1. CONCEPTO DE DISFASIA
El concepto de disfasia no ha sido consensuado por los
distintos autores y los esfuerzos se han centrado en
realizar diagnósticos por exclusión de los trastornos que no
podrían ser encuadrados dentro de esta categoría.
La disfasia, entonces, “se aplica en general a los niños que
presentan un trastorno severo del lenguaje, y cuyas causas
no se deben a razones obvias como pueden ser: sordera,
retraso mental, alguna dificultad motora, desórdenes
emocionales o alteraciones de la personalidad”. (Serón y
Aguilar, 1992, p.331).
Las disfasias se caracterizan por un desarrollo del lenguaje
severamente alterado en niños intelectualmente normales
mayores de 5 años, tanto en la comprensión como en la
emisión del lenguaje, no posible de explicar por problemas
intelectuales, sensoriales, motores o a lesiones
neurológicas, acompañado de problemas asociados (atención
dispersa, aislamiento, labilidad emocional). Este déficit en
el lenguaje oral se caracteriza, además de por un retraso
cronológico en la adquisición del lenguaje (Aidex, 2000)
2. CARACTERÍSTICAS DIFERENCIALES
Es necesario hacer diagnóstico diferencial con, deficiencia
mental, autismo, déficit auditivo, alteraciones neurológicas
(afasias).
Resulta difícil establecer la frontera entre retraso del
lenguaje y disfasia; muchas veces, el diagnóstico viene
determinado por la falta de evolución ante la intervención y
el nivel de la gravedad de la sintomatología.
Los trastornos disfásicos tienen peor evolución con una
intervención sistemática. Se considerarán como criterios de
distinción, la mayor gravedad de los indicadores y la
persistencia de esa gravedad. En el retraso del lenguaje,
aunque en un momento determinado pudiera constatarse como de
la misma gravedad que una disfasia, encontraríamos una mejor
evolución, como consecuencia, no sólo de la intervención,
sino también porque los factores ambientales dificultantes
asociados, van perdiendo fuerza frente a esa buena
intervención y orientación escolar y familiar.
El problema disfásico, se complica aun más, por sus mayores
dificultades en los aprendizajes básicos y su mayor y más
persistente fracaso escolar.
3. ETIOLOGÍA
Seeman (1965, en Serón y Aguilar, 1992, p.332) considera que
la precocidad en la aparición de la disfasia indicaría que
el factor constitucional sería importante, tal vez no como
causa, pero sí como factor predisponente; por otra parte,
diferentes autores señalan que la disfasia es producto de
factores tanto heredados como ambientales.
El componente perceptivo−auditivo es fundamental en el
desarrollo de la disfasia. Es posible encontrar niños con
sordera verbal (audición de sonidos sin discriminación de
estímulos verbales por problemas de percepción a nivel
central).
4. SÍNTOMAS DE LA DISFASIA
Suelen aparecer algunos de los siguientes síntomas:
En la expresión:
• Intencionalidad comunicativa pobre y grandes dificultades
para adaptarse al interlocutor.
• Graves problemas en los aspectos funcionales del lenguaje;
predominio de la función instrumental y reguladora.
• Expresión muy baja, casi nula o constituida por emisiones
que pueden ir desde la palabra-frase hasta la expresión
telegráfica.
• Las frases o palabras se dicen en el orden impuesto por el
pensamiento que lo suscita. En algunos casos la expresión se
reduce a jerga.
• Agramatismo: dificultades variables en la estructuración
sintáctica.
• Dificultad para manejar pronombres personales más allá de
los 4 años.
• Ausencia total de partículas de relación (preposiciones,
etc.).
• Empleo persistente del verbo en forma atemporal:
infinitivos y perífrasis verbales.
• Aunque los órganos de fonación son normales, manifiestan
distorsión y reducción del sistema consonántico”
• Dificultad en la emisión de palabras; aunque pueden
articular sonidos aislados, fracasan en la unión de los
mismos.
• Uso poco frecuente de la coordinación y ausencia o empleo
incorrecto de la subordinación.
• Escasa utilización de los posesivos.
• El uso de los plurales está deformado u omitido, así como
el de los nexos.
• Utilización de un vocabulario reducido, impreciso.
Desconocimiento del nombre de muchos objetos, incluso los de
uso común.
• Alteración de la estructura lógica de la frase.
• Dificultades en la escritura, fundamentalmente en
ortografía y redacción.
En la comprensión: A este nivel tiene más dificultades que
los sujetos con retraso del lenguaje:
• Después de los seis años presentan una escasa comprensión
de nociones abstractas espaciales, temporales y con respecto
a las propiedades y uso de las cosas.
• Tienen grandes dificultades para sintetizar una historia
contada previamente y para organizar el discurso.
• Dificultades en el aprendizaje de la lectura.
• Grave alteración de la comprensión pudiéndose observar
conductas ecolálicas.
• Pueden llegar a la sordera verbal.
• Reacción positiva a gestos.
• Dificultad para repetir y recordar enunciados largos.
• Problemas de evocación: expresiones interrumpidas con
sustituciones de palabras, uso de perífrasis y muletillas.
• Nivel de imitación provocada: En las pruebas de repetición
se observa gran dificultad para reproducir más de dos
sílabas sin significado y se manifiestan incapaces de
repetir frases. Aunque no hay déficit auditivo, parece que
existe una alteración en la percepción audioverbal y en la
retención auditiva de las frases.
Síntomas de acompañamiento:
Entre los síntomas no lingüísticos cabría destacar:
• Dificultades significativas en el campo de la
estructuración espacial y temporal.
• Trastornos del ritmo y algunas dificultades psicomotoras.
• Trastornos psicoafectivos.
• Retraso en el razonamiento lógico y escaso desarrollo de
la capacidad de abstracción.
• Dificultades en la estructuración espacial, trastornos en
el ritmo y dificultades psicomotrices, repercutiendo esas
dificultades en un retraso en los aprendizajes básicos, en
su equilibrio afectivo emocional, baja estima y ansiedad
situacional varias, si como consecuencia de sus dificultades
se produce un fracaso en sus aprendizajes escolares, este
traerá consecuencias personales, familiares y de relación.
• Problemas en la memoria secuencial de estímulos visuales,
auditivos y de acontecimientos.
• Trastornos de tipo perceptivo: integración auditiva
fonética.
• Dificultades a la hora de responder correctamente al
cambio de consigna, probablemente debido a perseveraciones
de las imágenes auditivas.
• Falta de programación en su actividad lúdica (juego
simbólico).
• Alteraciones de la conducta social y afectiva, con rasgos
de ansiedad.
• Dificultades en el desarrollo cognitivo: relación
pensamiento/lenguaje.
• Graves dificultades para el aprendizaje de la lecto-escritura.
Muchas de estas dificultades pueden ser superadas con una
adecuada intervención logopédica y psicoterapéutica, aunque
en muchas ocasiones esta intervención está condicionada por
la dificultad de la evaluación. Ésta sólo puede realizarse a
partir de los seis o siete años; por debajo de esta edad los
problemas pasan inadvertidos o se les consideran parte de un
retraso del lenguaje.
5. CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO DE LA DISFASIA
Según DSM−IV (1995), los criterios de diagnóstico de la
disfasia son los siguientes:
• Déficit persistente en el lenguaje en todos los niveles,
comprensivos y expresivos. ·
• Retraso cronológico y desviación respecto a los patrones
normales de adquisición y desarrollo.
• Graves dificultades para la comunicación.
• Dificultades, en los aprendizajes escolares.
Todo ello, no es debido a deficiencias sensoriales,
intelectuales o motóricas graves.
6. CARACTERÍSTICAS DESCRIPTIVAS DE LA DISFASIA.
Campo lingüístico
Deficiencia expresiva: puede ir desde el mutismo a cuadros
cercanos a la dislalia. En general, la intencionalidad
comunicativa es pobre y se presentan grandes dificultades
para adaptarse al interlocutor; en relación al lenguaje
propiamente tal, se presentan dificultades para repetir
frases y estructurar de manera adecuada las estructuras
sintácticas (agramatismo) y se observa deficiencia en la
integración auditiva y en el vocabulario (Aidex, 2000b).
Según Ajuriaguerra (1975, en Serón y Aguilar, 1992, p.331),
los disfásicos, en cuanto a la producción, se pueden
clasificar en aquellos que son y los que ocupan frases
simples parcos − produciendo emisiones que pueden ir desde
de la palabra−frase hasta la expresión telegráfica (Aidex,
2000b) y los que son poco controlados, que no respetan el
orden de las palabras y presentan desfase entre la
comprensión y la expresión.
Deficiencias en el campo receptivo: se puede presentar desde
una severa deficiencia para reconocer sonido con
significado, hasta formas más leves, donde hay confusiones
en la discriminación a nivel de fonemas o a nivel semántico
(Serón y Aguilar, 1992); en general, se puede observar
dificultad para repetir y recordar enunciados largos y
problemas en la evocación, reflejada en expresiones
interrumpidas con sustituciones de palabras, uso de palabras
y muletillas. (Aidex, 2000b)
Campo no lingüístico
Según Monfort y Juárez (1997), los niños disfásicos
presentarían las siguientes características en el campo no
lingüístico:
Aspectos cognitivos
- Dificultades en el desarrollo del juego simbólico y en
otras funciones simbólicas
- Dificultades en la construcción de imágenes mentales
- Déficit de memoria secuencial, auditiva a corto plazo y
verbal
- Alteraciones en la estructura del tiempo y el espacio
- Heterogeneidad de los resultados en las distintas
subpruebas de las escalas de la inteligencia no verbal.
Aspectos perceptivos
- Dificultades en la discriminación de estímulos auditivos.
- Tiempo de latencia más largo necesaria para la percepción
auditiva.
- Problemas de lateralización en el tratamiento de los
estímulos auditivos.
Aspectos psicomotores
- Dificultades práxicas.
- Alteraciones del proceso de lateralización.
- Inmadurez de las destrezas motoras.
Aspectos conductuales
- Alteración de la capacidad de atención, hiperactividad.
- Alteración de las relaciones afectivas y del control de
las emociones.
* Licenciado en Psicopedagogía
Asociación Psicopedagogica de Ceuta
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