Una de las razones que más han
influido en mi manera de pensar, o de ver las cosas desde
una perspectiva distinta, ha sido y sigue siéndolo la
información periodística de los medios de comunicación.
Como del asunto de la información, su tratamiento, viene
postulado en varios documentos legales, y otros no tanto, no
puedo dudar de que los que están en la profesión conocen al
dedillo la deontología del periodismo.
Sabemos que la función del periodismo no es la de crear
opinión pública, sino la de transmitir información a los
ciudadanos respetando, entre otras cosas, la presunción de
inocencia y el derecho a la vida íntima.
El periodismo no debe estar sólo en manos públicas sino que
debe evitarse presiones internas, valorando la libertad de
expresión de editores y periodistas, que son los
responsables de la emisión de información, no por los
dueños.
La información que se ofrece al ciudadano siempre está
realizada, debe estarlo según Ernesto Villanueva, por un
profesional, un periodista que debe ser una persona abierta
a otras personas, a otras razones y a otras culturas,
tolerante y humanitaria.
No deberían estar en los medios de comunicación aquellas
personas que lo utilizan para sembrar el odio y la
hostilidad o para hacer determinada propaganda.
Otra cosa es la Opinión donde lo importante no es la noticia
sino lo que se comenta de ella, donde se analizan los hechos
desde una óptica personal.
Dentro de la opinión existe una diferencia entre artículo de
opinión y editorial. En el primero se hace responsable su
autor y en el editorial es responsable el medio de
comunicación que la emite.
Por eso, volviendo al principio de este artículo, sobre una
de las razones que han influido en mí, vemos que en nuestro
país algunos periodistas se ponen por montera los principios
básicos.
No me pueden negar que lo que hicieron en determinado
programa de cierta televisión, de carácter privado pero de
emisión nacional, sobre algunos implicados del caso Mari Luz
fue bastante irresponsable y destructiva de la dignidad
humana. Esto sea escrito como un sencillo ejemplo.
Como bastantes e hipotéticos lectores pueden extrañarse del
por qué escribo esto, he de aclarar que este artículo de
opinión es una respuesta a una serie de comentarios que han
realizado algunos lectores a través del correo electrónico.
Nunca con pretensión de enseñar a los profesionales del
periodismo. Que quede claro.
Ya saben, queridos e hipotéticos lectores, que lo que
normalmente escribo en “El Pueblo de Ceuta”, y en otros
medios de comunicación, no son más que opiniones personales
acerca de cuestiones de actualidad y cuya principal
característica es la de combinar aspectos reales con
elementos ficticios y utilizando una estructura libre
marcada por la brevedad.
La intención principal de mis artículos es la de dar a
conocer mi opinión, que es pragmática en ocasiones y
decorada con algunos efectos literarios, nada más.
Los artículos de opinión los realizo como colaborador
habitual, no pertenezco a la plantilla del medio de
comunicación, pero que mantengo una relación muy estrecha
con los mismos. Tenedlo en cuenta.
En cuanto a quienes dicen que son ‘Cartas al Director’, les
he de aclarar que estas, las Cartas al Director, son
comentarios realizados por los lectores con el objetivo de
exponer su opinión acerca de cualquier asunto concreto, en
su mayoría son críticas a artículos publicados
anteriormente, y no tienen nada que ver con el concepto de
Artículo de Opinión. ¿Aclarado?
Bueno, ya tengo bailando lo de San Vito, por el esfuerzo,
mis células grises y me piden a gritos que cambie de tema…
justo cuando llego al final de este espacio.
En fin. La vida sigue, yo también. Seguiré al pie del cañón
hasta que se acabe la pólvora de mi corazón.
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