El presidente del Consejo de la Juventud de España (CJE)
realizó ayer una visita fugaz a la ciudad para reunirse con
la consejera de Juventud, Deporte y Menores, Susana Román, y
el presidente de la Casa de la Juventud, Francisco Escobar,
con el fin de hallar la manera de que los jóvenes ceutíes
cuenten con voz en este órgano. Para su máximo responsable,
Ricardo Ibarra, esto sólo será posible si se restablece el
Consejo de la Juventud de Ceuta (CJCE) que se disolvió en
2009 por las deudas que contrajo. Para solucionarlo, Ibarra
ha puesto a disposición de la Ciudad la asesoría jurídica
del CJE que buscará una alternativa de pago.
Ricardo Ibarra, presidente del Consejo de la Juventud de
España (CJE) llegó ayer a Ceuta con una intención muy clara:
restablecer la delegación de este órgano en la ciudad, que
desapareció en 2009 al no poder hacer frente a los pagos que
tenía pendientes. No será tarea fácil. Ibarra se encontró
enfrente a una consejera de Juventud, Deporte y Menores que,
a su vez, fue muy tajante en aclarar que la Ciudad “no puede
pagar la deuda” que dejó el anterior consejo. La solución no
es fácil y ninguna de las dos partes supo argumentarla. No
obstante, ambos mostraron su vocación de buscar una vía y
“dar con la tecla”, según apuntó Susana Román, para volver a
poner en marcha este organismo y saldar las deudas que dejó
a su paso, cifradas en su momento en más de 50.000 euros. Y
es que, esta es una condición ‘sine qua non’ para que el
Consejo de la Juventud de Ceuta sea refundado.
Ibarra destacó que aunque no hay una solución “clara y
sencilla” para esta encrucijada, desde el CJE ponen a
disposición de la ciudad para estudiar la situación y
“recuperar este consejo”. Y cuanto antes mejor, según apuntó
el presidente del CJE que se ha dado un plazo de dos semanas
para presentar el primer informe sobre el problema del
consejo en Ceuta para buscar “una solución a corto plazo”.
Para Ibarra, no se puede “parar un organismo tan importante
por un problema técnico y administrativo” y por ello asegura
que si hay voluntad por parte de las fuerzas políticas y de
la sociedad, “siempre hay solución”. “Consejo como tal
solamente existe un ente y por lo tanto este nuevo órgano
debería afrontar las deudas del anterior. El quién y el cómo
es lo que tenemos que solucionar”, resumió Ibarra.
Por su parte, Román se mostró más escéptica ante una posible
salida a esta situación. Por ello, la consejera planteó el
“posible escenario” en el que no exista un Consejo de la
Juventud de Ceuta. En este caso, la ciudad seguiría
apostando por el Foro de la Participación, “es el que vamos
a defender y con el que vamos a continuar trabajando”,
señaló la consejera que aseguró que de forma independiente
al órgano que exista en la ciudad, “hay muchos temas comunes
en los que trabajar de forma conjunta con el CJE”.
Sobre la deuda contraída, Román no se aventuró a citar
ninguna cifra. “Cuando yo llegué a la Consejería el tema
estaba zanjado porque ya se había finiquitado el Consejo de
la Juventud”, sentenció. Lo que sí aclaró la consejera, al
igual que Ibarra, que la solución está en quién debe pagar
la deuda. La Administración, en este ámbito tiene las manos
atadas y así lo refrenda la legislación que impide que se
pueda pagar la deuda mediante subvención, según explicó
Román.
Implicación de la Ciudad
A día de hoy, “la única implicación que tienen los jóvenes
ceutíes a nivel estatal es a través de organizaciones que
tienen base a nivel nacional”, reseñó el presidente del CJE.
Una situación que deja sin voz a organizaciones locales. Por
ello, Ibarra apuesta de forma inequívoca por crear el
consejo en Ceuta. Para ello, el representante de este
organismo plantea varias alternativas como la implicación de
la Administración Pública o las entidades puedan asumir
parte de ese coste. Por su parte, Román aseguró que hoy por
hoy no conoce el camino para que la Administración sufrague
la deuda, “si lo conociera no estaríamos hablando de este
tema”. No obstante, la Ciudad no cierra el camino y se queda
a la espera del informe jurídico del CJE. Por que ante todo,
hay voluntad.
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