Dos pasajeros de la COA resultaron heridos tras ser
apedreaos los autobuses en Cabrerizas y El Zoco. Según
informa el presidente de la cooperativa de autobuses, José
Fuentes, el hecho más grave ocurrió en el Barrio Colón, a la
altura de la zona donde antes se ubicaba Averroes, cuando el
vehículo sufrió el impacto de una piedra que traspasó una
luna lateral, que alcanzó a un viajero en el brazo.
El sábado 29 de octubre fue una jornada negra para la COA.
No sólo sufrieron las pedradas que ocasionalmente padecen en
barrios como la Cañada de Hidum, en especial a la altura de
la calle Vía Láctea, en la Urbanización Los Pinares, y en
Cabrerizas, sobre La Bola, sino que además dos de sus
pasajeros resultaron heridos y uno de sus conductores estuvo
a punto de ser alcanzado en la cara, con lo que ello hubiera
supuesto no solo para sus pasajeros sino también para el
resto de vehículos y viandantes un autobús sin dirección.
El hecho más grave ocurrió sobre las doce de la mañana
cuando un “grupo de chavales” que no han podido ser
identificados, arrojaron piedras a la COA de Cabrerizas
cuando subía a los Pinos. A la altura de lo que fue en un
día la antigua Urbanización Averroes recibió el impacto en
un cristal lateral derecho, por la zona central. El objeto
atravesó el cristal y dio a un viajero en el brazo,
provocando una herida sangrante, y a otro le salpicaron los
cristales, ocasionándole igualmente cortes sangrantes.Los
heridos fueron atendidos por personal sanitario y a pesar de
lo escandaloso de las heridas sangrante, no fue necesario el
ingreso hospitalario de ninguno de ellos. En ese preciso
instante dejó de funcionar el servicio entre la Plaza Torres
Quevedo y los Pinos, que no se retomará hasta hoy lunes.
Unas horas después, sobre las tres, un segundo autobús de la
COA sufrió otra gamberrada en forma de pedradas. En esta
ocasión era la línea que enlaza el centro con Mariguari. El
incidente sucedió a la altura del barrio de El Zoco, cerca
del Colegio León Solá, cuando “una chaval con la cara tapada
con una camiseta” se situó enfrente del bus y le tiró una
piedra. Por suerte, el objetivo no atravesó el cristal
porque este soportó el impacto y únicamente se agrietó. De
haber pasado, habría podido dar al conductor, lo que hubiera
supuesto un suceso de trágicas trascendencias. El servicio
en esta línea que une el centro con La Cañada también queda
suspendido hasta hoy.
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