, criminales, hijoputas etarras que “están malitos” han sido agraciados con un precipitado tercer grado, pese a estar manchados de sangre hasta las ingles y “cumplen” en sus dulces hogares con la pulserita de “control telemático”. Roca, con un delito económico y un preestadio de leucemia cumpliendo “a pulso” porque a “los de arriba” no les es simpático. Y encima ni es de ETA ni ha matado a ningún inocente, el muy capullo, aquí al parecer para gozar de los derechos que otorga la ley hay que tener las manos llenas de sangre. Esas, esas son las maneras, las mañas y los trajines de Rubalcaba & Company. Pero lo mismo que existe la Ruta Jacobea, existe la Ruta de Estrasburgo y allí veremos a más de un Estado condenado e indemnizando víctimas de las injusticias de la justicia.

¿Quieren que reflexione sobre más asquerosidades? Pues no lo voy a hacer porque el mal es muy contaminante, de ahí que cuando, en esta Campaña oigo o leo la palabra “cambio” me quedo, muchos nos quedamos “a medias” porque se necesita infinitamente más que un simple “cambio” y además ese eslogan lo llevan utilizando los partidos desde la primera emanación de la Mente Universal, o sea, que “sobadillo” está. Y no se trata de “cambiar” sino de “Regenerar para Renacer” como las lagartijas, ser capaces de zafarnos de la antigua piel envejecida y deteriorada y salir tan campantes y estrenando escamas. Porque regenerar es “volver a generar” y renacer es “volver a nacer” en esta ocasión “desnudos como los hijos de la mar” que escribiera Alberti, porque nos han dejado poco menos que en paños menores y aunque resulte muy poético el símil la poesía se acaba donde comienzan los cinco millones de parados y los diez millones de pobres, donde comienza el cierre de cientos de pequeñas empresas mientras aterrizan extranjeros con todo tipo de exenciones fiscales a quedarse con el mercado. Regenerar es una labor puramente creativa, un ejercicio de imaginación sustentado en un profundo conocimiento intelectual, técnico y científico y la capacidad de materializar proyectos, propuestas e ideas susceptibles de solucionar con medidas concretas problemas concretos. La regeneración por la que apuesta el Partido Popular equivale a un profundo renacimiento, porque todo ha de resurgir y no voy a caer en el manido recurso al “Ave Fénix que renace de sus cenizas” ya que el hecho de pertenecer al PP me exige cierta altura a nivel intelecto, así que pondré como “nuestro” ejemplo, el del erudito jesuita Athanasius Kircher, colega cabalístico del matemático alemán Leibniz. Este cura alquimista ,en el año 1.687, por medio de la alquimia aplicada a la dimensión vegetal hizo resucitar a una rosa de sus cenizas ante la reina de Suecia y toda la corte. Y la historia no pertenece a la mitología, sino que es un hecho real reflejado en los anales. Nosotros nos quedamos con la rosa del cura Kircher y “los otros” que se queden con el Ave Fénix porque entre pajarracos se entienden y además no va a ser nunca lo mismo un pájaro que podía hasta ser portador de enfermedades, que un jesuita de postín y que alternaba con la realeza.

Así que nada de “cambio” que suena muy ligth y muy descafeinado, tenemos que ser más audaces, como el cura Kircher cuando se presentó con las cenizas sabiendo que si de allí no surgía una rosa le iban a cortar las pelotas en vivo y en directo por intentar “quedarse” con la Reina, apostar por + que cambio, regeneración y renacimiento. Nada de parchear ni de hacer lo que en mi barriada malagueña llaman “un chapú” (léase un chapuz, una chapuza) apuntalando por aquí, repellando por allá, renacer es más ilusionante, porque arquetipos nos sobran para dar y para regalar como demostración de la capacidad innata de los celtíberos para superarse en las condiciones más adversas y que resurja la vena de la Iberia Vieja en todo su inmenso potencial. Resumiendo, que de “los de enfrente” se puede decir lo mismo que nuestros ancestros iberos decían de los invasores “me cago en los romanos, que nos están jodiendo y nos roban el grano”. ¿Y qué reminiscencia atrapar y endosar a Rajoy y a su tropa? Pues que son, antes que nada alfareros dispuestos a “crear” y no olviden aquello de “Oficio noble y bizarro, el de la industria del barro. Dios fue el primer alfarero y el hombre el primer cacharro”. Y encima el PP tiene una buena dirección : la del primer alfarero.