A un lado la virgen de África; al otro, el Dios Ganesh.
Media ciudad inmersa en las preparaciones del Día de la
Autonomía, y entre los miembros del Ejecutivo local, un
consejero, el de Economía y Empleo, Premi Mirchandani, que
solicitó permiso al presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y a
la consejera de Presidencia y Gobernación, Yolanda Bel, para
ausentarse, si es que no le daba tiempo de llegar, en uno de
los días más importantes de Ceuta.
El motivo era que Mirchandani no quería perderse ayer una de
las celebraciones más importantes de la comunidad hindú, el
‘Ganesh Chaturthi’. Eran las 17.45 horas cuando una comitiva
hindú salía de la casa del consejero y partía en procesión
por el Paseo de las Palmeras. Los cánticos y bendiciones
amenzaron el recorrido, en el que no faltaron los curiosos,
turistas y también ceutíes, como una pareja de amigas que
alabó la actitud tolerante de la ciudad. Y es que una de las
paradas de la procesión fue en el interior de la iglesia de
Nuestra Señora de África, donde la Deidad presentó sus
respetos a la Patrona caballa.
El vicehermano mayor de la Hermandad de África, José Antonio
Fuentes, recibió a los hindúes y recalcó el clima de
“respeto, tolerancia y convivencia”, que existe entre ambas
comunidades. Mirchandani entregó flores a la Virgen y
continúo el camino junto a sus compañeros. El Cristo del
Puente fue la siguiente parada. Después se dirigieron hacia
el puerto.
Unas ochenta personas se sumaron al paseo en barco donde
Ganesh, identificado por su cabeza de elefante, y traído en
esta ocasión desde Singapur, fue sumergido en el mar.
Partieron a las 18.30 horas, camino de la Playa de La
Ribera. Una vez en la bahía sur, integrantes de la comunidad
-entre ellos Mirchandani y el portavoz de Asuntos Culturales
y Sociales, Prakash Ratan-, se sumergieron en el mar.
Durante la ceremonia se lanzaron al agua productos
bendecidos, como alimentos y frutas.
El Señor retoma de este modo a su morada, “y se lleva
consigo los infortunios de la población ceutí”, apuntó Ratán.
No en vano, el Dios Ganesh, tal y como explicó la esposa del
consejero, simboliza “los buenos comienzos”. Antes de las
20.30 horas entraba Mirchandani en el auditorio del Revellín
para, después de adorar al Dios, servir a la ciudad.
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