“La tradición de subir al Monte Hacho viene de la época en
la que durante este día soltaban a los presos por la zona y
los familiares subían a comer con ellos al monte”, recordaba
María Jesús, durante la comida por el ‘Día de la Mochila’,
que celebraba ayer con su familia en la zona. Tras el festín
no faltó el té con yerbabuena ni la partida de bingo.
El Monte Hacho acogió a muchas familias, mientras que García
Aldave era más ocupado por grupos de jóvenes. Aunque también
había algunas familias, como los Gómez-González, que
llevaban “toda la vida” subiendo al monte. No faltaron
tampoco las parejas, como Ricardo y María Teresa, que habían
subido a pie hasta el Monte Hacho. “Salimos de la plaza
Azcarate sobre las once de la mañana, traemos bocadillos y
frutos secos”, explicaba la pareja quienes se autodefinían
“amantes de la naturaleza” de la que destaban “la
tranquilidad” que les proporcionaba. Como muchos otros en la
jornada de ayer, lamentaron la basura que reinaba en el
campo previa a la celebración del día.
Tareas escolares
El día de la Mochila, además de ser toda una tradición en
Ceuta, era el objeto de la tarea de algún niño. Como Javier,
de seis años, que junto a su hermano Jesús había preparado
la mochila mientras cantaba la canción que se asocia a esta
festividad, la cual, lamentaba su padre, “ya se está
olvidando”. El niño, de los Agustinos, tiene que llevar el
miércoles algunos frutos secos al colegio y realizar un
mural con fotografías del día en el campo. “Puedes llevar la
foto que os saquen en EL PUEBLO”, le explicaba el padre al
niño.
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