Se ha hecho corto el tiempo, desde
que terminó el pasado campeonato, hasta el comienzo de esta
nueva liga, y en ese tiempo, que tan corto se ha hecho,
España pasó de haber sido, en los mundiales, la eterna
promesa, a llegar a Campeona del Mundo.
Esto, precisamente, ha sido lo que ha eclipsado a todo lo
demás, el haber sido Campeona del Mundo.
Y ya con el balón rodando, otra vez, en los campos españoles
vuelven las cábalas de qué será lo que suceda este año,
aunque, salvo milagro, de nuevo la principal competición
española estará entre los grandes de siempre, el Madrid y el
Barcelona, o a la inversa, porque los demás serán meros
acompañantes, incluido el Atlético de Madrid que, tan
honrosamente, ha logrado un campeonato de Europa y ser el
campeón por excelencia de esta Europa, tras vencer,
brillante y merecidamente, al Ínter, que ahora no tuvo la
pegada que le infundía Mouriño, pues con Benítez, de
momento, es otra cosa.
Esto en la primera división, pero el balón no sólo va a
rodar en los campos de los grandes y en segunda nos
encontramos esta temporada con muchos ex de primera, que
animarán el cotarro, de verdad, y si no ahí están el
Valladolid, el Celta de Vigo, Betis, Salamanca o Xerez,
además de un largo etcétera, que van a hacer de esta
segunda, una auténtica continuación de la BBVA, que es el
nombre publicitario de la primera.
En el comienzo, todo son ilusiones, cada uno tiene sus ideas
y cada afición sigue pensando que sus colores son los más
válidos, y a los que favorece mucho menos la suerte y casi
nada los arbitrajes.
Es la constante cantinela de la aficiones, el pesimismo,
cuando no están arriba, y la rechifla cuando superan a sus
rivales directos: Barça frente a Madrid, Sevilla frente a
Betis, y otros muchos etcéteras.
Voy dejando para el final la segunda B, y naturalmente el
grupo cuarto en el que está encuadrado el Ceuta, un grupo
andaluz-murciano-caballa-melillense, que dará mucho que
hablar.
Las cosas habrá que irlas analizando, a partir de la tercera
jornada y de ahí hacia delante, por cuanto bien-regular-mal,
en los primeros compases dejan tiempo a rectificaciones, en
dos jornadas, para colocarse en el sitio justo.
El Ceuta tiene una asignatura pendiente y algún día deberá
aprobarla, nunca mejor dicho, al estar en vísperas de
exámenes.
Intencionadamente, a lo largo del verano, he escrito poco
del Ceuta, aunque estaba al corriente de lo que iba
sucediendo, pero el comienzo de un proyecto no lo puedes ir
bendiciendo o satanizando, en los dos primeros compases, ni
tirar por la borda por un único resultado. Tiempo al tiempo,
es lo que hay que dar, por aquello de que “la prisa sólo es
buena para los ladrones y para los malos toreros”.
Aquí en el Ceuta ni hay, ni debe haber prisas, lo que no se
ha hecho en varios años, antes de hoy, no se va a hacer en
dos semanas, y será el compás de la competición y el tiempo
los que nos marquen lo que hay y lo que puede dar de sí esta
nueva situación y este nuevo proyecto, en el que hay
confianza plena, desde hace más de dos meses.
En Navidades estará todo mucho más matizado, para todos
estará mucho más claro, pero ahora estamos en los primeros
compases y todo, a favor o en contra puede ser un mero
espejismo.
|