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melilla - MIÉRCOLES, 21 DE SEPTIEMBRE DE 2011


El buque oceánico ‘Río Miño’. melilla.

puerto
 

Melilla recibe por primera vez un buque oceánico de la Guardia Civil

El buque oceánico ‘Río Miño’ llegó a Melilla para que sus doce tripulantes pudieran descansar y, de paso, realizar otras tareas
 

MELILLA
Paqui Sánchez T.

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Melilla recibió ayer por primera vez la visita de un buque oceánico de la Guardia Civil, el ‘Río Miño’, que se dedica a controlar el narcotráfico y el flujo migratorio de inmigrantes de África hacia España en la zona del Estrecho y el Mar de Alborán. Es una de las tres patrulleras con las que cuenta el Instituto Armado, que hace las veces de puesto en alta mar para controlar la seguridad en aguas españolas.

El ‘Río Miño’ tiene una autonomía para estar en alta mar hasta 35 días, aunque debe ir haciendo escalas en puertos del Mediterráneo, desde el Estrecho, donde tienen su ubicación, hasta Cartagena, pasando por otros como Motril y Almería.

Hasta ahora nunca había pasado por el puerto de Melilla, adonde llegó ayer para que sus doce tripulantes pudieran descansar y, de paso, realizar otras tareas como aprovisionamiento de víveres y desechar basuras. Si la meteorología lo permite, el ‘Río Miño’ se marchará hoy para situarse entre Melilla y Almería como puesto de la Guardia Civil en alta mar, aunque está previsto que vuelva de nuevo a nuestra ciudad el día 29 para hacer puerto base.

En declaraciones a los periodistas, el sargento Federico Gutiérrez, patrón del ‘Río Miño’, informó ayer de que es la primera vez que un buque de la Guardia Civil llega al puerto de Melilla, hecho que estaba programado desde hace tiempo y que no se debe al repunte de la presión migratoria que está sufriendo la ciudad este verano. En este sentido, el sargento Gutiérrez apuntó que los buques oceánicos de la Guardia Civil sólo pueden controlar zonas españolas, sin actuar en aguas internacionales, razón que impide que en Melilla puedan realizar labores de vigilancia por estar rodeada de aguas marroquíes o argelinas.

Por esta razón, su vigilancia se centra en Alborán, donde el pasado mes de julio interceptaron varias pateras con un total de 200 inmigrantes. “Hemos tenido bastante éxito porque estamos situados en una zona que no lleva ninguna patrullera solo”, explicó el patrón del ‘Río Miño”, que informó de que los agentes del buque también han detenido a tres personas por narcotráfico este verano.

El ‘Río Miño’ fue construido en 1984 y funcionó como un pesquero japonés hasta que en 2007 lo adquirió el Ministerio del Interior para destinarlo a la Guardia CIvil tras realizar las remodelaciones necesarias para que pudiera operar como buque policial. Además de este buque, la Guardia Civil tiene otros dos, el ‘Río Tajo’ y el ‘Río Segura’, que están destinados a la zona de las Islas Canarias.

De estos tres, el ‘Río Miño’ es el que se encuentra a “una altura superior”. Tiene 51 metros de eslora, 8 metros de manga, un motor de mil caballos y está auxiliado por dos embarcaciones neumáticas de ocho metros de eslora, que son “los brazos” de este buque oceánico de la Guardia Civil cuando tiene que realizar alguna intervención contra el narcotráfico o el salvamento de inmigrantes.

Además, este buque oceánico está equipado con equipos tecnológicos que le dan una gran operatividad, como por ejemplo dos cámaras térmicas de visión diurna y nocturna, por la que los guardias pueden detectar la presencia de pateras o de otros barcos a una distancia de tres millas (unos 5 kilómetros), en función del estado de la mar. Este ‘puesto marítimo’ de la Guardia Civil también cuenta con cartografía electrónica, ordenadores conectados a Internet y transmisiones de radio y satélite que les permiten contactar con aviones, otros barcos y tierra firme.

Seguridad

Asimismo, el ‘Río Miño’ cumple con todos los protocolos internacionales de seguridad, ya que está permanentemente vigilado mediante varias cámaras de video que controlan puntos sensibles de la embarcación, como la sala de máquinas, la sala de interrogatorios y las cuatro celdas, en las que son encerrados los detenidos en alta mar hasta que son llevados a tierra firme.

También cuenta con vigilancia constante la sala de náufragos, un gran espacio en la bodega del barco dotado de amplios bancos en la que viajan los inmigrantes que son rescatados en pateras en alta mar. En esta zona, con capacidad para unas 150 personas, los ‘sin papeles’ pueden descansar hasta que la Guardia Civil los puede trasladar al puerto más cercano. Todo este equipamiento, que se une a otro más personal como gimnasio y camarotes, permite que el ‘Río Miño’ pueda operar como cualquier otro puesto de la Benemérita en territorio español, aunque en este caso se encuentre en medio del mar.
 

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