Un poco alicaído, por razones
personales, vuelvo a escribir una Nota más, cosa que seguiré
haciendo hasta que Alguien diga basta.
Todo ese tiempo en que he estado sin hacerlo lo he pasado
francamente mal y las noticias dignas de ser comentadas u
opinadas se han acumulado en mi caletre.
Hoy me centraré en cuestiones políticas, comenzando por
Sanidad.
Una cosa sucede aquí, donde resido, cuando el presidente de
la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, proclama a los
cuatro vientos los recortes que hará durante esos cuatro
años de calvario para maestros y médicos.
Lo que no resulta extraño, cuando son los conservadores los
que nos gobiernan, es esa postura dentro del contexto
económico planteada ahora.
Me refiero a los recortes económicos y de personal en el
ámbito sanitario y, sin embargo, se guarda la tijera cuando
toca hacer un proyecto inadmisible en estos tiempos.
¿Cómo comprenderían Vds., queridos e hipotéticos lectores,
que haga esos recortes y en cambio se gaste millones de
euros en derribar y volver a construir un edificio que acoge
actualmente al Centro de Atención Primaria (CAP) cercano a
mi casa?
Realmente el edificio, al que hago referencia, no tiene
ninguna necesidad de ser derribado ni reconstruido después.
Está sano, el edificio, y bien distribuido sus
compartimentos. Lleva muchísimos años abriendo sus puertas a
los mataroneses hasta el punto de casi todos están
encariñados con él y con los profesionales que sirven en sus
dependencias.
Un despilfarro totalmente inútil.
En el plano internacional destaca el tema del Dexia, al que
quieren salvar por todos los medios los que ahora tienen la
sartén económica europea por el mango: Merkel y Sarkozy, o
sea Alemania y Francia con la complicidad de Bélgica y
Luxemburgo.
¿Es legal lo que hacen algunos, si no todos, los directivos
bancarios? Me refiero a que suelen atribuirse pensiones
escandalosas, y vitalicias además, con las que consiguen
vaciar las cuentas bancarias.
Siendo como son, entidades particulares, pueden hacer los
que le vengan en gana pero lo malo está en que todos
nosotros, los ciudadanos europeos, pagamos de nuestros
bolsillos los desbarajustes financieros de las entidades
bancarias a través de las inyecciones de capital que les
realiza los respectivos gobiernos.
¿En qué emplean tantísimo dinero como representan las
inyecciones de capital?
Lo emplean para llenarse los bolsillos en régimen vitalicio
y a los demás que le den morcilla, si es de arroz mejor.
Así funcionó, funciona y funcionará la política conservadora
y… ya veremos.
Por otro lado, las declaraciones Durán i Lleida (CiU) sobre
el PER andaluz han caído como jarro de agua fría si tenemos
en cuenta lo que hacen sus compañeros con las medidas
económicas. Sus palabras pueden significar una ofensa a los
andaluces en general.
Aunque no puedo negar que diga verdad, en parte.
Aunque me parece que es un carta que se acaba de sacar de la
manga porque estamos en período electoral.
Bueno, todo va de mal en peor.
Y como todo va de mal en peor, he decidido pasarme los días
en el bar del Casinet y gastarme parte de la pensión… a ver
qué opina mi amigo Durán.
En fin. La vida sigue, yo también.
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