El Ministerio Interior hace balance de la lucha contra Al
Qaida diez años después del 11-S. Un informe del Centro de
Análisis y Prospectiva de la Guardia Civil afirma que una
década después de los ataques de Nueva York y Washington
“España está mejor preparada” para enfrentarse al yihadismo
internacional porque cuenta con “mejores profesionales y
medios y con mayor especialización”. No obstante, advierte
el documento, ni mucho menos hay que lanzar las campanas al
vuelo porque “la amenaza permanece y, sin obsesionarse, es
preciso mantenerse alerta”. Los analistas del instituto
armado hacen hincapié en que el “interés de Al-Qaida por
España” no ha disminuido en estos últimos años porque su
obsesión con el territorio nacional responde a causas
“estructurales” y no solo “coyunturales”. La mayor amenaza,
advierten, es que la organización terrorista que creara
Osama bin Laden ahora “considera a España como zona de
combate” y no como hace años en los que el país era visto
como una región de “cobijo” y “logística”.
El informe, fechado el pasado 7 de septiembre y firmado por
el jefe de Análisis de la Benemérita, José María Blanco
Navarro, insiste en la mejora de los servicios de
información y de la coordinación, pero enumera más de una
docena de circunstancias por las que Al-Qaida, diez años
después del 11-S y siete años y medio del 11-M, sigue
manteniendo a España en su punto de mira. Entre estos
aspectos, están la cercanía geográfica con el mundo
musulmán; los “amplios colectivos musulmanes instalados en
España” y que el informe considera “público objetivo” para
posibles captadores; la presencia de tropas españolas en
misiones internacionales; la existencia de redes y
“conexiones” en el país de Al-Qaida en el Magreb Islámico,
la franquicia de la organización en el norte de África; las
“referencias continuas a España en la propaganda yihadista”,
en especial a Al Andalus, Ceuta y Melilla; los “deseos de
venganza” por la “gran presión policial”; la reciente
inestabilidad en los estados magrebíes que pospone la lucha
contra Al-Qaida a un segundo plano; o los “riesgos de
células desestructuradas, independientes y de ‘lobos
solitarios’ más o menos influidos por la marca Al-Qaida”.
El documento, titulado ‘Seguridad e Inteligencia 10 años
después del 11-S’, a pesar de esta larga lista de riesgos,
se muestra “optimista” en la lucha contra la multinacional
yihadista, sobre todo por la “intensa reforma” de los
sistemas antiterroristas, no particularmente después de los
ataques en Estados Unidos, sino tras los atentados de
Madrid. Según la Guardia Civil, tras la masacre de los
trenes de cercanías se han subsanado los principales
problemas en la batalla contra la red integrista,
especialmente la “descoordinación entre servicios”
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