Titulada por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura
de La Coruña en las especialidades de Edificación y
Urbanismo, Pilar Rojo Noguera, la presidenta del Parlamento
Gallego, posee también los diplomas de directivo de la Xunta
y de Alta Dirección del Institución Nacional de
Administración Pública. Casada y con dos hijos, fue miembro
de la Comisión de estudio de la Reforma del Estatuto de
Autonomía de Galicia. Entre 2003 y 2005 fue diputada
autonómica del Partido Popular Gallego. Desde abril de 2009
se es presidenta del Parlamento, puesto del cual ha
destacado que su “obligación” es “procurar las mejores
condiciones para que los diputados trabajen de la mejor
manera posible”.
Pregunta.- ¿Ha visitado alguna vez Ceuta? ¿Qué es lo que
espera encontrar en la Ciudad Autónoma?
Respuesta.- Es la primera vez y tenía muchas ganas de venir.
Por las referencias que tengo, es que, además de una ciudad
muy bonita, se trata de una ciudad dinámica, hospitalaria y
con un enorme futuro. Una ciudad, además, que puede presumir
de una gestión brillaten fruto del trabajo diario del
presidente Juan Jesús Vivas.
P.- ¿Cuál es el balance que hace del segundo año de
legislatura de la Xunta con el PP al frente?
R.- Acabamos de superar ya el ecuador de la legislatura y,
frente a la legislatura anterior, con un bipartito enredado
en disputas entre ellos y carente de proyectos, Galicia
cuenta ahora con un Gobierno sólido, con un líder
carismático, el presidente Feijóo, que apostó en nuestra
Comunidad por una forma de gobernar que ahora se extiende a
otros territorios. Galicia impulsó un programa serio de
austeridad cuando nadie hablaba de ello y que ahora se ha
convertido en obligación para todos. Además, apostó por una
forma de gobernar con medidas que sirven de ejemplo a otras
comunidades autónomas. Yo destacaría la implantación, por
ejemplo, de un catálogo priorizado de fármacos para ahorrar
en gasto farmacéutico y garantizar la viabilidad del gasto
sanitario. Pese a que fue recurrido por el Gobierno central
ante el Tribunal Constitucional, el tiempo ha acabado por
dar la razón a Galicia. Se recuperó el bilingüismo cordial.
Y Galicia fue la primera Comunidad que ha fijado un techo de
gasto por ley. Son sólo algunos ejemplos, pero podría añadir
muchos más.
P.- ¿Qué significa ser presidenta de un Parlamento como
el gallego? ¿Es muy diferente a ser diputada?
R.- Es un auténtico honor y una enorme responsabilidad que
agradezco a mis compañeros y al presidente de mi partido,
Alberto Núñez Feijóo. Lo cierto es que se trata de una tarea
que abarca, además de la representación institucional y la
presidencia de los Plenos, que es lo que se ve, tareas de
gestión diaria y mucha negociación y diálogo con los
diferentes grupos parlamentarios. Creo que si hay una buena
relación personal entre nosotros -y eso intento cada día-,
será más fácil rebajar la tensión y lograr debates y
trabajos fructíferos en los diferentes órganos de la Cámara.
Mi obligación es también procurar las mejores condiciones
para que los diputados trabajen de la mejor manera posible.
P.- Galicia y Ceuta están en puntos opuestos de España en
cuanto a situación gegoráfica se refiere, ¿hay tanta
distancia en los objetivos y el trabajo diario?
R.- Honestamente, creo que no. Los 1.200 kilómetros que nos
separan sólo son reales en lo geográfico. Creo que hay una
sintonía y unos valores compartidos por todos los españoles
que nos permiten superar cualquier otro obstáculo: trabajo,
esfuerzo o solidaridad son algunos ejemplos.
P.- ¿Cómo se trabaja en un Parlamento en el que hay
alguna parte de crispación?
R.- Como acabo de señalar, creo necesario dedicar cuantas
horas hagan falta a hablar y a negociar. Mi guía es la
búsqueda de la concordia y, francamento, creo que algo hemos
avanzado en Galicia en estos dos años. Debo reconocer que
los primeros meses fueron broncos y tensos en más ocasiones
de las que me gustaría, pero vamos mejorando. Y creo en la
responsabilidad de todos porque, con la que está cayendo,
los ciudadanos no entienden que podamos perder el tiempo
debatiendo sobre cuestiones estériles.
P.- ¿Qué fórmula sigue usted para ‘controlar’ a los
diputados?
R.- Más que controlar, se trata de aplicar el Reglamento de
la Cámara, que es la norma que rige nuestro funcionamiento.
Y aplicarlo a todos por igual, con independencia del partido
en el que milite cada diputado. Creo que esa es la clave.
P.- El bloque del Partido Popular en el Parlamento
Gallego está consolidado, al igual que ocurre en la Ciudad
Autónoma, ¿cuáles son las claves del éxito?
R.- La política no es una ciencia exacta pero considero
cuáles son los factores determinantes: un liderazgo sólido,
creíble y con capacidad para ilusionar, el protagonizado por
Alberto Núñez Feijóo; decir la verdad a los ciudadanos;
estar en la calle y hacernos eco de los problemas que
preocupan en cada momento. Y trabajo constante, en la calle
y en el despacho.
P.- ¿Cómo es ese trabajo diario con el presidente de la
Xunta?
R.- Le conozco desde hace ya algunos años. De hecho,
llegamos los dos al Gobierno gallego en la última etapa de
Manuel Fraga. Después compartimos cuatro años en la
oposición, él como presidente del Partido Popular de Galicia
y presidente del Grupo, y yo como portavoz de Urbanismo y
Vivienda, primero, y portavoz adjunta del Grupo después. Y
en la actual legislatura, después de la victoria electoral
que le llevó a la Presidencia de la Xunta, como presidenta
del Parlamento. En todas estas etapas siempre he encontrado
en Alberto Núñez Feijóo a una persona íntegra, trabajadora
hasta el extremo, con las ideas claras y siempre dispuesto a
escuchar a los demás, lo que hace muy fácil trabajar con él.
P.- ¿Qué desea hacer del Parlamento de Galicia? ¿Pretende
modificar parte del Reglamento?
R.- Me conformaría con que, al acabar esta legislatura, el
conjunto de los gallegos considerase que hemos realizado un
trabajo útil para la mayoría. En ello pongo todo mi empeño,
que sé es compartido por los restantes diputados de la
Cámara. Aspiro a que la concordia lo impregne todo, incluida
una hipotética reforma del Reglamento pero no estoy segura
de que se vaya a acometer en lo que resta de mandato. Las
reformas de este tipo, sean del Reglamento o del Estatuto de
Autonomía, deben hacerse por consenso. Si la reforma crea
nuevos problemas o tensiones insuperables, mejor esperar a
otro momento. En cualquier caso, esta es una responsabilidad
de los grupos políticos, no de la presidenta del Parlamento
que, llegado el caso, pondrá todos los medios para los que
los trabajos se desarrollan con el mayor de los éxitos.
P.- ¿Cree que el período de reacción del Parlamento
gallego es el correcto? ¿Se tarda mucho en reaccionar en
relación a los asuntos de prioridad?
R.- Puede que, en algunos casos, los plazos sean excesivos,
pero no es menos cierto que existen fórmulas -y en esta
legislatura así lo estamos haciendo- para que los debates
sean sobre asuntos de actualidad. Siempre es cuestión de
buena voluntad por parte de todos y de una buena
organización y previsión de los grupos.
P.- Por último, ¿qué espera llevarse de la Ciudad
Autónoma de Ceuta?
R.- Estoy segura de que el mejor de los recuerdos y las
ganas de volver.
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