El reciente Informe sobre
Educación de la OCDE, con fecha (13-9-2011) recoge unos
resultados contradictorios con las condiciones de nuestro
sistema, es decir, con arreglo a las inversiones, los
resultados no son los esperados. Por ejemplo, nuestros
profesores dan más horas de clase que la media de la OCDE
(7.364 horas frente a 6.732 horas). Otro factor se refiere a
que nuestros alumnos están más tiempo en las aulas que sus
iguales. Y, por último, los salarios de nuestros docentes
son superiores a la media, la proporción de alumnos por
profesor, la ratio, es óptima comparada con el resto de
países. Y, sin embargo, cada Informe Pisa, el referente
mundial en medición de aptitud educativa que se realiza cada
tres años, supone un jarro de agua fría al empujar a España
a la cola en resultados: puesto 26 de 34 países
desarrollados en 2009.
Sin duda, que tenemos que plantearnos, qué es lo que falla.
Conviene tener presente que nos encontramos en plena
polémica por los recursos que se destinan a educación
–rebelión de profesores en varias comunidades, contra los
recortes- el Informe vuelve a introducir complejidad al
debate: no se trata solamente de cuántos profesores haya, ni
cuántas clases den los alumnos, sino de qué se enseña, cómo
y a qué edad y qué apoyo reciben los alumnos.
Estudiosos del tema, optimistamente, insisten que las
mejoras que se han producido (¿?) con enormes esfuerzos en
los últimos años en educación (la mayoría de la población
posee más estudios que los obligatorios, el 52% mientras que
en 1999 los que no terminaban esta etapa alcanzaba los dos
tercios), pueden seguir adelante si no recortan los
presupuestos y se reduce el número de profesores.
Pero, otros países, con mejores resultados tienen un cuerpo
de docentes que imparte menos horas lectivas, pero como
hemos venido observando, las Comunidades de Madrid, Navarra,
Castilla la Mancha, Galicia… sin embargo han puesto en “pie
de guerra” al profesorado al prolongar sus jornadas
lectivas, restándoles tiempo para otras tareas que, según
los propios enseñantes, son las que dan el plus de calidad a
un sistema: apoyos, programas de refuerzo, atención a los
padres, reciclaje… Pero, ¿cuál es el principal objetivo
pedagógico de esta prolongación de horas lectivas, que
conforme va avanzando el curso se intensifica más la
protesta, “no hay ningún objetivo pedagógico ni nada que se
le parezca. Es una cuestión económica: ahorrar la
contratación de interinos, y lo demás son palabras huecas”.
El informe de la OCDE demuestra que el éxito escolar no pasa
necesariamente por someter al alumnado a horarios
interminables (1050 horas anuales para un estudiante español
de 15 años, frente a las 856 de un chico de la misma edad en
Finlandia, hasta que ha surgido Corea del Sur para
desbancarla, nuestro referente en el Informe Pisa y la
OCDE). Los profesores españoles de Primaria (de 6 a 12 años)
dedican 880 horas al año a dar clases, 101 más que la media
de la OCDE y los de Secundaria 37 más. Y los alumnos tienen
más clases obligatorias: 125 horas más en Primaria y 148 más
en Secundaria. Además, la media de estudiantes por clase en
los centros públicos 19,8 es más baja que la de la OCDE, que
asciende a 21,4. En el caso de los centros privados ocurre
lo contrario: 24,5 en España frente a los 20,5 de la OCDE.
Y, por último, los profesores también cobran más, unos 8.300
euros más año en Primaria y 10.500 más en Secundaria.
Entonces, ¿por qué no funcionamos? En Educación, los
resultados no se obtienen a corto plazo. Toda inversión
necesita su tiempo, según opiniones de Asociaciones de
Padres de Alumnos, pero por parte del Ministerio se recuerda
que nuestro país ha tenido que recuperar en los últimos
treinta años una situación de retraso educativo que viene de
muchas décadas atrás. Y el MEC nos dice que somos los que
más hemos mejorado junto a Corea del Sur (¿?), sólo que la
diferencia está en que Corea empezó peor, está en cabeza y
no descansa.
El análisis que hace el Sociólogo M.F Enguita, piensa que la
crisis que vivimos requiere menos retórica y más esfuerzo de
todos, algo difícil en el mundo educativo, donde los
intereses se disfrazan de retórica con tanta facilidad, pero
de los que depende nuestro futuro…
El mismo analista piensa que el Panorama de la Educación en
2011 de OCDE ha venido a recordar dos cuestiones
importantes: A) A todos y cada uno de los participantes, que
la educación es decisiva para los individuos en términos de
empleabilidad de oportunidades de empleo, de ingresos y de
satisfacción en el trabajo, así como para los Estados a la
hora de recaudar impuestos, y que las ventajas asociadas a
ellas y las desventajas asociadas a su falta) no dejan de
aumentar. B) A España, que la estructura del sistema
educativo, sobre todo por el elevado nivel de abandono
escolar prematuro le sitúa en inferioridad de condiciones
ante los desafíos de la sociedad del conocimiento y la
competencia de países menor equipados. Y estos son ya sólo
los que protagonizaron la primera y segunda revoluciones
industriales, sino también las emergentes que están medrando
en la tercera que se inicia (por si no bastaba el indicador
de nuestro desempleo).
Por último, determinadas Asociaciones, justifican que los
contenidos curriculares no se adaptan a la edad madurativa
del alumnado y muchas veces carecen de utilidad para el
siglo XXI. Dicen, no, al manejo de libros de texto en los
últimos cursos de E. Infantil; en 2º de Primaria, no a la
acentuación; en 6% de Primaria, no a la resolución de raíces
cuadradas. Así llega Pisa y se encuentran con escolares que
no comprenden lo que leen y detestan la Lengua y
Matemáticas. Es el resultado de impartir materias a edades
inadecuadas.
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