Se ha venido últimamente hablando
en todos los medios nacionales, prensa, radio y televisión,
del movimiento 15 M o, mejor dicho y de más conocimiento
popular, del “Movimiento de Indignados”. Pero existe otro
movimiento, al que aun no se le ha dado el carácter
institucional, que podemos denominar “Los Descontentos” en
el que, a nivel nacional, encuadraríamos a Joaquín Leguina,
Antonio Gutiérrez, Josep Borrell, Pachi López, todos ellos,
del Partido Socialista. Por el Partido Popular, tenemos otra
clase de “descontentos”, que se han distinguido por su
silencio después de las últimas Elecciones Generales, como
pudieran ser Manuel Pizarro, Eduardo Zaplana, Angel Acebes,
Josep Piqué, María San Gil, etc. Ninguno de estos grupos
está, como los “indignados”, por la potenciación del
transporte público, la legalización de la prostitución,
abandono progresivo de la fisión nuclear, cadena perpetua
para los asesinos, violadores y terroristas, control de la
ayuda financiera a la banca, legalización de las drogas,
nueva Ley Electoral para presentar listas limpias, reforma
de las condiciones laborales de la clase política, total
transparencia de las cuentas de los partidos, etc. etc., mas
bien, los primeros citados, están en desacuerdo con la
reforma de la Constitución para establecer un equilibrio
presupuestario de las Comunidades Autónomas y, los segundos,
ya lo hemos dicho, han formalizado un conjunto mentalmente
considerado pero sin manifestaciones públicas.
Y como nuestro interés está en Ceuta, también aquí tenemos
que referirnos a otro grupo de “descontentos” ex-consejeros
y ex-viceconsejeros, que son unos pocos, de los que ahora
oímos o nos llegan comentarios de todos los gustos, que
vienen a demostrar el malestar que les abruma, con
expresiones tales como que Juan Vivas se ha encumbrado, que
tiene el síndrome del Ayuntamiento, que hay que llevar a la
conciencia de los afiliados y simpatizantes del Partido
Popular que se hace necesaria una renovación de los órganos
de dirección del mismo, que no estén supeditados, como hasta
ahora ocurre, a la “servidumbre del cargo”, y otras lindezas
fruto, exclusivamente, del malestar que les ha supuesto su
cese o eliminación de las listas electorales y, por
consiguiente, de la privación del puesto político,
estupendamente retribuido, que venían ejerciendo.
Sin embargo, hasta hace unos meses, para ellos, como para la
mayoría de los ceutíes (así hay que decirlo como lo han
demostrado las recientes Elecciones Locales celebradas) Juan
Vivas era el mas grande político no solo de Ceuta sino de
España, el mejor regidor que ha tenido la ciudad desde
tiempos inmemoriales, el “patrimonio” del Partido Popular en
Ceuta, el mas honrado, el mejor dotado para la función de
Alcalde-Presidente de la ciudad y muchas mas alabanzas…
Y es que está demostrado, señores, como decía el clérigo
francés Benigne Bossuet, que la política es un acto de
equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que
no quieren salir.
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