El Colegio de Farmacéuticos de Ceuta será galardonado el
viernes con una Medalla de la Autonomía. Compuesto por 23 o
24 farmacias y aproximadamente setenta colegiados, se fundó
hace 75 años, con un objetivo inicial de luchar contra el
intrusismo. Su principal objetivo es ejercer de
intermediario entre los ciudadanos y los profesionales.
Desde 1988, el Colegio está presidido por Antonio J. Ruiz
Moya, nieto, hijo y padre de farmacéuticos. Entre las
preocupaciones del colectivo destaca que se han tomado
demasiadas medidas para controlar el gasto farmacéutico,
cuando “no representa más allá de un 20%” del gasto
sanitario. Ruiz agradece a la Ciudad Autónoma que se hayan
acordado de ellos.
Pregunta.- ¿Cuál es la trayectoria del Colegio de
Farmacéuticos de Ceuta?
Respuesta.- Los colegios son corporaciones de derecho que se
basan en la Constitución. Su organización no es una relación
entre personas privadas sino que actúa como Administración.
El Colegio de Ceuta se fundó hace 75 años y esa es la razón
fundamental para recibir esta Medalla. Surge primero, en los
años treinta, como un medio de lucha contra el intrusismo;
después se dedica a defender la profesión y a ser
intermediario entre los profesionales y los ciudadanos, los
cuales pueden acudir al Colegio si tienen un problema con
una farmacia. Otra de sus funciones es intermediar con el
Sistema Nacional de Salud (SNS) para la prestación, la cual
se considera que debe ser sin corte en el tiempo, es decir,
continua, por lo que precisa de hacer un sistema de guardia,
algo de lo que se encarga también el Colegio.
P.- ¿Qué representa recibir la Medalla de la Autonomía?
R.- Mucho agradecimiento a la Ciudad Autónoma por acordarse
de nosotros. Satisfacción porque se reconoce una prestación
que está al servicio del ciudadano, por la cercanía. Y
también orgullo.
P.- ¿Desde cuándo está al frente del Colegio de
Farmacéuticos?
R.- Entré en el Colegio como secretario en el año 1985.
Después, a la muerte del anterior presidente, Francisco
Trujillo, me presenté. Cada seis años se hacen unas
elecciones democráticas en las que votan todos los
colegiados y cada tres años se echa a la mitad de la Junta
de Gobierno para volver a presentarse. Yo soy presidente
desde el 88.
P.- ¿Qué evolución ha tenido el Colegio en estos últimos
años?
R.- No hay prácticamente evolución, sino que hay que cumplir
las funciones, de manera que tenemos que presentarle las
facturas de todas las farmacias al SNS, cumplir en tiempos,
firmar los conciertos de prestaciones... Es decir, una labor
burocrática. Si es verdad que el Colegio en los últimos años
ha colaborado mucho con la Ciudad en campañas sanitarias, la
última la del ‘Uso racional de los medicamentos’.
P.- La suya es una familia de farmacéuticos, ¿no?
R.- Sí, soy nieto, hijo y padre de farmacéuticos. Cuatro
tíos míos también lo fueron y lo son varios primos.
P.- Más allá de la venta de medicamentos, ¿que otra
función ejercen las farmacias?
R.- El farmacéutico es un titulado universitario, estudia
cuanto menos cinco años y tiene una formación tanto en
farmacología como en estudio del medicamento, que luego es
la misma carrera que faculta para patologías leves, además
de ser el gran asesor del paciente en temas de medicamentos.
Prácticamente de cada cien ciudadanos que entran en una
farmacia, sesenta se van sin adquirir producto alguno.
P.- ¿Qué destacaría del gremio?
R.- Estamos considerados por parte de los ciudadanos como el
mejor servicio sanitario dentro del SNS, que a su vez estaba
entre los tres o cuatro mejores del mundo. Destacaría que en
los últimos cinco años no ha habido en Ceuta ninguna
denuncia por mala praxis. Además, el Colegio no solo actúa,
aunque sea mayoritario, con la Oficina de Farmacia, sino que
todo aquel farmacéutico que quiera ejercer tiene que estar
colegiado. Si bien dentro de la Administración sanitaria
existe la posibilidad de no colegiarse, sí es necesario para
cualquier otro ejercicio como el de analista clínico. Somos
23 o 24 farmacias y aproximadamente setenta colegiados.
P.- ¿Y cuales son las principales necesidades del
colectivo?
R.- El gremio actualmente tiene una problemática, que es que
estamos en la espiral de lo que se llama gasto farmacéutico,
lo que sería gasto en medicamento. En los últimos años se
han tomado 16 medidas conducentes y la verdad es que
pensamos que el gasto sanitario en España es relativamente
bajo con respecto al PIB y dentro del gasto sanitario, el
farmacéutico no representa más allá de un 20%. Difícilmente
vamos a salir de la crisis pegándole palos al gasto en
medicamentos sin actuar sobre gastos estructurales. Han sido
demasiadas las medidas. De hecho, no había ninguna farmacia
no viable y en el ultimo Decreto Ley la Administración ya
reconoce que puede haber farmacias que hay que recuperar.
P.- ¿Ceuta tienen sus peculiaridades también en estos
temas?
R.- Tenemos un almacén de distribución que es idéntico al
que tiene Sevilla, y para ejercer es preciso tener la
titulación española. Vamos, que se tiene el mismo acceso a
los medicamentos que en los Pirineos o en Madrid. En un
ratio de no más de ocho o diez horas puede tener el
medicamento que precise, con el mismo coste, o incluso menor
porque en vez del IVA está el IPSI.
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