El imán Mohamed Zagloul, que ofició ayer el rezo colectivo
de la mezquita de Sidi Embarek, recordó a los presentes qué
significa pasar treinta días de ayuno: “Ponerse en la piel
de los más necesitados”. Asimismo explicó la obligación de
todo musulmán de dar a los que no tienen, un precepto que
establece que cada persona debe aportar, al menos, dos
euros, un importe que se calcula en base al precio de la
harina. Mustafa Abdelkader, miembro del Consejo de Fieles,
participó en los rezos y recibió a las autoridades -el
presidente de la Ciudad y la consejera de Presidencia y
Gobernación, entre otros- que se acercaron al templo.
‘Fatiha’, ‘Sura’, ‘Zakat al fitr’, ‘Harera’, ‘Shawwal’...
Estos son algunos de los términos más escuchados durante
este mes sagrado, entre la población musulmana de Ceuta. Y
finalmente, ‘Eid Mabruk’, es decir, ‘Feliz Ramadán’. Con
estas últimas palabras de felicitación, besos y abrazos, se
despedían ayer, pasadas las diez de la mañana, los fieles
que se habían acercado a rezar hasta la explanada ubicada en
el lateral de la mezquita de Sidi Embarek. Una vez concluida
la Musal´a, el rezo colectivo del fin del Ramadán, tocaría
celebrar en familia.
A las 09.20 horas, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas,
la consejera de Presidencia y Gobernación, Yolanda Bel, y
otros integrantes del ejecutivo Local, se acercaron hasta la
mezquita, donde los recibió Mustafa Abdelkader y otros
miembros del Consejo de Fieles de la comunidad de Sidi
Embarek. El presidente felicitó a sus interlocutores el
Ramadán y se marchó a la zona de rezo de Loma Colmenar.
Momentos después comenzaron las oraciones. Eran las 9.30
horas cuando, una vez descalzados, los hombres se colocaron
sobre las alfombras en los bajos del lateral del templo,
mientras que las mujeres -en menor número- hacían lo propio
desde una zona más alta de la mezquita.
Aunque ayudado por otros dos imanes y por el que llama al
rezo, el encargado de dirigir las oraciones fue el imán
Mohamed Zagloul. Además de recitar varios pasajes del Corán
y de alabar a Alá, centró su intervención en recordar qué
significa vivir el Ramadán. “Hemos estado treinta días en la
piel de los más necesitados y eso nos debe hacer
reflexionar”, explicó.
En ese sentido, el imán resaltó la obligación “de dar”. Los
musulmanes disponían hasta la hora del rezo para entregar la
aportación económica a la que les obligan los preceptos
recogidos en el Corán. Un dinero que debe aportar cada
miembro de la familia y que se estipula -según explicó el
representante del Consejo de Fieles Mustafa Abdelkader-, en
base al precio de la harina. Como el kilo ronda los setenta
céntimos y deben dar algo más de los dos kilos, se establece
como limosna obligatoria que cada persona haga entrega a
quien más lo necesite de, como mínimo, dos euros.
“Hay que darlo antes de que empiece el rezo, porque si se da
después no es ya una obligación, sino una voluntad, una
generosidad”, explicó Abdelkader.
Recordó además que el musulmán tiene “dos alegrías”: “Una es
cuando rompe el ayuno y la otra es que si fallece durante el
Ramadán se va a encontrar con Dios en ayuno”.
Días festivos
Ayer, los integrantes de la comunidad musulmana tenían
prohibido ayunar, pero a partir de hoy, quienes así lo
deseen pueden realizar seis días más de ayuno durante el ‘Shawwal’,
esto es, el décimo mes del calendario musulmán, que es
lunar. A quienes lo lleven a cabo, “Dios les concederá como
si hubieran ayunado un año”.
Aunque ayer no estaba estipulado como día festivo, gran
parte de los servicios de la ciudad permanecieron cerrados.
La próxima fiesta religiosa musulmana será el ‘Día del
cordero’, prevista para principios de noviembre.
|