En esas encuestas en las que no
creo hasta que se cierran los colegios electorales y el
ministro del Interior sale diciéndole los resultados, de las
mismas, a todos los españoles, según las últimas realizadas
el vencedor de las próximas elecciones generales del 20 N,
será con mayoría absoluta el Partido Popular.
Según esas encuestas, Mariano Rajoy, batiría todos los
récords que hasta hoy han conseguido los populares., ya que
saca una ventaja en intención de voto de 16,4 puntos a los
socialistas, sus máximos oponentes, que por lo contrario
sacarían los peores resultados de su historia.
Por comunidades, según esas encuestas, los populares
ganarían en todas ellas menos en Cataluña y Las Vascongadas.
No puedo decir en el País Vascos, porque según lo que
aprendí de niño en mí colegio público, jamás Las Vascongadas
fueron país.
Por provincias, según esa misma encuesta, los populares
obtendrían la victoria en cuarenta y dos más las ciudades
Autónomas de Ceuta y Melilla, frente a sólo cinco
provincias, Barcelona, Lérida, Tarragona, Sevilla y Álava,
en las que vencería el PSOE.
Según estas encuestas el PSOE va a sufrir un histórico
descalabro que, al parecer, no llegará a conseguir más de
119 diputado. Si eso sucede tal y como indican las últimas
encuestas realizadas nos mostraría a un PSOE hundido, del
que los votantes han pasado olímpicamente quizás debido a
los cinco millones de parados a las miles de empresas
cerradas y a la gran crisis económica que nos está
afectando, y de la que el Gobierno no ha sabido o no ha
podido crear empleo, mantener algunas de las empresas que
han cerrado y hacerle frente a la crisis para tratar salir
de la misma.
Sea lo que sea, las encuestas esas en las que no creo hasta
el cierre de los colegios electorales y los resultados que
dé el ministerio del Interior, los socialistas van a ser
duramente castigados en las urnas.
Si a todos estos inconvenientes, añadimos que los que le
están haciendo la campaña al candidato socialista, don
Alfredo Pérez Rubalcaba, no parece la campaña más adecuada
sino, más bien, una campaña desastrosa, se une el hambre con
las ganas de comer.
Todo esto, en cuanto a las encuestas se refiere. Unas
encuestas que pueden cambiar, pero por las trazas que lleva,
parece poco menos que imposible que cambie la intención de
voto de los españoles que dará la mayoría absoluta a los
populares.
Sin embargo, pase lo que pase, sigo opinando que en estas
elecciones “ni están todos los que son, ni son todos los que
están”. Pues en el camino se han quedado fuera de las
listas, de todos los partidos, hombres y mujeres o mujeres y
hombres, tanto monta, monta tanto, de gran importancia y
valía que han sido apartadas de las mismas a pesar de que el
personal se pregunte, con extrañeza, por qué no van en las
listas, mientras las mismas están ocupadas por personajes
que, en algunos casos, sólo los conocen en sus casas a la
hora de comer. En el supuesto que vayan a comer a casa.
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