OPINIÓN - JUEVES, 20 DE OCTUBRE DE 2011

¿Para cuando las luces de Diwali?

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

Extraña y sorprende que en plena celebración de la bellísima festividad hindú de Diwali, presentado públicamente el elaborado cartel anunciador, que es una auténtica obra de arte y posee un cromatismo excepcional, no hayan instalado aún los adornos luminosos que corresponden a estas intensas jornadas de espiritualidad. De hecho en nuestras Navidades Ceuta es un ascua de oro y alcanza celebridad a nivel nacional por lo cuidado de su decoración ( nada más desembarcar en la Estación Marítima los pasajeros empiezan a sufrir alucinaciones estéticas) y en Ramadam se iluminan profusamente muchos enclaves de la ciudad, en deferencia y respeto a la comunidad islámica y para que todos sin exclusión de ningún tipo disfrutemos de la diversidad cultural del crisol en su faceta-festejos. Pero ha llegado el “happy Diwali” se exponen los numerosos actos programados en una serie de celebraciones, ceremonias, hermanamientos y eventos culturales en los que todos los ciudadanos estamos invitados a participar y que sin duda disfrutaremos porque aúnan actos culturales y religiosos de hondo significado.

Pero, en la fiesta de las luces, siguen sin poner ni una bombilla en Ceuta.

Y me refiero a la normal iniciativa de otros países donde la comunidad hindú tiene un peso específico como en ciudades inglesas, francesas y alemanas, que tienen a gala la conmemoración de esta exaltación a la Diosa Laxmi como un importante evento en el ámbito de la cultura. No voy a referirme, aunque ganas no me faltan, al despliegue de imágenes con las que me han ilustrado los compañeros de mis hermanos en el colegio Cerrado de Calderón de Málaga, mi amigo Suresh Dhanwani y su esposa Sony (era la niña más pequeña del internado) algo espectacular. Castillos de fuegos artificiales capaces de hacer palidecer a las mismas fallas valencianas en todas las ciudades de la India, la noche transformada en día por el resplandor de los cohetes al explosionar en estrellas, las niñas jugando en las calles con manojos de bengalas chisporroteantes en las manos, los niños con todo tipo de petardos, pero lo más hondamente estético son las velas. ¿Como se pueden hacer semejantes decoraciones con sencillas velas en cuencos de barro? Los diseños son regios. No hay otra palabra para un paisajismo conformado por luces componiendo figuras, trazando líneas que parecen de marquetería, conformando adornos hasta el punto de que se llega a no saber donde acaban los cientos de velas y comienzan los elaborados diseños de luz artificial. Pero se ve que nuestros “sénecas” locales no han reparado en que, por cortesía, respeto y un mínimo sentido estético, toda la zona centro de la ciudad donde la comunidad hindú tiene sus negocios, comercios, oficinas, empresas, cafeterías, locales y viviendas, a estas alturas del mes tendría que estar “ya” bien iluminada y por supuesto, fotografiada, para tener un testimonio gráfico adecuado al hablar del famoso “crisol” de cómo se realizan las diferentes festividades de las comunidades y la importancia que se les otorga. ¿Donde están esos árboles del Paseo del Revellín y de la Plaza de la Constitución cuajaditos de bombillas? ¿O es que cualquier ciudadano, del más listo al más paleto, no se extasia cuando ve los árboles decorados estilo Champs Elyseés o London City, mejorando la presente y las decoraciones de Harrod ´s? ¿Por quien nos toma la Consejería de Festejos? Árboles iluminados y despliegue de guirnaldas luminosas, algo elegante y con clase que después pueda aparecer en las guías de la ciudad, de hecho se aprovechan los cables de la preinstalación navideña ¿Y por qué no se ha iluminado así mismo con guirnaldas y adornos el Auditorio del Revellín donde se celebra el martes 25 de octubre el festival Diwali? ¿Es que se va a tener que llevar la gente las ristras de luces y las velas de sus casas para colocarlas y disfrutar de ellas? Y con el respeto debido a la espiritualidad y al sentido religioso de esta conmemoración ¿No se da cuenta el Consejero Premi del “tirón” turístico que tiene una celebración de estas características? ¿Nos estamos todos quedando lelos porque viene ya el cambio de la hora?. Será eso y más de uno lo alegará a manera exculpatoria.

Pero no hay perdón de Dios en una sociedad multicultural para el hecho de que las fiestas de la abolengosa, encantadora y exquisita comunidad hindú cuyos componentes pueden ponerse la medalla de que “les caen bien a todo el mundo”, no sean motivo general de jolgorio y animación de los que todos formemos parte. ¿Y que me dicen de las deliciosas tradiciones gastronómicas de Diwali? ¿Y de la posibilidad de pintar y decorar el pavimento de algunas calles con maravillosas composiciones coloreadas como hacen en la India? (Y fotografiarlo, lógicamente para las guías de la ciudad y no me puede el pragmatismo sino mi sentido estético de la realidad). Eso sí, mis excusas por anticipado si ya se encuentra ampliamente preparado el despliegue luminoso y yo estoy aquí sin enterarme. Pero, me digan ¿Se puede perder algún ceutí la oportunidad espiritual de asistir al hermanamiento entre la Comunidad Hindú y esa Virgen del Rocío, que no es obra humana. Que bajó de los cielos, una mañana. Eso sería, para ser Reina y Madre de Andalucía? Privilegio místico impagable. Pero yo a lo mío : ¿Y las luces?.