Veo que en la presentación de los
candidatos del PP se muestran convencidos de la “necesidad
del cambio” para España.
Y esto del “cambio” les suele resultar bien a los que lo
promueven, porque en la mente de muchos de los que vivíamos
entonces está aquel slogan del PSOE, en 1982, “Por el
cambio”, con el que arrasaron, hasta el punto de que el
partido que estaba, hasta entonces, en el Gobierno, pasó del
Gobierno a la desaparición, me refiero a la UCD.
Obviamente, eso no le sucederá el 20-N al PSOE, aunque
pierda las elecciones, por goleada, y no le sucederá porque
el PSOE, por historia, es mucho más que lo que era, en
aquellos momentos la UCD, aunque en la historia de nuestra
transición la UCD debe llevarse la palma del paso de la
dictadura a la democracia.
El PP apuesta por el cambio, y con el PP la mayor parte del
país, aunque sólo sea para comprobar que la alternancia de
partidos en el poder, siempre ha sido positiva.
Y con ese cambio nos jugamos todos mucho, y he dicho “todos”
y no un grupete de amiguetes, tan sólo, por lo que no puedo
estar de acuerdo con Juan Vivas, el presidente del PP de
Ceuta, cuando dice que.”España se juega mucho, pero Ceuta
más”. Eso no se lo puede, ni se lo debe creer, ni siquiera,
él.
Ceuta se juega tanto como se pueden jugar Valladolid,
Castellón, Badajoz o Navalmoral de la Mata, ni más, ni
menos, porque ya es hora de que desde dentro y desde fuera
se deje de mirar a Ceuta como si no perteneciera, de hecho y
de derecho, a la misma España que pertenecen Utrera, Almería
u Orense.
Y en la intervención de Márquez, dirigiéndose al PSOE, creo
que tiene sentido su frase, en todo lo que dice, incluso lo
que dice sobre él mismo:”Los ceutíes van a votar al PP no
porque yo lo valgo, sino porque nos habéis llevado a la
ruina”.
Ahí está la clave del voto del 20-N y ahí está la clave del
cambio, en que lo que hay y ha habido no ha servido, no nos
ha beneficiado, nos ha perjudicado, hasta el punto de pasar
de ser “casi” ricos a “entrar en una situación en la que el
hambre se deja notar en muchos sectores”, y con el voto
hacia el PP no se va rumbo a lo desconocido, sino rumbo a
una mejoría económica, en primer lugar, y luego, si fuera
preciso, que lo será, a recuperar ciertos valores morales
que si no se han perdido, sí se han relajado mucho más de la
cuenta.
En esto, también, está el cambio. Y ese cambio debiera ser
para poder gobernar con solvencia, sin resquebrajaduras en
algunos asuntos y sin tener que sacar adelante muchas
mociones, o unos presupuestos a cambio de “oro”, si es que
han sido apoyados por el PNV o por CiU.
En 1982 cuando el slogan de “por el cambio”, no sé si la
necesitaba o no, pero el PSOE obtuvo una mayoría absoluta.
Ahora sí que se necesita, con lo que si no llega una mayoría
absoluta, con lo bueno o lo malo que eso tiene, las cosas no
iban a poder cambiar demasiado, aunque las formas de actuar
el PP y las del PSOE no se parezcan en nada.
Y un día más, creo que es el tercero, en menos de una
semana, vuelvo a insistir en eso de que las del 20-N son
elecciones generales, no municipales, con lo que no me sirve
eso de que “apoyar a Ceuta es para el PP una cuestión de
principios y de convicciones”, yo no diría “apoyar a Ceuta”,
yo diría “apoyar a toda España”. Eso es lo correcto.
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