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OPINIÓN - LUNES, 19 DE SEPTIEMBRE DE 2011

 
OPINIÓN / COLABORACION

Al principio parecía que la chispa era pequeña, pero los autócratas árabes se han pasado años alimentando el fuego

Por Juan Carlos Hernández


Los historiadores que se dedican al riguroso estudio de los hechos revolucionarios nunca están seguros de cuándo tiene lugar el comienzo de estos prolijos acontecimientos.

Pero para los historiadores, la así llamada “revolución árabe” (también se llamó así al papel que llevaron a cabo las tropas del rey Fahd de la Meca y del coronel T.H. Lawrence contra el imperio otomano en oriente medio; para acabar instaurando a la familia Saud en el trono de Arabia),ya no será un hecho sobre el que pasar de puntillas.

Todo empezó con un hecho poco noticiable en los informativos de los principales medios de comunicación: un jóven vendedor de verduras tunecino, llamado Mohamed Bouazizi en una pequeña ciudad de provincias conocida como Sidi Bouzid, se encontró a si mismo bajo el fuego, después de haberle confiscado su carrito ambulante y de haber sido abofeteado en público y a la luz del dia por un fornido policía.

Los dictadores árabes han expulsado a sus pueblos de la política, han erigido y fortificado una gran mazmorra a todo lo largo del mundo árabe, reduciendo a sus hombres y mujeres a meros espectadores de su propio destino, sinembargo, ese simple frutero tunecino de una ciudad perdida, ha devuelto a sus compatriotas árabes el papel protagonista en la política mundial.

De uno a otro confín del mundo árabe gobernado por déspotas,hombres fuertes y tiranos (Libia,Siria,Egipto,Yemen,Argelia,Tunez,Marruecos,etc) el nombre de Mohamed Bouazizis ha hecho tambalearse el orden de los déspotas.

Bouazizis no vivió lo suficiente para saborear la revolución de dignidad a la que su semilla dió lugar. Ni siquiera sabemos si se dió cuenta del gobernante tirano,que en un falso gesto de humildad fué a visitarle a su lecho de muerte en su pequeña ciudad.

Un silencioso mundo árabe está gritando por ser oido y pide un nuevo lugar en el orden de las naciones. Hay una pregunta que surge necesariamente y que, los propios países árabes, se hacen a sí mismos:¿ es posible que exista una marca genética a nivel nacional que haga que los paísez árabes sean propensos a la tiranía, una tara fatal que les incapacita para encontrar un mundo más allá de los muros de la prisión del despotismo.

El mas iletrado de los mortales podría explicar las causas de este movimiento de protesta contra los estados árabes depredadoresde sus propios pueblos: inmensas fortunas amasadas a costa de la más absoluta pobreza, la vanidad y descaro de los gobernantes y sus familias, la tortura de las innumerables prisiones y el destino de los hombres y mujeres mas jóvenes en un mundo en el que tienen poco que decir.

Un informe del 2009 llamado Informe del desarrollo humano en el mundo árabe, un proyecto de la ONU llevado a cabo por investigadores árabes; resuelve que la media de edad en el mundo árabe es de 28 años, abrumadoramente urbanitas, mas del 38% vive en áreas urbanas desde 1970 y en la actualidad superan el 60%. No menos del 65% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, se practica la tortura y la detención extrajudicial.

Porqué no se han levantado antes los árabes como lo están haciendo ahora. Porqué no se ha producido antes la avalancha de ira que ahora

atraviesa el norte de África. Porqué oos árabes no se han levantado un año antes, o una década antes.

Puede que la palabra clave para explicar la falta de lucha sea una sola: Hama. Tal vez el camino árabe a la perdición comenzase allí, en aquella ciudad perdida de las llanuras sirias en 1982. En febrero de aquel año se produjo una revuelta en aquella fortaleza del.islam sunnita contra el régimen alawita de Assad. Fue una lucha sin piedad entre combatientes que lucharon a muerte.

Hama fué demolida, hubo mas de veinte mil muertos, la ciudad se convirtió en un paradigma del terror que esperaba a aquellos que se atrevieran a enfrentarse al poder. Fue un mensaje enviado desde Siria a todas las tierras árabes, a partir de entonces la política en las calles, las manifestaciones y los pronunciamientos militares se habían terminado.Assad moriría en su cama y transmitiría el poder a su hijo Basshar, que aún lo detenta hoy.

La tiranía y el estado del terror han rendido importantes dividendos dinásticos.

Del corazón árabe desaparecieron la diferencia de opiniones. y la argumentación ideológica. Se instauró una nueva cultura despótica en la que hombres y mujeres eran afortunados si podían escapar de la ir de sus gobiernos y de la crueldad de su policía secreta y de los informadores. La televisión estatal, los periódicos,la política de masas y el abandono del campo por las migraciones a la ciudad ayudaron al despotismo. Los déspotas, invariablemente procedían de extracciones modestas.Hombres como Gadaffi,Sadam Hussein y Assad de Siria fueron hijos de la adversidad y,por tanto, mas crueles.

Y ello debido a que la tradicional sociedad árabe exalta el.pedigree y la alta cuna de nacimiento. Como los propios árabes lo dirían aunque solo en susurros y secretos nadie conocía el nombre de los padres de aquellos hombres que se habían apoderado de un reino para ellos mismos. Nacía así una especie de sultanato moderno apoyado en el terror y el poder militar.

Cuando la rebelión estalló en Egipto se centró en el gobernante y su familia. Los rebeldes no querían que un autócrata fuese sucedido por otro, pero puede suceder que a un autócrata le suceda un teócrata.
 

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