Aunque desde los organismos que
más debieran estar preocupados lo toman como si fuera todo
normal.
Me estoy refiriendo a esa elevada tasa de delitos llevada a
cabo por jóvenes, entre 14 y 17 años que multiplica, casi
por cinco, la tasa nacional.
El Instituto Nacional de Estadística, el INE, acaba de
publicar unos datos que deben sobrecoger a cualquier persona
que sea, medianamente, sensata, y es que la cifra de menores
condenados en Ceuta, entre 14 y 17 años, se sitúa en un
49,27% mientras que la media nacional marca el 10,22%. Esto
es preocupante, y mucho.
Y no es ningún tipo de juego, ni debemos pasar por alto las
cifras que salen a la luz pública y que indican que Ceuta
registró el pasado año la mayor tasa de delincuencia juvenil
por cada mil habitantes.
Pero los hechos se suceden y los infractores siguen actuando
a su aire, no tiene explicación que convenza a nadie.
Los delitos que se dieron con más frecuencia fueron los que
atentan contra el patrimonio y el orden socioeconómico, ante
lo que se adoptó, especialmente, en el mayor números de
casos, la libertad vigilada de los menores que habían
delinquido. Eso queda ahí, y los jóvenes “ a su aire”. Y que
no venga nadie con cuentos.
Y empieza a ser alarmante, cuando ese 49,27% de Ceuta es
seguido, pero a años luz, por La Rioja 16,25% y Baleares con
el 15,56%.
¿Qué ocurre en Ceuta?¿Qué tipo de sociedad, y especialmente
juvenil, se está moviendo en estos 18 kilómetros cuadrados?.
Nadie dice nada. Debería haber sido necesaria la aparición
de estos datos para que juntos o por separado, desde la
Ciudad Autónoma o desde la Delegación del Gobierno, se diera
no una justificación, que no la tiene, pero sí, al menos,
una explicación, de lo que hay, de por qué lo hay y de qué
medios se va a tirar para cortar esta situación, mejor
mañana que pasado.
Y para que Ceuta salga destacada “en los papeles” y no por
éxitos que no logra, otro de los parámetros de la
estadística del INE con referencia a las infracciones
penales y su tipología, pone a Ceuta en el lugar más
destacado, con las peores puntuaciones por cada mil
habitantes, en ese tramo de edad de 14 a 17 años.
Y es preciso dar cifras concretas y no palabras bonitas que
ni justifican, ni corrigen nada.
A nivel nacional el número de infracciones penales por cada
1000 habitantes de 14 a 17 años fue de 17,40, en Ceuta
fueron de 92,40. No hay palabras para justificar esto, sino
que tiene que haber medios para corregirlo, por ser una
diferencia tan abrumadora que no sé si da pena o vergüenza
que esto sea así aquí.
Y viene luego la forma de especificar qué es lo que hubo y a
nadie le extraña que los delitos de mayor incidencia fueran
robos, delitos de lesiones o los delitos contra la seguridad
vial.
¿Qué falta aquí?. Lo primero un control más riguroso, en
todos los terrenos, no basta con quedarnos con lo bonito que
está en el centro de la ciudad, y además de esa falta de
control ha habido y sigue habiendo una falta de interés para
que en determinadas barriadas las leyes se puedan y se deban
cumplir, de día y de noche.
Estos números nos ofrecen el oscuro panorama de una
sociedad, cara al futuro, en la que va a primar la
delincuencia. Tiempo hay, aún, para poder frenar, al menos,
si es que no cortar de raíz todo esto.
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