Un país no es más que una
gigantesca familia, donde los miembros elegidos por el
pueblo son los cabezas de familia que han de dirigir la
misma tratando de forma ineludible la consecución, para cada
componente familiar, del mejor nivel de vida posible.
Para ello es imprescindible ajustar los gastos, que toda esa
gigantesca familia necesita para un buen nivel de vida, a
los ingresos que se obtengan por la aportación de cada uno
de los componentes de la familia del país.
Si esos ingresos obtenidos por la recaudación de la
aportación de todos los miembros de la familia, son mal
administrados por los cabezas de familia, gastando más que
los ingresos recibidos que, duda cabe, como toda familia que
nos sepa administrar esos recursos familiares terminará
entrampándose cada día que pase más y más, para poder
atender las necesidades que la familia le demanda, llegando
un momento en que la gran familia, por la mala
administración de sus recursos, llegué al caos por las
deudas contraídas que superarán en mucho a las aportaciones
de cada miembro familiar.
Éste fermoso país nuestro no ha sabido administrar los
recursos aportados por todos los componentes de la
gigantesca familia que formamos todos los españoles,
gastando mucho más de los ingresos que se obtenían por la
aportación de todos, gastando a manos llenas, por parte de
algunos de los mandas, el dinero que no teníamos, lo que ha
dado lugar a que la “trampa” que hemos cosechado sea mayor
cada día, y sin perspectiva de que la podamos pagar en un
corto espacio de tiempo, con lo cual aumentarán los
intereses y, cada vez, la deuda será mayor.
Asó nos encontramos con la situación de crisis que estamos
atravesando, con las CC, AA con más trampas que una película
de chinos y que va a dar lugar a recortes drásticos que, sin
duda alguna, van a ser criticados por aquellos que nos
llevaron a semejante situación con el despilfarro que
hicieron de los dineros de la aportación de toda esa gran
familia.
Por cierto, quien esté libre de pecado que tire la primera
piedra. Seguro que no tiene usted de que preocuparse
pensando que le puedan dar una pedrada, porque le van a dar
una lluvia de piedras.
Dicen, y cuando le río suena agua o piedra lleva que algunos
mandas, de esos que tenían la obligación de mirar por
nuestro dinero, por el dinero de toda la familia, los
gastaron a manos llenas, teniendo para su uso, entre otras
cosas, varios coches de alta gama y haciendo un auténtico
despilfarro de los dineros que, en ningún momento, iban a
favorecer a toda la familia por la que tenían que mirar,
para tratar de darle el mejor nivel de vida.
Otros mandas se dedicaron a abrir embajadas de una nación?
que no existe pero que, de esa forma, colocaban, en las
mismas, a hermanos, primos y demás familiares y afectos.
Incluso las grandes lumbreras se gastaron una pasta gansa en
llevarle preservativos a los negritos que, por cierto, lo
utilizaban para transportar agua. Otros para darse la gran
vida en hoteles de lujos y comilonas
Ante esto le tengo que dar la razón, una vez más, a la sabia
de mí abuela que, siempre, me decía “Andresito, hijo, ni
sirva a quien sirvió, ni pida a quien pidió”. ¡¡Qué sabia
era mí abuela!!.
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