Desde que Marruecos ha tomado
verdaderamente cartas en el asunto por las reiteradas
peticiones de España y la Unión Europea, Ceuta ni Melilla ni
las costas sur del país están padeciendo el constante llegar
de subsaharianos. La actitud de voluntad clara se percibe
claramente. El último episodio, el que se produjo ayer por
la mañana en la misma frontera con Ceuta, denota ese firme
compromiso que se completa con la expulsión de las cercanías
de nuestra ciudad, en el país vecino, de centenares de
subsaharianos que habían llegado hasta el norte de Africa
ante la llamada de la laxitud en el control de la
inmigración. Ahora, autocares llenos viajan hacia las
fronteras exteriores de Marruecos del sur y del este de
Marruecos para dejar a los inmigrantes que pululan por la
provincia de Tetuan con el ánimo de cruzar a España.
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