Mesa Sectorial sobre la Igualdad.
Convocante el Partido Popular. ¿Fallo inadmisible? Faltaban
sillas y espacio o sobraban asistentes aunque, al “ser”
todos los que estaban, sin estar ni mucho menos, todos los
que “son”, allí fallaron escandalosamente los metros
cuadrados del salón del Hotel Tryp y muchos tuvieron que
esperar en la puerta estirando el cuello para presenciar la
intervención más “galáctica” que “estelar” de los dos
senadores, Luz Elena Sanín y Sastre.
Telonero de postín el Presidente Juan Vivas dando la entrada
con el velado anuncio de que va a memorizar las doscientas
páginas y las cuatrocientas medidas del programa del PP, no
dijo exactamente “memorizar” pero conociendo su predilección
por disertar manejando datos en abundancia, las
cuatrocientas medidas le vienen más que pintiparadas para
barajar las cartas del cambio. ¿Primer interviniente? El
futuro senador Sastre, buena pinta, buen tono y gran
academicismo al referirse a la igualdad plena que postula el
Partido Popular en sus directrices y que pasa por un
tratamiento no discriminatorio en el aspecto de las
oportunidades de educación y de trabajo, igualdad en los
salarios, conciliación de la vida laboral y familiar y lucha
sin fisuras contra los malos tratos y la violencia de género
con ayudas para las víctimas y para sus hijos.Resulta más
que evidente que el Gobierno de Rajoy pondrá toda la carne
en el asador para erradicar la violencia doméstica y se
espera que manifieste las leyes que se van a reformar aunque
el candidato Sastre puso el dedo en la llaga ceutí
reclamando los Juzgados específicos de violencia de género
como existen en prácticamente todas las ciudades de nuestra
geografía y la obligatoria “Sala de víctimas” que es un
silencioso enclave donde esperan las denunciantes sin ver
conculcado su derecho a la privacidad. Si algo resulta
palpable es que Sastre viene de la enseñanza, porque resulta
didáctico.
Y menos didáctica pero con su disertación continuamente
interrumpida por aplausos la senadora Luz Elena Sanín,
experta en levantar a las mujeres de las sillas con su verbo
vibrante, capaz de pasar de una reflexión sobre el artículo
14 del Texto Constitucional relativo al Principio de
Igualdad a toda una proclamación filosófica de principios
ovacionada por el mujerío asistente “¡Yo me siento orgullosa
de ser mujer!” Y como para no sentirse, cuando ha sido capaz
de llevar adelante una vida laboral en la que ha ido
escalando peldaño a peldaño por exclusivos méritos propios,
una vida privada con una familia excepcional y una prole
espectacular y una vertiente de mujer política que es pura
generosidad. La vida y la experiencia humana de Luz Elena es
algo que late en sus intervenciones, cuando habla de
violencia de género lo hace con la fuerza y el conocimiento
de una jurista profesional, cuando habla de enseñar a los
varones a colaborar y compartir es antes que nada madre y
cuando se enerva ante desigualdades y luego relaja el tono,
hace un guiño a los notables y otro a la concurrencia y
suelta una broma que cosecha risas, manejando el discurso en
una especie de oleadas de afirmaciones dramáticas que
conmueven y luego “suelta gas” para bajar la tensión y se
torna más coloquial, entonces es equilibrista de la palabra
y trapecista que se lanza sin red para defender aquello en
lo que cree y aquello que siente.Buena mesa sectorial.
Maravillosa la mano tendida de Luz Elena a las mujeres de
más de 45 años, las +45 que tienen en el PP a su principal
valedor.¡Bien!
|