Las barreras están para romperlas, al menos eso es lo que
cree Laura Murcia, que a sus 23 años ya ha conseguido ser la
primera mujer taxista de la ciudad y la primera amarradora
de España. Además, a su corta edad, ha tenido tiempo para
cursar la diplomatura de magisterio, que ya ha terminado, y
opositar a la Policía Nacional, donde espera trabajar en un
futuro no muy lejano. Ella ha sido una de los alumnos que se
ha formado para comenzar a trabajar como amarradores en el
puerto con ‘Amarres Ceuta’, que comenzará su actividad este
otoño. La compañía le ha dado la oportunidad de demostrar
que por ser mujer “no hay barreras”, aunque Murcia echa de
menos un mayor apoyo del sector emrpesarial a la mujer.
Pregunta.- ¿Cómo se planteó entrar en esta profesión?
Respuesta.- Me ofrecieron el trabajo y me dije que si había
sido la primera mujer taxista en la ciudad, por qué no ser
también la primera amarradora.
P.- ¿Cuándo y cómo entró en el mundo del taxi?
R.- Mi padre es taxista y hace cuatro años, al tener que
conseguir el carné de camiones para opositar a la Policía
Nacional, me saqué el BTP y conseguí el Servicio Público.
P.- ¿Fue muy difícil entrar en el mundo del taxi, cerrado
hasta ese momento a las mujeres?
R.-En Ceuta no están acostumbrados a ver a las mujeres al
frente de un taxi, pero los compañeros me aceptaron bastante
bien. Todo el mundo me ha respetado estos años.
P.- ¿Es un trabajo muy duro?
R.- Si, bastante. Me hace gracia cuando la gente dice que no
es nada porque estamos sentados. Pero es muy complicado.
Además, mucha gente me ha dicho que me apoya pero todavía es
raro ver una mujer en un taxi, aunque en la península es
habitual, aquí aún hay sexismo.
P.- Ahora, ha decidido pasar del volante al timón, ¿cómo
ha sido ese cambio?
R.- Bastante grande. Le tengo mucho respeto a la mar, pero
es un trabajo novedoso y siempre me estoy planteando retos
en mi vida. Me he tenido que formar para tener unas nociones
ya que no tenía conocimiento de nada. Pero todo ha salido
muy bien.
P.- ¿Cuál ha sido la mayor dificultad con la que se ha
encontrado a la hora de formarse como amarradora?
R.- La mayor dificultad para mí es la fuerza. Yo tengo la
ventaja de que ser la primera mujer me pueda dar un puesto
de trabajo, pero a la vez me tengo que poner a la altura del
hombre y demostrar que soy capaz de ser amarradora.
P.- ¿Por qué cree que hasta ahora ninguna mujer se ha
decidido a entrar a este mundo?
R.- Yo creo que es por los empresarios, que no invierten en
las mujeres. Además, las mujeres también los limitamos y
decidimos no entrar en un trabajo de hombres. Yo no me pongo
ninguna barrera, porque pienso que las mujeres somos iguales
que los hombres y tenemos que acceder al mundo laboral de la
misma forma.
P.- En Ceuta, ¿hacen falta más empresarios que apuesten
por las mujeres?
R.-Si. Ahora estamos viendo más mujeres en la obra, pero
hace unos cuantos años ni en la construcción, ni en el taxi,
ni conduciendo autobuses. El mundo del servicio público está
muy limitado a los hombres. En gran medida es por miedo, mi
padre me apoyó muchísimo pero mi madre tenía mucho miedo.
P.- ¿Qué consejo le daría a mujeres que se hayan podido
ver en su situación?
R.- Que no hay que tener miedo a nada en la vida. En mi
caso, estoy luchando por ser amarradora porque creo que en
la vida por ser mujer no hay que estar limitada a nada. No
me considero una líder, pero me gustaría que tomaran mi
ejemplo.
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