El curso académico dio comienzo hace una semana en la ciudad
excepto para M.A.C, una joven que cursa 4º de ESO en el
colegio San Daniel que debido a una reciente operación por
una discapacidad la tiene postrada en una cama en su
domicilio. La familia de la joven, mostró ayer su malestar
por no facilitarle un profesor que durante el tiempo que
esté convaleciente le ayude a continuar con sus estudios.
La familia de M.A.C, una joven que se encuentra cursando 4º
de ESO en el colegio San Daniel, mostró ayer su malestar a
EL PUEBLO al no poder contar con un profesor que acuda a su
domicilio para impartir clase a su hija que se encuentra
convaleciente después de una operación practicada hace una
semana debido a una discapacidad de la joven.
Antonio Javier, padre de la niña, destacaba que desde hace
meses puso en conocimiento a la dirección del centro del
inminente paso de su hija por el quirófano en el hospital
‘Virgen del Rocío’ con el fin de tramitar toda la
documentación necesaria para que le fuera asignado un
profesor para que la joven no perdiera el inicio del curso.
Tras este tiempo, y después que desde el centro se hayan
realizado todas las gestiones pertinentes, se le ha
comunicado que su hija no podrá contar con la presencia de
este docente hasta noviembre, dos meses después de haberse
iniciado el curso.
El padre de la joven destacaba que esos dos meses de demora
en una alumna que se encuentra realizando el último curso de
ESO puede provocar problemas en la educación de su hija y
teme que, debido a este retraso finalmente la joven tenga
que repetir curso.
Tal y como pudo saber ayer este diario, la presencia de un
docente en el domicilio de los alumnos que se encuentren
convalecientes por un largo periodo de tiempo, se lleva a
cabo a través del Servicio de Ayuda Domiciliaria Educativa (SADE)
de Cruz Roja gracias al convenio de colaboración suscrito
con el Ministerio de Educación.
Desde la Institución humanitaria se ha resaltado que este
servicio cuenta con un docente, quien a partir del próximo
día 15 de octubre se dirigirá a los centros educativos para
saber cuántos alumnos se encuentran en la misma situación
que M.A.C. para comenzar a visitar sus casas y ayudarlos a
continuar su formación con total normalidad, no en vano, el
profesor adscrito al SADE recaba la información necesaria,
reuniéndose con los profesores de los alumnos solicitantes
del servicio, para poder impartir las clases conforme al
nivel de los jóvenes.
Finalmente, Antonio Javier no comprende cómo un servicio de
estas características no inicia su andadura a la par que el
curso escolar, ya que esto lo que provoca es la situación
que le está tocando vivir y que puede dañar la calidad
educativa de su hija, quien debido a su intervención
quirúrgica estará todavía unos meses apartada del colegio.
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