En la actualidad existe un amplio
contingente de información sobre la enfermedad que observó
clínicamente por vez primera y en el ya lejano año 1907 el
doctor alemán Alois Alzheimer. Información y especial
sensibilidad social ante esta dolencia degenerativa que
afecta, no tan solo a quienes se encuentran aquejados por el
mal, sino a su entorno directo que padece la tragedia de
tener que ser testigo de la progresiva degeneración del ser
querido y el dolor de ver como se adentra en un mundo de
tinieblas cargado de incógnitas. Nadie ha sido aún capaz de
explorar y poder determinar los pensamientos y los
sentimientos que subyacen cuando un paciente va deslizándose
hacia el olvido, porque se pierde la memoria pero también se
deteriora la capacidad para el pensamiento abstracto y el
raciocinio lo que lleva aparejados cambios emocionales y
conductuales. El enfermo “está” físicamente pero nunca nos
podrá responder si le preguntamos ¿Donde estás? y no en el
plano espacial sino mental y espiritual.
Sabemos que en los cerebros de enfermos de Alzheimer a los
que se han practicado autopsias y concretamente en el
hipocampo se detectan los nudos neurofibrilares que matan a
las neuronas, así como las grumosas placas seniles formadas
por materia celular muerta. Un estropicio neuronal que va
desarrollándose de manera progresiva, lenta y malvada, los
primeros siete años de debilitamiento pero el paciente puede
padecer hasta veinte años la dolencia, por mucho que el
deterioro que provoca el mal acorte sensiblemente la vida
del afectado. Para quienes creemos en el binomio
mente-cuerpo como un todo y ponemos nuestra confianza en la
opinión de los nuevos neurólogos y neuroendocrinólogos
norteamericanos que, curiosamente, comienzan por licenciarse
en medicina y estudiar la especialidad en prestigiosas
universidades de EEUU , ejercen su profesión en hospitales
americanos, viajan inexorablemente a la India para estudiar
a fondo la medicina ayurvédica y se empapan de la sabiduría
milenaria y acaban regresando a los Estados Unidos para
trabajar allí pero convertidos al hinduísmo y con un nuevo
concepto de espiritualidad, para los seguidores de todos los
países de ese tipo de medicina el concepto de la sanación
comienza con la más estricta prevención. Cierto es que un
investigador español (probablemente pésimamente retribuido y
que acabará en el laboratorio de bioquímica de la Clínica
Mayo) es el primero que está experimentando una vacuna
contra el Alzheimer utilizando a pobres mascotas para sus
estudios y pruebas diagnósticas, pero no es menos cierto y
creo no estar mal informada, que los mayores avances en la
detección mediante pruebas genéticas del ladrón de recuerdos
que es el Alzheimer, tiene nombre de neurólogos americanos,
es decir, de sanadores licenciados en occidente y reciclados
y convertidos en expertos en hospitales de la India. Todos
conocen y son muy capaces de realizar un certero diagnóstico
de la enfermedad desde sus primeros estadios, en lo que no
existe total coincidencia es en las auténticas causas. Por
una parte se habla de predisposición genética por la
existencia de genes E3 y E4, también se achaca la aparición
de la enfermedad a la exposición del cerebro a fuerzas
negativas como el aluminio y las sustancias químicas
contaminantes, incluso se habla de virus, como el del herpes
zoster que atacan los códigos genéticos de las neuronas (¿Y
quien no ha tenido alguna vez un herpes zoster labial o
“calentura”?). Creo, visto lo visto que todos somos
población de riesgo y comparto las doctrinas de la
neurología sobre la prevención de la degeneración neuronal,
es más, las comparto y puedo manifestar sin ningún rubor que
trato de emplear todo aquellos descubrimientos e
innovaciones que los modernos biólogos y los antiguos
maestros, todos ellos iluminados por el Espíritu Santo y por
la sabiduría del Universo que es la de la gran mente cósmica
de Dios, han ido poniendo a nuestro alcance explicándonos
propiedades e indicaciones. Con la invitación expresa a que
todos los que podamos, asumamos el compromiso de
convertirnos en nuestros propios sanadores utilizando el
habitual, milenario e incómodo método de estudiar y
desgastarnos los codos ahondando en los saberes de quienes
se nos han anticipado en la aventura del conocimiento y se
muestran dispuestos a brindarnos sus enseñanzas en negro
sobre blanco y letra redondilla. Ya lo dicen las Sagradas
Escrituras “el que busca, encuentra”.
Y buscando se puede diseñar con el apoyo no impagable, sino
pagando la consulta, de un buen especialista, que no de un
médico cazurro aferrado a las paticortas teorías de la
medicina “de toda la vida”, repito, se puede bosquejar un
sencillo programa de prevención de la degeneración neuronal
Y no estoy hablando de esos inaccesibles programas médicos
anti áging que se prescriben en clínicas de postín como la
Dexeus de Barcelona donde acuden tanto sus majestades los
Reyes como los más destacados millonetis de España para
frenar la degeneración causada por el paso del tiempo y
pagan en oro los tratamientos y los consejos médicos. Pues
¿saben que les digo? que no considero especialmente
“suertudos” a quienes se someten a pruebas y análisis para
que les manden una serie de remedios que son realmente
“milagrosos” pero que costando nada y menos, con una buena
bibliografía recomendada por los maestros y el número
adecuado de textos de estudio más un plus de dejarte sobre
ellos las pestañas, el “milagro” surge de los textos,
bailotea sobre los apuntes subrayados en colorines, lo cazas
al vuelo, te lo fijas en el cerebelo con una chincheta,
rebuscas en el monedero y si estás a principio de mes puedes
alargarte a la botica Arcos de la calle Jáudenes y los
remedios que hay que traer de la península los encarga el
boticario Antonio tras un sesudo diálogo sobre medicina
ortomolecular, que es la medicina del futuro. Como
prevención de la enfermedad que roba los recuerdos, amén de
las bombas químicas, se están prescribiendo muchos remedios
naturales, el inevitable ginko biloba que es el arbusto más
antiguo del mundo y que ni la bomba de Hiroshima logró
acabar con su verdor.En EEUU están muy entusiasmados también
con la Vinpocetina que allí se llama “Intelectol”. Luego
está el mayor desestresante de la naturaleza que es el
magnesio que hay que tomar con vitamina B6 para “achuchar” y
la inevitable pandilla de “todas” las vitaminas B más el
ácido fólico. ¿Y cual es uno de los componentes del cerebro?
pues la grasa y concretamente Omega 3 EPA-DHA que hay que
complementar con auxina A+E para que no se oxide y Omega 6,
los aceites esenciales que se pueden sustituir diariamente
por kilos de atún y litros de aceite de onagra, pero como me
repugna el atún y no quiero beber aceite prefiero las
cápsulas. ¿Sigo? Fallos en la memoria es decir que el puto
cortisol generado por el estrés y que es la sustancia más
nociva y repulsiva y el mayor enemigo del cerebro “se
merienda” esa acetilcolina que nos da la memoria ¿Y que
hacemos? Hay quienes optan por la lecitina de soja, yo
prefiero directamente la colina que me manda traer Antonio
el boticario y así me salto pasos y requisitos para producir
inteligente acetilcolina, sin olvidar la fosfatildiserina
que en España no la tenemos “pura y dura” porque hay mucho
atraso y hay que comprarla en forma de la carísima
Memoserina. ¿Y tienen ustedes algo en contra del invento del
profesor rumano Cornelius Giurgea que es el piracetam?
Rectifico, no es “invento” porque el buen Dios lo tiene todo
inventado ya, sino descubrimiento milagroso y benditos sean
los medicamentos nootropos que son inteligencia en
comprimidos. Y que conste que no estoy dando consejos, sino
exponiendo parte de mis humildes métodos y mis sencillos
remedios para conseguir un cuerpo sin edad y una mente sin
tiempo.
Y todo ello de forma preventiva porque muchas mujeres y
muchos hombres tenemos responsabilidades y no podemos
permitirnos el lujo de dejarnos deteriorar ni degenerar y
por cuestión de creencias nos sentimos moralmente obligados
a poner todos los medios y remedios que Dios, los
investigadores y el Espíritu Santo han hecho aparecer y
aflorar para que nos aprovechemos de ellos y los
agradezcamos. Y lo curioso es el rasgo común de quienes
estudiamos la medicina mente-cuerpo : todos somos profundos
creyentes y poseemos una inmensa curiosidad y capacidad de
gratitud y asombro además de considerar un privilegio de
Dios el poder vivir la aventura del conocimiento. La nueva
neurología consigue frenar el Alzheimer y me consta que en
este mismo instante, investigadores de bata blanca codo a
codo con el Espíritu Santo están llevando a cabo el milagro
de descubrir, al igual que sacaron a la luz la prevención,
una vacuna definitiva capaz de ponerle los grilletes a la
enfermedad que roba los recuerdos.
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OPINIÓN / SERPIENTE DE OTOÑO |
Batukada Tambau |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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Ha llegado a mis manos un articulo
publicado en la revista Ceuta Siglo XXI allá por el año 2009
en el que se relata de forma muy amena la historia del
nacimiento de la Batukada Tambau de Ceuta haciendo hincapié
en lo heterogéneo de sus componentes y en lo que disfrutaban
ensayando. Y esto me trae a la memoria una especie de
zafarrancho vecinal que derivó en llamadas de protesta al
periódico el pasado verano, cuando uno de esos grupos de
percusión ensayaba en la playa de la Ribera haciendo gala de
buen ritmo y de especial énfasis a la hora de percutir sus
instrumentos hasta el punto de que algunos se quejaban de
que les temblaban los cristales de los balcones y que no
podían tener las ventanas abiertas porque no oían la
televisión. ¿Choque entre la cultura brasileira y el
descanso de los ciudadanos? Indiscutiblemente sí, aunque en
aquella ocasión con los vecinos reclamando al otro lado del
hilo telefónico, órdenes expresas de que denunciara los
hechos con la máxima acritud y en clave de medidores de
ruidos y de contaminación acústica y esta escribidora
recibiendo el impacto cercano de la materialización en
términos de ruidosa música brasileña de la batukada, tal vez
me excedí y proclamé que tocaban fatal y que formaban un
estruendo de cojones. Esto último no lo retiro porque sonar,
sonaba, pero con respecto a la pericia de los músicos tengo
que pedir perdón ya que no soy la persona idónea como para
determinar su calidad musical. De hecho desconozco la
percusión y “no me llega” ese tipo de sonido porque no lo
reconozco como propio y además parece retumbar en mi
estómago de “abuela cebolleta” (Por cierto no les consiento
que añadan lo de que “era más puta que su nieta” porque no
se corresponde con la realidad ya que aún no tengo nietas).
Aún así, considerándome una total ignorante en instrumentos
de percusión y resultándome incomprensible e indescifrable
ese tipo de sonido, tengo que reconocer que me sucede lo
mismo con la música sagrada de los derviches cuando
comienzan a efectuar sus místicos y mágicos giros y ambos
tipos de música que son capaces de llevar a la abstracción
son importantes desde la perspectiva espiritual y consiguen
que el músico desconecte con la realidad a fuerza de repetir
un sonido hipnótico con un ritmo determinado. Por ello, si
espiritualmente te impacta, digo la batukada como puedo
decir los melancólicos recitales con la quena peruana en los
rituales cantados en lengua quetchua y como puedo referirme
al sitar hindú y a sus instrumentos de percusión cuando
hacen música para la meditación o rizando el rizo hablar de
la magia y de las propiedades curativas de los cuencos
tibetanos, los “sonidos que llegan” son tantos como seres
humanos y cada cual tiene su sensibilidad musical si no que
me expliquen como pueden triunfar a un tiempo las delicadas
cantantes de música celta y el pachanguéo de los Chichos. Me
considero tremendamente injusta cuando critiqué el ritmo de
una percusión que desconozco y que no puedo ni determinar ni
calificar porque no tengo el oído educado para tambores,
bongos y cajas. Y tampoco es eximente de mis injustas
opiniones el furor de los vecinos de la calle Independencia
que parecían ser víctimas de una exhibición aérea de aviones
de reacción capaces de romper la barrera del sonido. A ellos
no les gustaban los tambores y rabiaban porque ahora los
ciudadanos se saben muy bien sus derechos. Desencuentro
melódico, nos falta multicultura musical.
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