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OPINIÓN - LUNES, 12 DE SEPTIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / ALGO MÁS QUE PALABRAS

¿El mundo sueña con una primavera democrática?
 


Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
 

Los docentes han aprovechado la inauguración del curso para protestar por los recortes que se van a producir en algunas comunidades Autónomas. En Madrid, por ejemplo, el próximo lunes arranca el curso con concentraciones en los Colegios. Desde la Comunidad aseguran que lo harán la totalidad de los interinos, junto a los titulares.

Por otra parte, para el día 22 de Octubre, las Centrales Sindicales plantean una manifestación a nivel nacional. ¡Un otoño caliente!, en detrimento de una paralización escolar. Sabemos que el malestar surge por el aumento de horas lectivas a los docentes, con perjuicio de los interinos, que verían como se reducirán las posibilidades de trabajo, por aquello de recortar horas lectivas, con lo que sólo se puede perjudicar a la enseñanza individualizada y a la atención a los alumnos con necesidades específicas especiales, sin olvidarnos del abandono y el fracaso escolar, que también se verán afectados.

Por parte del Ministerio se aconseja no recortar, de ninguna manera, en todo aquello que tiene que ver con programas de refuerzo, de apoyo, de acción tutorial. Por otro lado la interiorización de una enseñanza más individualizada, una atención a la diversidad, a aquellos alumnos que tienen más dificultades o más cualidades, también.

Es cierto que en nuestro país no está mal la relación de profesores y alumnos, es decir, la ratio. Este cociente es muy complicado calcularlo. Recordemos cuando en enseñanza Primaria, todavía no se cubrían las plazas por especialidades. Cada grupo, un tutor, y así cada uno conocía individualmente su “ratio”. Para el centro educativo, total de alumnos entre el total de maestros. Se estimaba en unos treinta alumnos por enseñante, pero siempre dentro de una gran flexibilidad.

Yo, a la manera de anécdota, recuerdo que en una ocasión, por necesidades de escolarización, atendí a un grupo de setenta alumnos, todos varones, de dos niveles distintos, 5º y 6º de la antigua Enseñanza Primaria. No era una situación única, ya que a otros compañeros, ante la problemática de dejar alumnos sin escolarizar, se adaptaban a este tipo de agrupaciones.

Pero, me voy a distanciar más en el tiempo, recordando mi escolarización primaria. El Centro educativo era particular, privado, y acogía a unos cien alumnos todos varones. Pero lo más sorprendente era que nos atendían solamente dos maestros, que se tendrían que multiplicar para atender, en jornadas de mañana y tarde, a tal cantidad de alumnos, cuya ratio estaría a algo más de 50 alumnos por profesor. ¡Un auténtico milagro!

En la situación actual, que también se habla de ratio, los criterios para conocerlo deben ser variados. El más lógico sería dividir el número total de alumnos entre el total de docentes, aunque se tiene referencia, teniendo en cuenta un número determinado de alumnos que estaría entre 25 ó 30.

Retomando el capítulo de “recortes”, según datos facilitados por el Ministerio, hay 2.000 millones menos para educación en 2011 y no sólo por los sueldos de los profesores. Se han eliminado rutas de transporte, programas de compensación, atención a la diversidad... pero todo dentro de una “razonable austeridad” en tiempo de crisis.

“Y preocupan a los profesores su ánimo y su confianza. El profesor no es sólo el que transmite conocimientos en las horas de clases. La disposición 1994 dice ‘que un profesor tiene 37,5 horas de dedicación’. Y se manda un mensaje como si trabajara 20 horas, cuando están en las horas indicadas anteriormente”.

No sé qué criterios empleará el Ministerio para llegar a esas 37,5 horas, que significan 17,5 horas sobre la veinte que se supone son de dedicación exclusiva a la docencia. A mí, en particular, me parecen escasas.

Piensan desde el Ministerio que “España está mejorando (¿?) en educación: hay casi cinco puntos menos de fracaso escolar, menos abandono, casi tres puntos. Claro que hay cosas que no van muy bien, pero hay que ver como era España hace 30 años, en qué situación educativa estábamos, en las Universidades, en la investigación... Venimos de un lugar un poco difícil”.

“Hemos dado un salto enorme en socialización de la educación, con un sistema, además inclusivo. Hemos integrado a más de un 10% de personas de otros países. España es, probablemente, el segundo país del mundo en equidad. Tenemos nueve millones de personas escolarizadas. Ahora hay que asentar esos avances con procesos de calidad. ¿Qué nos falta? Tenemos un sistema poco rígido, que necesita abrirse más. Las medidas que hemos tomado, en relación con la FP o con el último año de la ESO, creemos que lo flexibiliza para que haya menos abandono, menos fracaso...”

Pero, dejemos los “éxitos” señalados por el Ministerio, aparte, centrémonos en lo que se nos viene encima. Los Sindicatos más representativos han “desenterrados el hacha de guerra”. Ya tienen elaborado el calendario de actuaciones: 14 de Septiembre, huelga de los profesores de Secundaria madrileños; 20 de Septiembre, concentraciones a lo largo de toda la geografía española; culminarán el 22 de Octubre con una manifestación en Madrid para traer a todos los trabajadores de la enseñanza...”.

Las centrales sindicales mayoritarias temen en la consecuencias que puedan tener los recortes en nuestro sistema educativo con un 30% de fracaso escolar en la actualidad: “Si estos recortes se extienden por todas las comunidades, se puede llegar a 50.000 profesores interinos menos.

Pero, pensemos, con objetividad: Si estas protestas, indudablemente justas, no llegan a cristalizar en la consecución de los objetivos propuestos, ¿quiénes serán los verdaderos perjudicados?
 

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