El presidente melillense, Juan José Imbroda, ha demandado al
Gobierno que resulte de las elecciones generales del 20 de
noviembre una atención “prioritaria” para Melilla. El
objetivo de esta petición es, según Imbroda, ayudar a
conseguir una alternativa económica y social “viable y
sostenible” para que la ciudad no dependa de factores
políticos que puedan dañar su estabilidad y “amenazar” su
futuro.
Así lo ha solicitado el mandatario autonómico durante el
discurso que ha pronunciado en un acto público con motivo
del Día de Melilla, una celebración que conmemora la
españolidad de la ciudad desde 1497.
Ha apostado por poner en marcha una serie de propuestas que
considera “justas”, que hagan posible una nueva ciudad de
aquí a 25 años.
En este sentido, ha resaltado la necesidad de llevar a cabo
una buena política de inversiones, con la ampliación del
puerto comercial como alternativa, al tiempo que ha
reclamado una mejora de los transportes y mayores medios
para luchar contra el desempleo.
También ha abogado por una mejora de la fiscalidad estatal y
local, la equiparación a las regiones ultraperiféricas, así
como la recuperación de la II Bandera de la Legión,
desaparecida hace algunos años.
El presidente melillense ha reclamado “justicia” con los
fondos de financiación y que se compense, incluso con
carácter retroactivo, la diferencia que existe actualmente
con respecto a Ceuta.
Imbroda ha destacado que Melilla es de las pocas
corporaciones que ha cumplido las disposiciones de
estabilidad presupuestaria y que posee una carga financiera
del ocho por ciento, de las más bajas, por lo que ha
considerado que sería “lamentable y discriminatorio” que se
exija a la ciudad más que a la generalidad de comunidades y
ayuntamientos.
En cuanto a la situación política, ha hablado de la
necesidad de que se produzca una “adaptación” del actual
Estatuto de Autonomía, que data de 1994, a las verdaderas
necesidades administrativas, ya que, en muchas ocasiones,
Melilla se encuentra “maniatada” para resolver cuestiones de
gestión diaria.
Sobre el problema de la inmigración, ha pedido una mayor
implicación del Gobierno central para evitar que la ciudad
se convierta en “un depósito-tapón”, algo que desborda la
capacidad real que se tiene para afrontarlo.
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