La historia de nuestro país se
remonta en los tiempos, está repleta de decisiones que
marcaron el futuro de los españoles por ello, en esta
ocasión reflexionaré sobre la decisión que significó el
comienzo del cambio para una ciudad que hasta ese mismo
instante había sufrido la desatención más absoluta por parte
de los dirigentes políticos. Las Elecciones Generales de
1996 supusieron el principio de una nueva etapa fruto del
triunfo electoral de un Partido Popular comprometido con el
futuro de la ciudad. Desde ese mismo instante, el Ejecutivo
de la nación encomendó la elaboración de un completo Plan de
Actuaciones (Plan Ceuta Activa) cuyo objetivo era conseguir
el mayor desarrollo económico y social a través de
actuaciones multidisciplinares dirigidas a modernizar
nuestra obsoleta actividad productiva.
Por primera vez, Javier Arenas, Ministro de Administraciones
Públicas, asumió la que sería la primera actuación de una
larga lista en beneficio de esta ciudad, coordinar un Plan
que incluía una inversión estatal cuyo presupuesto superaba
los 71,77 millones de euros solo para el año 2003. Desde ese
mismo instante, la mayor parte de los ministerios
protagonizaron el comienzo de unas inversiones, que se
estructuraron en cuatro grandes grupos: incremento en las
inversiones públicas estatales, mayores incentivos en la
inversión privada, apoyo al desarrollo y modernización del
sector turístico y del comercio así como, actuaciones para
mejorar la calidad de vida.
Muchas fueron las actuaciones acometidas incluidas en dicho
Plan aunque, por razones de espacio las resumiré:
construcción del nuevo hospital civil, ampliación del Puerto
de Ceuta, construcción del helipuerto civil, mejoras
sustanciales en nuestras infraestructuras de comunicación
marítimas y terrestres, subvenciones al transporte de
viajeros, incentivos a la inversión privada, incremento
sustancial en la oferta de suelo, instalación de una oficina
permanente de la empresa de desarrollo SEPIDES, dinamización
turística, rehabilitación del mercado de abastos,
construcción y mejora de los centros educativos,
construcción de un centro de inserción social, regeneración
del borde litoral y playas, construcción biblioteca pública,
viviendas de protección oficial, etcétera.
Algunos podrían sorprenderse al comprobar como incluyo en
esta relación algunas de las actuaciones que los dirigentes
socialistas han pretendido apropiárselas infructuosamente
presentándolas como modelo de gestión eficaz en estos
últimos años aunque, la realidad es diametralmente opuesta
puesto que, estas actuaciones se encontraban incluidas en un
documento editado y presentado hace más de ocho años. En
definitiva, esta es la otra “memoria histórica” que los
ceutíes tenemos la obligación moral de no olvidar jamás.
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