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OPINIÓN - DOMINGO, 4 DE SEPTIEMBRE DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

La lógica de que Ceuta “abra los brazos al mar”


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Que si voy a lanzarme a glosar a este mar quimérico, hermético y colérico que nos circunda? Bueno, no existirían frases bastantes para tratar de atrapar su esencia encrespada y salobre, pero sí puedo intentar un acercamiento alabando el acierto de la iniciativa de la “Fiesta del Mar” que considero mucho más que un abrazo por parte de centenares de ceutíes a las oportunidades lúdicas y deportivas que brindan las olas y las mareas, el significado es más profundo, es hacer “nuestro” el mar, okuparlo con “k” sin que signifique ocupación ilegal, la “okupación” señala más bien tintes festivos y un pelín ácratas, es “kapitalizar” plenamente un patrimonio maravilloso y una riqueza que pertenece a todos los ciudadanos y que es mucho más que una linda imagen de postal, una autopista (de peaje, caro peaje) entre las dos orillas de España y una ocasión de remojarse los bajos tras haber emplazado la sombrilla en casi primera línea de playa. Así el mar se desaprovecha, es como tener un inmenso polideportivo con las mejores instalaciones y lleno de oportunidades de esparcimiento y cerrarlo con doble vuelta de llave de forma que la gente tan solo pueda admirarlo desde el exterior “Ooohhh ¡Qué bonito!”.

La iniciativa de Karim Bulaix y la Estación Náutica me parece encaminada a un pleno aprovechamiento y a una certera explotación de los recursos naturales, así las preciosas rutas en kayaks son puro senderismo marinero aparte de una actividad deportiva que todos pueden disfrutar y practicar con notables beneficios físicos y mentales. Físicos porque son muchos los músculos que intervienen y se ejercitan con su práctica y mentales por el entorno, por la belleza de los paisajes y por el íntimo contacto con el mar. ¿Y que vamos a contar que no se sepa del buceo? En todas sus vertientes, tanto para realizar las rutas fotográficas de las profundidades marinas, como por el placer de explorar o con fines puramente didácticos sin referirnos a la pesca submarina que cuenta con tantos aficionados. Todo lo relacionado con el buceo es puro descubrimiento de un Universo distinto y es un deporte que “engancha” con la ventaja añadida de que en Ceuta hay una magnífica Escuela dirigida por submarinistas expertos. ¿Y las rutas en barco o safaris-fotográficos-marineros? Un lujo.

En realidad todo ha sido un auténtico lujo y encima podemos añadir lo de “a su alcance” porque las actividades son gratuitas con el fin de abrir a la ciudadanía una serie de perspectivas de cultura del ocio y de práctica de deportes marítimos. Ya saben, en plan de “kapitalizar” una geografía que nos es plenamente favorable y poner de manifiesto un mundo de posibilidades que en otros puntos de la Península, por la saturación de las playas, la falta de infraestructuras e incluso la polución de las aguas, no existe. Y hay que desplazarse a los llamados “parajes naturales” cuando nuestra ventaja es que esta ciudad puede considerarse en sí mismo un auténtico “paraje natural” con kilómetros de costa de aguas impolutas y una Estación Náutica que está demostrando ser un prodigio de buena gestión, con el plus de las golosas ofertas de cara a los visitantes y precios extraordinariamente competitivos en hostelería y restauración, buen marketing y sabia propuesta para hacer atractiva la oferta de esta ciudad de cara al turismo. ¿Son conscientes Karim Bulaix y los empresarios de la Estación Marítima de la importancia crucial de su iniciativa? les digo que los que paren las ideas en las grandes agencias de marketing hubieran cobrado un buen pellizco por el conjunto del proyecto, ya saben que la creatividad y la imaginación no son gratuitas, al revés, son tremendamente onerosas. Pero en este caso la Fiesta del Mar ha surgido y se va desarrollando sin el concurso de ninguna multinacional, sino con las ideas “a pelo” de los empresarios y encima es un éxito de público y ha entusiasmado a la gente que se siente encantada de “abrir los brazos al mar” y disfrutarlo plenamente sin ninguna cortapisa. Con excepción de alguna borrasca malintencionada y saboteadora que pueda aparecer por un rincón del atlántico con el consiguiente sobresalto de los participantes en las jornadas, sobresalto unido a la posibilidad de disfrutar la experiencia como anécdota para comentar. ¿Que quienes han faltado? Para mí que los surferos con sus molestas tablas y algunos tipos con las alas delta aterrizando en la arena con humo de colores y ese tipo de parafernalia. Pero en resumen la Fiesta del Mar me parece un acontecimiento deportivo y cultural de primera magnitud, un buenísimo “escaparate de diseño” para Ceuta, un cebo publicitario de inigualable astucia y una oferta del “producto Ceuta” llena de atractivo. Aunque lo fundamental es que cientos de personas disfrutan, se divierten y se sienten llenas de contento y ese hecho dota de una magnitud humana trascendental a todo el jolgorio y el esparcimiento de la iniciativa. Esta Fiesta del Mar hace a la gente feliz.
 

Sobre cómo “empañar” el Día de Ceuta


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Lo que voy a relatar es más que una anécdota porque para mí tuvo un profundo significado, por todo, por los hechos en sí mismos considerados, por la fecha y porque esta escribidora salía de asistir a la imposición de las Medallas de Oro de la Ciudad y había disfrutado del discurso institucional de Juan Vivas, todo ello en un acto bien organizado y lleno de buena gente. En el auditorio de la manzana del Revellín latía el futuro inmediato de Ceuta y se palpaba una sensación de esperanza de que “todo va a salir bien e iremos a más”. Pero acto seguido me jodieron la noche, con perdón de la palabra, cuando me dirigía a la redacción de mi periódico para seguir trabajando y pasé por la entrada del Paseo del Revellín donde se encontraban aparcados una ambulancia y dos coches de policía, varios agentes a pie de calle y un considerable barullo con todas las características de genuino desorden público. La escena se podía definir en dos grupos, por un lado los policías que habían detenido a un individuo y trataban de introducirle en el vehículo policial mientras que el tipo ofrecía una feroz resistencia. Mi mente de letrado entró en funcionamiento para determinar si me encontraba ante un delito del artículo 550 del Código Penal ya que si bien habla del atentado a agentes de la autoridad aparecen como reos de ese delito quienes “les hagan resistencia activa también grave” total, de uno a tres años de prisión. Continué contemplando desde una perspectiva profesional y ante mi asombro, quienes acompañaban al parecer al detenido que eran un grupo de hombres y mujeres jóvenes (sobre todo ellos) se abalanzaron contra los agentes insultándoles y forcejeando, otro artículo 550-551, inmediato aviso a las unidades, irrupción del furgón policial, todos detenidos e imputados, las setenta y dos horas y al juez y si existen antecedentes directos a Los Rosales. Lógico. Es la ley y está para cumplirla y hacerla cumplir. Es la ley y son las garantías que protegen a los ciudadanos asegurándoles que los delitos serán castigados. En el resto de España.

He asistido por mi condición de abogado a numerosas reyertas y detenciones, casi a amotinamientos con las lógicas consecuencias de disolver a los amotinados y detener hasta al canario. ¡A ver quien le tose en la Península a uno de “nuestros” policías! (Con excepción lógicamente de los del 15 Mierda que pueden hasta mearles en las botas porque tienen patente de corso por parte del Gobierno, pero esos son temas políticos) En el Paseo del Revellín no eran 15 Mierdas, ni batasunos, eran unos tíos jóvenes que se atrevían a acometer a los agentes, a insultarles, a darles empellones en uno de los más desvergonzados, delictivos y descarados actos de resistencia grave a agentes de la autoridad que he tenido ocasión de presenciar. ¿Que si disolvieron a los tipos con las porras y como Dios y las leyes mandan y les detuvieron? No. Los agentes repelían los empellones con paciencia infinita y expresión neutra, recibían los insultos y los alaridos sin pestañear, se llevaron tan solo a dos energúmenos detenidos cuando aquello era una especie de banda en la que, las mujeres, trataban de “convencer” a los fieras para que no arremetieran más contra los agentes. Yo asistía con interés atendiendo la llegada del furgón para las detenciones.

Pero el furgón no llegó, partieron los dos vehículos policiales, seguían los insultos y las tentativas de arremeter contra los impávidos policías, ya no pude más y me acerqué enfurecida “Oiga, soy abogado ¿Por qué no detienen a esta gente?” Los agentes miraron hacia el infinito, me sublevé “Me van a decir que en la Península por vacilarle a un agente te llevan en el furgón por desobediencia y aquí que les insultan y les han atacado no les van a detener?” seguí “¿Que coño pasa en Ceuta, que las leyes son distintas a las del resto de España?” Cuando partieron los coches los individuos se fueron disolviendo entre lamentos por parte de las mujeres y chulería, insultos y provocación por parte de los tíos. ¡Madre del amor hermoso! ¡Si esto pasa en Málaga hasta me detienen a mí por estar oliendo!. Y además el público le da la razón a los policías y les dice a los revoltosos cosas tipo “¡Si tenéis tantos cojones pa enfrentaros a los guardias ahora tener cojones pa que os den de hostias, que hay que ser hombres pa tó¡” Y cuando llega el furgón el silencio es total. La gente respeta. Son las normas. Los policías están ahí para que la gente buena pueda pasear por las calles sin que la maten y puedan dormir en sus casas sin que entren los kosovares (bueno, entrar entran, pero si no se respetara a la policía entrarían y matarían más). La gente de bien de la España que madruga, la mitad para ir al trabajo y la otra mitad para alargarse a las colas del INEM, quieren que la Policía infunda respeto para que acojone a los malos. Y exigen que la Policía haga cumplir las leyes a todos por igual, porque para eso la Constitución pregona el famoso Principio de Igualdad del artículo 14, que aunque es mentira como el resto de la Carta Magna por lo menos “está” y hace cierta ilusión que “esté”. Si la escena amarga, muy amarga, del viernes día 2 de septiembre hubiera sucedido en Málaga y los que chuleaban a los agentes hubieran quedado en libertad el público se comería a los guardias y llamaría para quejarse a la Central y al diario SUR.

Disculpen mi ignorancia pero ¿Las Leyes Penales recogidas en nuestro Código Penal, se aplican en Ceuta o hay una especie de “moratoria”? ¿O es que “alguien” ha ordenado a la Policía que se deje maltratar, insultar, ofender, chulear y dar de empellones “según quien”? Porque de ser así estamos ante una prevaricación como la copa de un pino y se incumple el deber de perseguir los delitos. A ver si alguien me hace el favor de dar una explicación lógica y motivada ¿Será tal vez que no se cabe en los cochambrosos calabozos de la Comisaría? bueno, nunca he visto “dejar de detener” a un delincuente por falta de espacio, si es eso se le puede engrilletar a una silla. ¿Es tal vez esta permisividad una orden envenenada de Madrid?. Pues si es así conculca la voluntad del pueblo soberano que quiere que las leyes se apliquen, porque para eso están. Y que se apliquen sin distinciones ni agravios comparativos. Porque si las leyes no se cumplen y el delito no se castiga hay una sensación de impunidad y se vuelve a delinquir ante la falta de respuesta penal. ¿La sensación? Impotencia y amargura y no me estoy refiriendo a los policías que ni hablan ni sueltan prenda, me estoy refiriendo a mí, porque la escena opacó la brillantez del acto idílico al que había asistido y no me gustó la realidad ceutí que acababa de contemplar, porque “esa” realidad no es la que han votado la mayoría absoluta de los electores en las urnas, ni nada tiene que ver con los valores y los principios de quienes han otorgado mayoría absoluta al Partido Popular.

¿Mi conclusión?: Señor Delegado de Gobierno, Presidente Juan Vivas, así no. Así no.
 

 
OPINIÓN / SERPIENTE DE VERANO

Mens sana in corpore sano


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

En Ceuta es muy habitual cruzarse muy de mañana por cualquier paseo o acera que mire al mar con el Presidente Juan Vivas “sudando la camiseta” en sus jornadas de “footing” en las que va saludando a corredores y andarines sin ralentizar la zancada. Y esa querencia por la actividad física es una clara muestra del buen criterio de quienes gobiernan que siguen la máxima “mens sana in corpore sano” que aunque es latinajo grecoromano también es axioma de cualquier corriente religiosa o humanista y al tiempo prescripción ineludible por parte de los neuroendocrinólogos y de los gurus de la nueva medicina ortomolecular para conseguir la longevidad del cuerpo y de la mente. Ya saben “cuerpos sin edad y mentes sin tiempo”. Y el deporte, cualquier deporte y el ejercicio, cualquier ejercicio, conllevan una serie de beneficios que van más allá del típico “quien mueve las piernas mueve el corazón”, porque en lo que más repercute la actividad es, según mis maestros, en la mente. De eso saben mucho los entrenadores personales de presidentes como Sarkozy y José María Aznar, ambos descubrieron tardiamente las mieles de los entrenamientos y las ventajas del esfuerzo físico y ahí los tienen, hechos yogurines en plena cincuentena y con los abdominales en plan “tableta de chocolate”. Bien sabemos las féminas que el primer signo de decadencia masculina es cuando el tipo comienza a echar buche y a dejar la cintura en la “nave del olvido”En el caso de los políticos el que es capaz de llevar unas prácticas disciplinadas en su vida privada es igualmente capaz de llevar esa disciplina y esa fuerza de voluntad a la vida pública. Y esto no es un canto a la vigorexia, sino disertación sobre “lo que demuestran” un hombre o una mujer que son capaces de seguir una rutina de ejercicios de manera continuada. En primer lugar denota que son personas que se preocupan por su salud y que conocen las innegables ventajas de “sudar los malos humores” que no se trata de exhalar la mala leche por las axilas sino de combatir de forma concienzuda la venenosa hormona cortisol que se segrega en momentos de estrés y que aparte de descompensar el organismo y hacer pasar por las malas experiencias del nerviosismo y la ansiedad, llega incluso a provocar cáncer. ¿Y como se elimina el cortisol? Pues produciendo endorfinas ¿Y como se producen las felices endorfinas? Pues sudando por la actividad física que es euforizante y desestresante. De eso saben mucho los mandatarios norteamericanos que llegan a considerar “muy políticamente incorrecto” el que su Presidente no sea un amante y practicante del deporte, de cualquier deporte. De ahí el interés de los hombres de Estado en hacerse marketing fotografiándose con sus caros entrenadores personales pegando carreras por los parques, haciendo brutales abdominales, jugando al baloncesto, haciendo combates de kárate como el ruso Putin o siendo todo un yogui discípulo de un gran maestro como Ramiro Calle como es el caso de Rodrigo Rato. ¿Y qué demuestra un político deportista? De entrada que es un tío sano y sin vicios, porque si fuera fiestero o wiskhero no tendría cuerpo para entrenarse; en segundo lugar demuestra que tiene un espíritu donde priman la moral del esfuerzo, la disciplina y la fuerza de voluntad ; en el puesto tercero aparece que es alguien que “está en la onda” de los nuevos métodos antienvejecimiento, es decir que es un tipo culto y en el cuarto que predica con el ejemplo y eso de verdad es lo mejor.
 

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