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OPINIÓN - DOMINGO, 11 DE SEPTIEMBRE DE 2011

 
OPINIÓN / PSICOPEDAGOGIA

La Disartria: Definición, sintomatología y diagnóstico

Por Asociación Psicopedagógica de Ceuta


Genéricamente, las disartrias son errores de la articulación de las palabras, que no coinciden con las normas socioculturales impuestas por el ambiente, que dificultan la inteligibilidad del discurso y que se presentan a una edad en que ya se debiera tener una articulación correcta.

Si la causa que produce dichos errores se encuentra a nivel del SNC, se denominan “disartrias” en sentido estricto, y si se encuentra a nivel periférico, se denominan “dislasias”. Siendo esta la única diferencia entre las disartrias y las dislasias, y puesto que sus características clínicas son las mismas, las estudiaremos conjuntamente, centrándonos en las de origen funcional, por ser las que entran dentro de los Trastornos del Desarrollo Psicológico y, por tanto, de la competencia específica del psiquiatra.

Consideraciones generales   

El término disartria deriva del griego dys, que significa defecto y arthron, articulación. Genéricamente se trata, por tanto, de una alteración en la articulación o pronunciación de los sonidos del idioma “por causas neurológicas”.

Por lo general, la disartria se manifiesta en la conversación diaria por la dificultad para expresar ciertos sonidos o palabras. Esta condición suele ser causada por el exceso de medicamentos como los narcóticos, la fenitoína o la carbamazepina, entre otros. La intoxicación con alcohol también causa disartria.

Los trastornos neurológicos degenerativos que afectan el cerebelo o el tallo cerebral, también pueden causar disartria, al igual que el accidente cerebrovascular que afecta el tallo cerebral o las regiones cerebelares. Asimismo, cualquier debilidad facial, como la parálisis de Bell o la debilidad de la lengua, pueden causar disartria.

La anartria es el caso más extremo y más severo la disartria. Las personas anártricas presentan una imposibilidad para articular correctamente los fonemas.

Etiología


Aunque se enumeran muchas de las causas que provocan la disartria, en la mayoría de los casos no actúa una sola, sino que son combinaciones de varias de ellas las que actúan sobre el niño.

Baja habilidad psicomotora. Entre lenguaje y psicomotricidad, sobre todo a nivel del desarrollo de la psicomotriz fina, hay una estrechísima relación. La mayoría de los niños disártricos son torpes respecto a la coordinación psicomotora general y, en particular, con respecto a la motilidad de los órganos fonatorios. Esto es tan importante que su reeducación deberá pasar por una reorganización de su esquema corporal y una armonización de todos sus movimientos (aunque no influyan en la articulación de las palabras), junto con la enseñanza más específica de los movimientos articulares fonatorios.

Desorientación temporo-espacial. El lenguaje se aprende por imitación de gestos, movimientos y sonidos, y se va afectando si el niño no es capaz de percibirlos y organizarlos desde su integración en el espacio y en el tiempo. Así, el niño disártrico vería un movimiento pero no lo percibiría tal y como es y no lo diferenciaría de otro al no lograr captar matices de situación y ritmo.

Dificultad de comprensión o discriminación auditiva. El niño tendrá dificultad de repetir fonemas diferentes porque no los distingue como tales. Oye bien, pero analiza mal los fonemas que oye y al no distinguir intensidades y/o duraciones y/o ritmos y/o intervalos, confunde algunos fonemas. “La condición de una pronunciación correcta es la elaboración de una buena audición fonemática. Así en la corrección de la disartria es preciso, ante todo, ejercer una percepción auditiva correcta, por una educación sistemática del oído”.

Factores psicológicos. “El lenguaje es una capacidad compleja en la que intervienen múltiples factores, entre los cuales lo de origen psicológico influyen en su desarrollo y ulterior desenvolvimiento” (12). Un niño muy egocéntrico puede persistir en sus fallos de articulación como cuando era pequeño, para lograr que se le mime y proteja. Múltiples causas afectivas como, separaciones, inadaptaciones familiares, rivalidades, celos, fallecimientos, rechazos, sobreprotección, etc., pueden ocasionar trastornos que se reflejan en la expresión del lenguaje que se podrá ver retrasado y/o perturbado. “Responden también a un mecanismo psicógeno y a motivaciones ambientales, aquellos casos en que, luego de haberse alcanzado un nivel lingüístico acorde con la edad, reaparecen en el lenguaje formas y modalidades expresivas propias de edades anteriores. El niño de 5 y 6 años vuelve a hablar como lo hacia a los tres o como lo hace el hermanito menor, por quien se siente desplazado en el cariño y la atención se sus padres. Con la vuelta a un lenguaje más infantil, pretende fortalecer sus vínculos afectivos y recuperar su supremacía en el grupo familiar”.

Factores ambientales. Carencias familiares, trato en determinadas instituciones, niveles socioeconómicos muy deteriorados, etc., influyen muy negativamente en el nivel de desarrollo y, en muchos casos, en la expresión del lenguaje. Una situación especial es el bilingüismo que, en algunos casos, puede crear dificultades en la etapa de fijación del lenguaje.

Factores hereditarios: dada la evidencia de casos en una misma familia, en muchas ocasiones es prudente considerar la existencia de factores hereditarios, fundamentalmente de tipo predisponente.

Sintomatología

Los síntomas específicos son la sustitución, omisión, inserción y distorsión de los fonemas.

Además, suelen ser niños de aspecto distraído, desinteresados, tímidos, agresivos y con escaso rendimiento escolar que, en muchas ocasiones, creen hablar bien, sin darse cuenta de sus errores, y en otras, aunque sean conscientes de ellos, son incapaces por sí solos de superarlos.

a)­Sustitución: es el error de articulación por el cual un sonido es reemplazado por otro. El niño no puede realizar una articulación y la suple por otra más fácil o, de entrada, percibe mal el sonido y lo reproduce tal como el lo discrimina (como lo emite). Es el error más frecuente dentro de las disartrias funcionales y el que presenta más dificultades para su corrección. Las formas más frecuentes son la sustitución de r por d o por g, de s por z y del sonido K por t.

b)Omisión: se omite el fonema (p. ej. “iño” por niño) o toda la sílaba en que se encuentra dicho fonema (p. ej. “loj” por reloj).

c)Inserción: se intercala un sonido que no corresponde a esa palabra para apoyar y resolver la articulación del dificultoso (por ej. “Enerique” por Enrique).

d)Distorsión: Se articula el sonido de forma incorrecta pero aproximada a la adecuada y sin llegar a ser una sustitución.

Formas y variedades

-Rotacismo, disartria del fonema r (vibrante múltiple).

-Lambdacismo, disartria del fonema l.

Gammacismo, disartria del los fonemas guturales g, x y k.

-Deltacismo, disartria de los fonemas t y d.

-Rinoartria, disartria de los fonemas nasales m, n y ñ.

-Pararrotacismo, sustitución del fonema r por otro como g, t, d, l, etc.

-Paralambdacismo, sustitución del fonema l por otro.

-Paragammacismo, sustitución de los fonemas guturales por otros.

-Paradeltacismo, sustitución de los fonemas dentales por otros.

Diagnóstico


Debe considerarse ante una alteración del habla, con una toma articulatoria de carácter permanente, antecedentes de afección neurológica, toma de los movimientos biológicos y órganos del aparato articulatorio (labios, lengua y velo del paladar), que pueden ser de mayor o menor cuantía, lo que dificulta la masticación y la deglución e incoordina la movilidad velar y provoca un aumento de la resonancia nasal nasalismo abierto.

Una disartria se inscribe con mayor o menor exuberancia, de síntomas y signos en un síndrome neurológico determinado, lo que constituye un capítulo separado de los trastornos del lenguaje, ya que es una entidad semiológica bien determinada y es susceptible de una terapéutica específica.

Según los criterios del profesor Cabañas, (expuestos en el Trabajo de Terminación de la Residencia de la Dra. Regal), la disartria, desde el punto de vista cuantitativo de la toma articulatoria, se clasifican en simple, múltiple y generalizada; así como desde el aspecto cualitativo, la alteración de los fonemas pueden ser por distorsión, sustitución u omisión de éstos.

Desarrollo Somático Psíquico


En el cuadro sintomático de la disartria se pueden diferenciar los trastornos primarios que caracterizan la patología y un grupo de trastornos secundarios que surgen a consecuencia de los primeros.

Como trastornos primarios se detectan los trastornos de la motricidad articulatoria, pronunciación, respiración, de la voz, entonación y motricidad general. Secundariamente aparecen los trastornos de lectura y escritura, alteraciones de desarrollo psíquico, limitaciones del desarrollo de vocabulario y en el uso y comprensión de las estructuras gramaticales.

A continuación definiremos cada uno de estos trastornos:

-Trastornos de la motricidad articulatoria: En relación a los trastornos de la motricidad articulatoria podemos decir que los movimientos articulatorios en los niños disártricos son superficiales, poco fluidos, en algunos casos se inician y no llegan a realizarse totalmente, son insuficientes, débiles. El cambio de un movimiento a otro puede ser deficiente, demorado.

El niño muchas veces busca la articulación correcta, prueba una y otra vez, pero no lo consigue. La lengua se desvía hacia la derecha o hacia la izquierda.

-Trastornos de la pronunciación: Producto de las paresias y parálisis presentes en los niños disártricos, la pronunciación se caracteriza por la ausencia de muchos sonidos, sustituciones, distorsiones. En ocasiones la búsqueda infructuosa de la posición articulatoria correcta provoca la inconstancia en la pronunciación de los sonidos.

-Trastornos de la respiración: La respiración es superficial, frecuentemente clavicular, la inspiración es breve. En algunos casos se observa que el niño tiende a hablar durante la inspiración, lo que provoca una sensación de ahogo.

-Trastornos de la voz: Las alteraciones de la voz se deben a la parálisis y paresias de las cuerdas vocales y del velo y a los trastornos de la respiración. La voz involuntaria durante el grito o el llanto no presenta grandes desviaciones. La voz voluntaria es ronca, nasal, poco modulada. Se evidencian trastornos del tono, la intensidad y el timbre.

-Trastornos de la entonación: El lenguaje oral de los disártricos es poco expresivo, monótono, poco modulado. A veces acelerado, otras retardado. Se observan pausas desiguales e irracionales. Algunos autores señalan que los disártricos hablan como si tuvieran la boca llena.

-Trastornos de la motricidad general: Se manifiestan fundamentalmente en la torpeza, inexactitud, e imprecisión de los movimientos, en el aumento o disminución del tono. Frecuentemente se afecta la coordinación motriz fundamentalmente de los dedos. Estos pacientes presentan dificultades para escribir, pintar, armar pirámides, desatarse los zapatos, abotonarse y desabotonarse la camisa, etc. La escritura es distorsionada, con letras desiguales e inclinadas. Es muy difícil para estos niños saltar en un pie y en ocasiones en los dos, caminar por una línea, saltar una soga, el modo de andar es inseguro con balanceos y tropiezos frecuentes.

En relación a las alteraciones del desarrollo psíquico, los severos trastornos de la motricidad general limitan considerablemente su contacto directo con el mundo externo. Los severos trastornos de lenguaje imposibilitan el desarrollo normal de su función como regulador de la actividad y como vehículo de comunicación y relación social. Estos dos factores influyen negativamente en el desarrollo de la personalidad y la actividad cognoscitiva. Son por ello frecuentes en los casos de disartrias severas, los retardos en el desarrollo psíquico y las alteraciones secundarias del intelecto.

Los niños disártricos por lo general son poco comunicativos, se aíslan fácilmente, se niegan en ocasiones a participar en las actividades en grupo, se manifiestan indiferentes, apáticos, inseguros, se agotan fácilmente, y la atención es muy dispersa. Se detecta un desarrollo insuficiente en los procesos superiores del pensamiento, estrechamente relacionado con el insuficiente desarrollo de los aspectos esenciales del lenguaje.

Los estudios demuestran que en muchas ocasiones, la limitada relación del niño disártrico con el medio que lo rodea, la poca comunicación con las demás personas y los severos trastornos de pronunciación dificultan considerablemente el desarrollo del vocabulario y el dominio del aspecto semántico del lenguaje. Estos niños por lo general poseen un vocabulario muy limitado, tienen serias dificultades para comprender y utilizar palabras que expresen relaciones de tiempo y espacio.

Las limitaciones del vocabulario y el insuficiente desarrollo de los procesos superiores del pensamiento, presente en una parte significativa de los casos, limitan la comprensión y el uso de las estructuras gramaticales. Por todas esas razones, la disartria se presenta en muchos casos como una forma de insuficiencia general en el desarrollo del lenguaje que dificulta el proceso de aprendizaje en las escuelas de enseñanza general, por lo que muchos niños son ubicados en escuelas especiales para niños con trastornos del lenguaje.

Es necesario destacar que todas las limitaciones antes descritas no están presentes absolutamente en todos los casos; dependen de muchas causas, entre las que podemos señalar la gravedad del trastorno disártrico, las particularidades de la personalidad del niño, las posibilidades de comunicación con otros niños y personas mayores; el ambiente verbal y nivel cultural de la familia; la atención oportuna al trastorno y otras.

Las limitaciones del vocabulario y el insuficiente desarrollo de los procesos superiores del pensamiento, presente en una parte significativa de los casos, limitan la comprensión y el uso de las estructuras gramaticales. Por todas esas razones, la disartria se presenta en muchos casos como una forma de insuficiencia general en el desarrollo del lenguaje que dificulta el proceso de aprendizaje en las escuelas de enseñanza general, por lo que muchos niños son ubicados en escuelas especiales para niños con trastornos del lenguaje.

Es necesario destacar que todas las limitaciones antes descritas no están presentes absolutamente en todos los casos; dependen de muchas causas, entre las que podemos señalar la gravedad del trastorno disártrico, las particularidades de la personalidad del niño, las posibilidades de comunicación con otros niños y personas mayores; el ambiente verbal y nivel cultural de la familia; la atención oportuna al trastorno y otras.
 

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