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cultura - VIERNES, 7 DE OCTUBRE DE 2011


mercedes cabrera. cedida.

entrevista / mercedes cabrera
 

«Nadie duda hoy de que la formación es la única garantía de un mejor futuro, individual y colectivo»

La ex ministra de Educación Mercedes Cabrera reconoce “desajustes entre la preparación de los jóvenes y sus posibilidades de conseguir un empleo acorde”, apuesta porque las universidades se adapten a Europa a través de la especialización, y por docentes a los que se les reconozca, pero también que se les exija
 

CEUTA
Patricia Gardeu

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La ex ministra de Educación (2006-2009) Mercedes Cabrera llega hoy a la ciudad autónoma para participar en las XIV jornadas de ‘Historia de Ceuta’, organizadas por el Instituto de Estudios Ceutíes. Ofrecerá una ponencia titulada ‘Juan March y el monopolio de tabacos de Ceuta y Melilla’. Cabrera es catedrática de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos en la Universidad Complutense de Madrid. Desde el año 2004 es diputada en el Congreso y ostenta el cargo de presidenta de la Comisión en Educación. Durante su entrevista, vía e-mail, con EL PUEBLO ha tratado temas relativos a leyes en cuya elaboración participó, como la de Reforma de la Ley de Universidades o la LOE.

Pregunta.- ¿Qué puede adelantarnos de su conferencia?


Respuesta.- En mi conferencia hablaré sobre la importancia que tuvo el monopolio de tabacos en Ceuta y Melilla para Juan March. March tenía dos fábricas de tabaco en Orán y Árgel, y era concesionario de un consorcio internacional de tabaco para la zona española del protectorado de Marruecos. Además, aunque nunca se le pudo probar, dirigía una amplia red de distribución de tabaco de contrabando por las costas de Levante y Baleares, aprovechando las ineficiencias de la Compañía Arrendataria de Tabacos de España. Por eso le interesaba obtener el monopolio de tabaco en Ceuta y Melilla, que estaba en manos de la Arrendataria. Le costó mucho obtenerlo, y lo disfrutó durante no mucho tiempo, entre 1927 y 1932. Todo eso le permitió iniciar la acumulación de una gran fortuna, que luego diversificó en otros negocios, pero también le trajo problemas, juicios y durante la Segunda República dieciséis meses de cárcel, de la que se fugó. Esto es lo que trataré de explicar.

P.- ¿La producción de tabaco sirvió en un periodo de tensión entre dos dictaduras, para que, mientras unos vivían malos momentos, otros se beneficiaran económicamente?, ¿siempre hay quienes ‘sacan tajada’ en los tiempos de ‘vacas flacas’?

R.- El tabaco fue negocio para muchos, no sólo para March, aunque en su caso fuera el origen de una inmensa fortuna. Y no se puede generalizar en esto de que algunos siempre sacan tajada en épocas de vacas flacas, ni creo que se puedan extrapolar situaciones del pasado al presente. Ha habido y hay épocas de crecimiento en las que disminuyen las desigualdades sociales y otras en que aumentan, como ha habido épocas en las que no existía ningún tipo de protección social y otras en las que sí.

P.- ¿Se aprende de los errores del pasado o estamos destinados a tropezar con las mismas piedras?

R.- De la historia deberíamos siempre aprender y nunca deberíamos olvidar las experiencias del pasado. El estado del bienestar, por ejemplo, se puso en pie en Europa después de la Segunda Guerra Mundial para evitar las desigualdades, injusticias y tragedias ocurridas en las primeras décadas del siglo XX. Pero tampoco deberíamos creer que la historia se repite porque las circunstancias cambian y no deben aplicarse sin más recetas del pasado.

P.- ¿Cuál considera que es el estado de la Universidad pública española? ¿Qué opina de la constante queja de los profesores, quienes reclaman una mayor atención por parte de los políticos ya que temen una tendencia hacia la privatización de la enseñanza?

R.- Fui diputada en 2004 por primera vez y presidenta de la Comisión de Educación cuando se discutió y aprobó la actual Ley de Educación que promovió una educación de calidad para todos. Ese fue el objetivo de la ley que planteó la ministra María Jesús San Segundo en 2006, y que yo creo que es una buena ley. Luego fui nombrada ministra de Educación y Ciencia y aprobamos la Ley de Reforma de la Ley de Universidades para responder al reto de la implantación del Espacio Europeo de Educación Europeo. Las Universidades españolas están haciendo un esfuerzo para incorporarse a ese espacio universitario común y durante los últimos años aumentaron los recursos de manera importante en becas y en I+D+i. La crisis actual lamentablemente no puede dejar de influir en ello, pero creo que deberíamos mantener es esfuerzo en la mejora de la calidad de la educación a todos los niveles, y muy especialmente en la enseñanza pública. No sólo es la mejor garantía de la igualdad de oportunidades, sino también la apuesta más segura por un futuro mejor individual y colectivo.

P.- Ya está en el senado la propuesta de que se posponga la jubilación de los actuales docentes hasta los 75 años... ¿Qué piensa de esa parte del profesorado que, amparándose en su plaza fija, no cree en una evolución, odia internet, sólo cree en la clase magistral…? Y del mismo modo, ¿cómo se fomenta a un profesorado que le da valor a la educación?

R.- Maestros y profesores son la mejor garantía de un buen sistema de enseñanza y deberíamos ser exigentes en su formación y, al mismo tiempo, reconocer el enorme mérito que tienen todos ellos. Maestros y profesores han sabido responder al reto de la universalización de la educación para una población cada vez más heterogénea. Como en toda profesión, los hay mejores y peores, pero nunca deberíamos hacer una crítica fácil a su trabajo sino apoyarles y prestigiar la profesión; exigirles, pero reconocer lo que hacen que es mucho y no siempre en las mejores condiciones.

P.- ¿El aumento del paro y los títulos sólo para llenar el currículum dan lugar a pensar que la formación no vale para nada, y que hay que marcharse fuera para encontrar un empleo ¿Cómo se afronta desde un cargo político esa falta de expectativas de los jóvenes y, al mismo tiempo, cómo le explicaría a esos mismos jóvenes que la educación y la formación pueden seguir siendo valores en alza?

R.- Yo creo que nadie duda hoy de que la formación es la única garantía de un mejor futuro, individual y colectivo, como he dicho antes. Los datos nos confirman que una mayor nivel de formación es cada vez más necesario para conseguir trabajo y prosperar, aunque pueda ser cierto que se produzcan desajustes entre la preparación de los jóvenes -cada vez mejor -y sus posibilidades de conseguir un empleo acorde con esa preparación. Pero eso no depende sólo del sistema educativo, sino de la demanda de empleo y de las características de esa demanda. Durante mucho tiempo, en España hemos tenido una estructura económica que ha demandado mano de obra poco cualificada y disuadió a muchos jóvenes de continuar sus estudios porque encontraban trabajo fácilmente. Ahora las circunstancias son distintas y hay que sacar otras consecuencias.

P.- Uno de los objetivos del Plan Bolonia es fomentar la conexión cultural-científica entre alumnos de universidades de toda la comunidad, pero ¿hasta qué punto están preparadas las universidades españolas para competir con las grandes universidades europeas?

R.- El llamado plan Bolonia, la creación de ese espacio común europeo es, en mi opinión no sólo deseable sino irreversible. Es una gran oportunidad para las Universidades europeas y entre ellas para las españolas. Hay que persistir en el empeño. Aunque como he dicho la crisis actual lo ponga más difícil. Y las Universidades españolas están perfectamente capacitadas para hacerlo. Tendrán que especializarse en lo que mejor haga cada una. Tenemos excelentes departamentos y excelentes equipos de investigación, pero quizás las Universidades no deberían empeñarse en hacer todas de todo, en ofrecer todas las mismas titulaciones, sino en crear espacios de especialización... Es lo que están haciendo.

P.- En Ceuta conviven, en mayor proporción que en la península, tanto fuera como dentro de las aulas alumnos de diferentes culturas. ¿Tendrían sentido en una ciudad como ésta polémicas como la del velo? ¿Cómo fomentar un espacio de convivencia y tolerancia?

R.- Como he dicho antes, la diferenciación cultural es cada vez mayor en la sociedad española, que ha sido muy homogénea hasta hace pocos años. En los últimos quince años, la inmigración ha cambiado totalmente ese panorama anterior, y eso ha exigido al sistema educativo un gran esfuerzo de integración y de atención a las diferencias, que se ha hecho de manera sin que se hayan producido grandes conflictos. De todas maneras, es lógico que en algún momento surjan polémicas, como la del velo, especialmente allí donde la diferenciación cultural es mayor, como ocurre en Ceuta. Precisamente es en las aulas donde esa diferenciación debe ser afrontada creando espacios de convivencia y tolerancia. Un buen sistema educativo es la mejor garantía de cohesión social. No es fácil, pero hay que adoptar siempre las medidas necesarias con la mente puesta en ese objetivo.

P.- Ceuta tiene unos altos índices de fracaso escolar, ¿Hacia dónde considera que deberían ir las políticas para mejorar esta situación?

R.- El fracaso escolar tiene causas muy complejas. Unas tienen que ver con el sistema educativo, que debe ser más flexible para adaptarse a las peculiaridades de cada población estudiantil y prestar atención individualizada a quienes la necesitan, permitiendo además la reincorporación de quienes lo abandonaron. Pare eso, sin duda, hacen falta recursos. Pero otras causas tienen que ver con las características de las familias y su capacidad para fomentar el estudio en sus hijos, o con la estructura del mercado de trabajo... Contra el fracaso hay que luchar desde muy diferentes frentes, y uno de ellos es convencer a la sociedad, a las familias, de la importancia de que los más jóvenes estudien y los menos jóvenes no abandonen nunca su formación continua.

P.- ¿Está perjudicando la crisis al cumplimiento de obligaciones educativas en cuanto al ratio de alumnos por clase? ¿No podría ser una ecuación negativa que haya, por ejemplo, muchos ordenadores pero pocos profesores?

R.- La ratio de alumnos por clase es importante, especialmente cuando los alumnos tienen características muy diferentes entre sí. Pero no es la única razón de unos peores resultados. Lo importante es atender a la diversidad, y para eso hacen falta los profesores que sean necesarios. Eso no está reñido con los ordenadores, con las nuevas tecnologías: el sistema educativo debe preparar a los estudiantes para lo que hay fuera, y lo que hay fuera es eso. No aprender a manejarse en ese mundo de las nuevas tecnologías es casi ser analfabeto funcional.

P.- ¿Considera que la LOE es, como dicen algunos expertos, una de las mejores leyes sobre el papel y de las peores sobre la práctica?

R.- Las leyes crean marcos para actuar, pero luego hay que aplicarlas. Ya he dicho que la LOE es en mi opinión una buena ley que, además, por primera vez en nuestra historia se aprobó con una memoria económica que se ha cumplido y que ha brindado hasta ahora muchos recursos al sistema. Eso no quiere decir que sea una ley perfecta, porque las mejores leyes son aquellas que pueden reformarse para adaptarse a los cambios y los cambios ocurren hoy con enorme velocidad. También es verdad que una ley de educación es imposible de aplicar si maestros y profesores no la hacen suya, con todas las críticas que se quiera, pero trabajando para mejorarla.

P.- Colegios, institutos, universidades… ¿centros de enseñanza unilateral o foros de debate?

R.- Tienen que ser centros de educación, no sólo de instrucción. No se trata sólo de trasmitir conocimientos, sino de preparar para manejarse en la vida y para aprovechar todas las oportunidades. Nunca he entendido la educación sin participación, sin debate, sin ejercicio de la crítica, sin fomento de la creatividad... Eso también hay que enseñarlo. Y no está reñido con la exigencia de esfuerzo, sino todo lo contrario.

P.- Se acercan las elecciones, ¿cómo se prepara para afrontarlas?

R.- Estas van ser una elecciones importantes porque las circunstancias que estamos viviendo son difíciles. Creo que hay que explicárselo así a los ciudadanos y confiar en su capacidad para entenderlo por duro que sea. No va a ser fácil preservar nuestro estado del bienestar pero tendremos que pelear para hacerlo porque ha sido lo que ha dado a Europa, y a España, un modo especial de entender la solidaridad.

P.- ¿Cómo recuerda su paso por el ministerio y el posterior traspaso de sus competencias en Educación a Ángel Gabilondo cuando el cambio de ministros de Zapatero?

R.- Me quedo con los mejores recuerdos, con todo lo que aprendí, con la gente con la que pude trabajar y con las batallas que dimos para mejorar la educación. Siempre he entendido que en política debe haber relevos y que quien llega después de uno puede y debe tener nuevas ideas y proyectos. Ahora vuelvo a la Universidad, de donde salí para dedicarme unos años a la política, algo que debería hacer todo el mundo para entender su complejidad y opinar con más cuidado sobre los políticos.

P.- ¿Un profesor que le dejase huella?

R.- Muchos: desde alguna maestra -Pura Díez- en mis primeros años, hasta muchos profesores en el colegio en que estudié -Jimena Menéndez Pidal, Carmen García del Diestro, Ángeles Gasset-, y, por supuesto, muchos otros en la Universidad: José Antonio Maravall, Antonio Truyol, Carlos Moya, Enrique Fuentes Quintana, Antonio Elorza... La verdad es que cuando lo pienso me doy cuenta de que he tenido mucha suerte...
 

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