Mi respetado y querido teniente coronel Don Antonio Novo
Ferreiro:
El pasado 20 de septiembre, durante el acto castrense del 91
Aniversario de la Fundación de la Legión en al
acuartelamiento “García Aldave”, me impusieron la Medalla
Estrella de Bronce por mi trayectoria deportiva en
competiciones internacionales como componente del Equipo
Nacional de Pentathlon Militar. Este hecho me llenó de
emoción y orgullo, y no puedo por menos que expresar el más
profundo de mis agradecimientos a usted, mi entrenador
durante toda esa etapa deportiva que nunca podré olvidar.
Ojalá este agradecimiento personal llegue donde van los
hombres buenos, donde usted ya está desde aquel trágico
accidente el 26 de mayo de 2003 en Turquía cuando regresaba
de cumplir con la misión encomendada en territorio afgano.
Mientras escuchaba los acordes del toque de oración, en la
posición de firmes, recordé a las personas que por
diferentes motivos no estaban ese día conmigo: mis padres,
Rufino y María, que se fueron a muy pronta edad y de manera
especial a usted, mi entrenador, Don Antonio Novo Ferreiro,
que confió en mí y que me convirtió en ese deportista
militar del que me siento orgulloso.
Fueron muchas horas de trabajo en las concentraciones del
Equipo Nacional en Toledo donde ayudó a pulir todas las
cuestiones físicas y técnicas que me hicieron batir
registros nacionales e internacionales. Especial recuerdo
tengo en aquel campeonato europeo en Austria en 1995 donde
tuve la fortuna de conseguir el récord del Mundo en la
disciplina de Tiro, y en parte se lo debo a usted. No olvido
tampoco a los compañeros del equipo y a las familias que nos
acompañaron en aquella ocasión.
Siempre fue una gran satisfacción representar a nuestro país
en esta disciplina reina del deporte militar y qué orgullo y
privilegio ha sido el poder estar a sus órdenes.
Desde la posición “A”, cuna de la Legión Española,
permanezco a sus órdenes hasta que nos volvamos a encontrar
allá, para participar en la última competición de la vida.
Descanse en Paz.
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