Siempre es bueno que caiga un poco
de agua. Llueve aunque no tanto como para inundar las
calles, al menos aquí,
El frío otoñal sigue ausente. Se habrá quedado con las
sábanas pegadas.
Bien, después del error contable alemán, que redujo
considerablemente su deuda, vienen ahora con que en Irlanda
han cometido el mismo error y también rebaja su deuda.
Ya decía yo que el euro produciría tremendos desbarajustes.
Aún hoy en día, muchos españoles calculan tan mal la
comparación con la antigua peseta y gastan en tres días lo
que le debería durar un mes. Sobre todo los ancianos
jugadores de máquinas de dinero.
La decisión del presidente del Gobierno griego, de someter a
referéndum sobre el plan de rescate, ya estaba colgando,
como la espada de Damocles, sobre la cabeza europea desde
que se aceptó la integración de ese país.
Duermen mal los líderes de Europa, sobre todo Merkel y
Sarkozy, por culpa de la alarma que está sonando
continuamente en la zona euro.
Me suena a cuento la afirmación que hacen esos dos líderes,
con ínfulas de todopoderosos, sobre el acuerdo europeo de
aportar una ayuda financiera de 130.000 millones de euros
que conseguirá el regreso del país heleno al crecimiento
sostenible.
¿Obligar a un país soberano asumir una deuda de ese
montante? ¿Seguro que los inversores lo recuperarán?
No veo yo ninguna razón para impedir que un país soberano
celebre referéndum sobre cualquier tema que afecte a todos
sus ciudadanos de manera tan crucial. Sobre todo cuando
significa que los mismos ciudadanos se vean implicados en un
severísimo plan de austeridad.
Ya lo dije, y sigo diciéndolo, que el euro va camino del
fracaso como moneda única de un conjunto de países, con
distintos niveles económicos, si al euro lo rige un sistema
ultracapitalista que divide severamente la posición social
de los europeos (más ricos y más pobres) y dirigidos
solamente por dos líderes, aunque sobre el papel parezcan
que son todos los representantes europeos.
La sacudida del ‘mercado’, eufemismo inventado por los
políticos profesionales para referirse al poder financiero,
ha sido tremenda. Principalmente porque Grecia tiene
presente, todavía, la etimología del término “democracia” y
esos ‘mercados’ no fomentan la cultura del trabajo y sí la
del pelotazo.
La utopía está ahí: más riqueza para los países ricos… el
resto a chupar para querer ser rico… en deudas.
Pediría a Papandreu, si me atendiera, que refuerce al máximo
su seguridad personal. No creo que sepa a qué está jugando.
Bueno, ahora vamos con el plan del programa que el PP ha
presentado al público. Todo eso es un producto totalmente
descafeinado con intenciones de amansar a las fieras.
Nada concreto en esas 214 páginas. Todo merodea alrededor de
la máxima emitida por la cúpula pepera a todos sus
militantes: “Todo depende de lo que encontremos cuando
lleguemos al poder”
Recuerden las promesas del PP realizadas en 1996. La mayoría
de aquellas promesas no se cumplieron por “la herencia
recibida”.
La incapacidad de los conservadores por resolver los
problemas del país está en esa “herencia recibida” y sólo
están capacitados para resolver sus propios problemas.
Término de egolatría.
Muy fácil quitarse el muerto de encima. Lo dejarán sin
enterrar y encima lo cargarán con más problemas, estos que
aparecerán durante el hipotético mandato pepero, como los
que van pariendo en las comunidades gobernadas por estos.
En fin. La vida sigue, yo también aunque con el euro
amenazando mi economía familiar.
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