La empresa ‘Corsan’ ha trabajado intensamente durante el mes
de agosto -a excepción de la semana de feria- con el
objetivo de que la reapertura tras el verano del complejo
cultural de La Manzana del Revellín se caracterizase por
algunas mejorías. De este modo, el Auditorio cuenta ya con
las tres piezas que faltaban para la concha acústica,
construida por una empresa externa. Se trata de tres
láminas, dos laterales y una trasera, que se unen a ras del
suelo. El objetivo de esta concha es mejorar la acústica en
los eventos musicales, tras algunos fallos que en ese
sentido se detectaron en este tipo de espectáculos en la
temporada pasada.
Entre las novedades con las que ha contado la reapertura del
Auditorio del Revellín está, en lo que a espacios interiores
se refiere, la instalación de tres piezas de la concha
acústica. La plantilla de la empresa ‘Corsán-Coviram’ ha
trabajado intensamente durante el mes de agosto -a excepción
de la semana de feria, en la que estuvo de vacaciones- con
el objetivo de que la reapertura tras el periodo estival del
complejo cultural de La Manzana se caracterizase por algunas
mejorías. De este modo, la inclusión de las dos láminas
laterales y de la trasera de la concha acústica, elementos
de los que el Auditorio aún no disponía, están entre sus
principales características. Las tres láminas han sido
construido por una empresa externa a ‘Corsán’, quienes han
sido los encargados de instalarla, de manera vertical, en la
caja escénica. Un trabajo que realizaron durante cerca de
dos semanas, en los últimos días de agosto.
El funcionamiento, según explica Ángel Peralta Maldonado,
maquinista del teatro, es el siguiente: “Por medio de los
motores bajamos las láminas y una vez están a pocos metros
del suelo, las unimos montando la concha, una especie de
semicírculo”. El maquinista explicó a EL PUEBLO que cada vez
que la concha acústica vaya a montarse se requerirá el
trabajo de cuatro o cinco empleados, y se tardará “alrededor
de cinco horas”.
El objetivo de este elemento es mejorar la acústica en los
eventos musicales, tras algunos fallos que en ese sentido se
detectaron durante este tipo de espectáculos en la temporada
pasada. De este modo, la concha acústica sirve para que el
sonido en conciertos y, sobre todo, en representaciones
sinfónicas sea óptimo.
El arquitecto Álvaro Siza, que se encargó de proyectar este
complejo cultural, supervisó, el pasado mes de febrero poco
antes de que se inaugurase el Revellín, cómo marchaban las
obras. Así, pudo comprobar durante aquella visita la
ubicación de la parte superior de la concha acústica, que
era la que únicamente existía hasta ahora, y que sirvió para
potenciar el sonido del espectáculo que se ofreció para
inaugurar el Auditorio. En aquella ocasión fue la orquesta
sinfónica Brandenburgisches Staatsorchester de Frankfurt,
con Inma Shara a la batuta.
El material reflectante de la paredes, oblicuos entre sí y
en ángulos cuidadosamente definidos, deben garantizar los
niveles de reflexión y reverberación adecuados, así como
generar que el sonido sea limpio y compacto hacia el público
y los músicos.
Últimos retoques
Entre las mejoras llevadas a cabo también está la
instalación sobre la rejilla que se sitúa encima de la caja
escénica, en la zona más alta del teatro llamada peine, de
algunos motores, gracias a los cuales se elevan y descienden
elementos como el telón, la pantalla de proyección de
imágenes (ubicada detrás de la lámina trasera), y la propia
concha acústica. Después de la inauguración de la temporada
-con la celebración del ‘Día de la Autonomía, el pasado día
2-, la constructora tiene previsto dedicar esta semana a dar
los últimos retoques al Auditorio, relativos a pequeños
detalles y a aspectos de limpieza.
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