La llegada, esta vez de nuevo, por
la bahía norte de tres balsas con un total de 21 inmigrantes
subsaharianos viene a dar de bruces con la realidad mitigada
en el último mes y medio tras las medidas impuestas en el
vecino país. Si por la bahía sur las llegadas ya no son lo
que eran. Hay un verdadero stop por ese camino, ahora se
abre otra grieta por la zona próxima a Tánger. La Salvamar
‘Gadir’ tuvo que rescatar tres balsas neumáticas para traer
hasta Ceuta más de dos decenas de irregulares que se habían
aventurado a salir a mar abierto hacia el Estrecho. Pero la
realidad en la ciudad autónoma es la que es y ya no hay más
sitio donde alojar inmigrantes. Con un CETI saturado, es
decir, sobreocupado, las autoridades no descartan tocar la
puerta de la Iglesia. Las salidas se ralentizan y las
llegadas vuelven a encender las alarmas.
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