El presidente regional del PP fue el último en hablar y el
primero en pedir oficialmente el voto cuando su discurso de
más de quince minutos traspasó las 00:00 horas del ya 4 de
noviembre.
Pero confiado en el mensaje y en la fuerza de su palabra,
Vivas dijo categórico que: “Llegó la hora. Empezamos la
recta final hacia el 20-N, una fecha crucial para España”,
reconoció para abordar las necesidades del país para
“recuperar el prestigio y el lugar que se merece en el
ámbito internacional”.
“España no debe ser el problema, sino parte de la solución”,
“Es mucho lo que está en juego”, señaló ante la situación
que actualmente se encuentra el país en el que “no se puede
seguir soportando por mucho más tiempo el drama social y
humano de los 5 millones de parados”. “Está en juego la
subsistencia del Estado como garante de la cohesión y la
vertebración de España que le encomienda la Constitución.
Está en juego el estado del Bienestar”, pero está en juego
también -añadió- “el nuevo impulso que Ceuta necesita para
potenciar su actividad económica”.
Vivas dijo que la solución está en manos de los españoles y
consiste en decidir “entre la continuidad y el cambio”. Para
Vivas la continuidad es “mantener a los responsables de las
graves consecuencias de la crisis, a los que la negaron y
escondieron, mantener a quienes han estancado y empobrecido
a España”. El cambio es, sin embargo, “la ilusión y la
esperanza que representa el PP con Mariano Rajoy a la
cabeza”. Vivas habló de cambio “para crecer y generar empleo
porque España no se puede quedar parada” y elevó los
“irrenunciables” valores éticos del PP.
Compromiso con Ceuta
“El PP significa compromiso con Ceuta porque siempre ha
ocupado un lugar de privilegio en su acción política”.
Defendió el programa, la credibilidad de los candidatos y la
experiencia de haber sacado a España antes de la crisis.
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