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OPINIÓN - VIERNES, 14 DE OCTUBRE DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

El cambio
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El objetivo legítimo del gran partido de la oposición es ganar las elecciones. Los ciudadanos comprendemos que en esta lucha por el poder lo lógico es el aprovechamiento de la debilidad del otro y el truco recurrente de ser olvidadizo con los errores propios y airear machaconamente los ajenos.

Todas las encuestas le auguran un triunfo rotundo al Partido Popular en las elecciones del 20-N. Porque la debilidad de su oponente es tan manifiesta como para que sus dirigentes estén convencidos de que sólo les queda procurar por todos los medios evitar que la derrota sea escandalosa.

La debilidad del Gobierno socialista es patente. Ya que la situación del país es realmente grave. Existe una ruina económica, que hace posible que las empresas privadas se vean en la obligación de echar gente a la calle, y los empleos que se van generando son mal remunerados y se están imponiendo las rebajas de salarios para quienes prefieren seguir conservando su trabajo. Y qué decir de los cinco millones de parados. Un auténtico drama.

Los gobernantes socialistas han cometido errores graves. Sin duda alguna. Gobernar no es fácil. Y mucho menos cuando se presenta una crisis económica de tamaña dimensión. Pero cuesta mucho creer que las cosas hubieran sido diferentes de haber estado en el poder los populares. Pues no hay más que mirar a otros países europeos para comprender que en todos los sitios cuecen habas.

Ahora bien, en vista de que en la vida el entusiasmo es vital para enfrentarse a los problemas, es conveniente para España que se produzca el cambio. Ya que todo cambio es generador de esperanza. La cual es muy necesaria. Antes de que nos toque acceder a la desesperanza. Que es aún peor que la desesperación.

Mariano Rajoy se ve ya presidente. Hombre comedido e inteligente, sabe sobradamente que será el ganador de las elecciones del 20-N. La mejor encuesta está en lo que ve a su alrededor: un montón de individuos adulándole, tirándole de la levita, y turbándolo con elogios desmesurados. Como fue la intervención de María Dolores de Cospedal en los fastos celebrados por el partido en Málaga.

El líder del PP, sin embargo, más que decirnos cómo nos sacará de tan grande crisis económica, cumple con el guión establecido en casos así: que no es otro que airear machaconamente los errores socialistas y ser olvidadizo con los propios. Nada achacable a semejante forma de actuar. Cuando está más que probado que la política es una actividad que no está hecha para personas puras. Que la política -y no me acuerdo ahora quien lo dijo- es el arte de impedir que la gente se meta en lo que sí le importa. Ahora mismo se me viene a la memoria una frase de Julio Caro Baroja, leída en su libro ‘Las brujas y su mundo’: “Si hoy existiera la pena de la hoguera, los políticos serían los más sujetos a ella”. Dura sentencia. Por supuesto que sí.

En cuanto concierne a Ceuta, cabe decir que seguirá siendo un granero de votos para el PP. Aunque bien haría Juan Vivas, cual presidente de los populares, una vez celebrada las elecciones, en cortar de raíz el desorden que se está produciendo en el seno del partido. De no ser así, o sea, de continuar desoyendo las voces disidentes, mucho me temo que éstas irán aumentando. Y más pronto que tarde, repercutirá negativamente en su contra.
 

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