La Confederación Estatal de Sindicato Médicos (CESM) ofreció
ayer una rueda de prensa para advertir que no permanecerá
impasible ante los recortes sanitarios que ya se están
poniendo en práctica en algunas comunidades autónomas y los
que previsiblemente se intentarán llevar a efecto en el
inmediato futuro. De hecho, no se descarta la convocatoria
de una huelga general en todo el país si es que los recortes
que ahora se sufren en Cataluña se extienden a todo el país
tras las próximas elecciones generales. El mes de febrero de
2012 es la fecha barajada para que la profesión diga ¡basta!
en el caso de que las peores previsiones se cumplan.
En sala abarrotada por la prensa, Patricio Martínez,
secretario general de CESM,Julián Ezquerra, secretario
general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores
de Madrid (AMYTS), yAránzazu Albesa, asesora jurídica de la
entidad, denunciaron la “intromisión política” en el ámbito
sanitario y pidieron que se dé mayor responsabilidad al
médico en la gestión asistencial. Además, la CESM presentó
un decálogo de buena praxis médica contra los recortes en el
Sistema Nacional de Salud (SNS).
En las siguientes líneas se recoge el comunicado que se
entregó a los medios, muchos, que asistieron al acto
informativo:
Murcia inició el camino en diciembre del año pasado a los
recortes sin paliativos en el sector sanitario, y desde
entonces idénticas iniciativas se han puesto en marcha en
Cataluña, a la vez que en otras comunidades autónomas
-Valencia, Baleares, Castilla-La Mancha, Andalucía,
Cantabria...- ya ha anunciado que procederán a ello en
breve. Y todo ello tras un año, el 2010, en el que los
médicos perdimos de nuestras nóminas 400 millones de euros,
al ser uno de los colectivos sobre los que recayó con más
fuerza el recorte salarial decretado en el mes de de junio
de ese año.
La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM),
implantada en toda España y principal organización del
sector, al representar actualmente a unos 40.000
facultativos, acepta la necesidad de racionalizar el gasto
en todo el ámbito público, aunque entendemos que antes de
traducirse en un menoscabo de la oferta y calidad
asistencial, o de tener como efecto la degradación de las
condiciones salariales y laborales, las tijeras deben
emplearse en aquellos aspectos donde la reducción
presupuestaria deje a salvo los derechos de los pacientes y
las condiciones de trabajo de los profesionales”. Por otra
parte, ha advertido que los médicos “estamos legitimados
para hacer frente a la nueva situación a partir de un dato
tan escueto como revelador: España dedica a Sanidad 2 puntos
menos de PIB que la media de la UE-15, y, sin embargo, el
predicamento de nuestra medicina pública está en los
primeros lugares”.
¿QUÉ ES LO QUE FALLA ENTONCES?, cabe preguntarse. Y la
respuesta puede ser que quizá el Estado no está dando
prioridad a aquellos sectores que deben mantenerse en lo
posible al margen de las órdenes que llegan de Bruselas para
domeñar un déficit público que nos hace perder crédito entre
los inversores internacionales. Es cierto que el Sistema
Nacional de Salud acumula una deuda de unos 20.000 millones
de euros, pero esto hay que relacionarlo con el punto
anterior (el menor presupuesto que España dedica a la
Sanidad), y, en todo caso, creemos que antes de meter la
tijera en lo que tiene que ver con los cuidados médicos de
los ciudadanos, hay otros muchos campos donde actuar sin que
se note en el bienestar general. ¿Qué tal, por ejemplo, si
se adelgaza la, a todas luces, hiperatrofiada estructura
administrativa del SNS? Y eso, por hablar sólo de la
Sanidad, porque si abarcamos con la mirada toda la esfera
pública, no hace falta sugerir donde se podría ahorrar sin
poner en riesgo los pilares esenciales (Sanidad, Educación,
Justicia…) sobre los que se edifican las sociedades
democráticas avanzadas.
LINEAS ROJAS
Desde CESM ya lo hemos anunciado y lo vamos a repetir. Hay
líneas rojas que no vamos a permitir que se traspasen. En
concreto, la relación médico-paciente y el mantenimiento de
la calidad asistencial son sagrados, y cualquier medida que
mine, siquiera de lejos, ambas premisas, nos resultará
innegociable A ello añadimos una recomendación: cualquier
medida en el recorte de gasto, cualquier actuación concreta
debe ser meditada y consultada con los profesionales e
interlocutores sociales, calibrando muy bien actuaciones de
las que luego se pueda derivar la pérdida de la calidad que
tantos años de esfuerzo y sacrificio nos ha costado a todos.
Y lo complementamos con una exigencia: dar al médico, pero
de verdad, responsabilidad en la gestión del día a día.
ESTRATEGIA PREVENTIVA
Sobre estas bases en CESM preparamos ya una estrategia
firme, común y preventiva contra los recortes sanitarios
autonómicos. Como primer paso de esa estrategia, el último
Comité Ejecutivo nacional de la confederación ya ha
adelantado su voluntad de convocar una Ejecutiva monográfica
para hacer un seguimiento crítico de todos los recortes
habidos hasta el momento y adelantarse al anuncio oficial de
nuevas restricciones que, por la información que manejan las
delegaciones autonómicas de CESM, van a producirse en los
próximos meses (pensamos sobre todo en el período que irá
desde las elecciones generales del 20-N hasta la toma de
posesión del nuevo Gobierno). El objetivo es dar una
respuesta coordinada y lo más firme posible a una política
de restricciones que no puede estrangular más los servicios
de salud. Los resultados de las elecciones sindicales
celebradas en el sector sanitario han revalidado a CESM como
la principal organización sindical con la que se siente
identificado el 90% de los médicos, por lo que tenemos la
fuerza, y por supuesto el deber, de situarnos frente a los
recortes en marcha y por venir y exigir racionalidad a los
administradores públicos. En realidad ellos deberían ser los
primeros en dar ejemplo, reduciendo la amplia –y siempre
creciente- cohorte de cargos políticos, asesores de no sé
sabe qué y la proliferación de puestos administrativos y
laborales sin otra justificación aparente que “cuidarse
entre los amigos”. Los ciudadanos españoles no hemos tenido
todavía la oportunidad de levantarnos una mañana con la
buena sensación que provoca el buen ejemplo. Pero si no lo
vemos, y dudamos de que alguna vayamos a verlo, seguramente
es ya el momento de exigirlo.W
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